Capítulo XXXII: Superando los Miedos (Parte Uno)Leyna salió de su habitación sintiendo una punzada en su abdomen, ya que hoy sería la primera vez, que saldría de la hacienda Bemberg, después de su accidente que prácticamente le había cambiado toda su vida.Ella no quería ir al centro de rehabilitación, no deseaba salir de su zona de confort, pero no era por el hecho de conocer al hermano menor de su prometido y de acompañar en este proceso tan duro que estaba enfrentando la familia Bemberg, sino porque ella para desplazarse hasta el centro de rehabilitación tenía que subirse a un vehículo y enfrentarse al ruido de los motores de los mismo, ruido que le daba pavor y ganas de llorar.Sin embargo, mientras caminaba por el pasillo, ella solo recordaba las palabras de su psiquíatra, que le había recomendado comenzar a enfrentar sus miedos y sus dudas, que este era un paso inevitable que tenía que dar con fuerza de voluntad y valentía, ya que, si no lo intentaba, entonces jamás lo superarí
Capítulo XXXIII: Superando los Miedos (Parte Dos)Amelia apareció por el pasillo sosteniendo una cajita blanca con los pasteles favoritos de su hijo menor. Observó con determinación a su hijo mayor y llegó a la misma conclusión de siempre: Josh estaba enamorado y a la vez obsesionado con Leyna.Amelia ya se había hecho la idea de que a su hijo mayor le sería imposible que soltara a esa extraña que prácticamente le había robado el corazón y el alma. Josh no se alejaría jamás de ella, por eso temía que Josh enloqueciera, cuando la verdad saliera a la luz.Ella esperó, pero al ver que los Josh y Leyna no se separaban, no le quedó de otra que alzar la voz:—Tortolitos —canturreó— Venga… que ya se nos hace tarde.Josh y Leyna se separaron. La chica no pudo evitar una risa nerviosa, luego buscó la mano de su prometido. Josh entrelazó sus dedos con los dedos de Leyna. Amelia se adelantó saliendo a la terraza y luego dirigiéndose por el camino de piedras que la llevaba justo a una camioneta n
Capítulo XXXIV: Centro de Rehabilitación (Parte Uno)Hendrik daba vueltas por la habitación.Aquella habitación completamente blanca y acolchada por todos lados le tenía hastiado y con ganas de romperlo todo, pero también comenzaba a sentir esa incertidumbre de su futuro y sobre todo del futuro de la chica a la cual había atropellado.Josh lo había lanzado como a un perro al centro de rehabilitación, aun cuando la chica se debatía entre la vida y la muerte y eso era un hecho que no le dejaba dormir en las noches, ni siquiera tomando pastillas para conciliar el sueño.Había tenido dos crisis de angustia y de ira, dos crisis en donde lo tuvieron que sedar, pero no era por la abstinencia de las drogas y el alcohol como todos creían, si no por la culpa que no lo dejaba ni respirar. Aquella chica de abrigo verde siempre se colaba en todas sus pesadillas, volviéndolo un ser miserable y a la vez arrepentido.Todas las noches rogaba a un ser supremo que esa chica pudiera salir ilesa del estúp
Capítulo XXXV: Centro de Rehabilitación (Parte Dos)—Ella tuvo un accidente —dijo Josh y Hendrik alzó una ceja—. Por eso la ves aun con un yeso en el brazo. Su accidente ocurrió al mismo tiempo que tu viniste al centro de rehabilitación, un imbécil la atropelló y casi la mata. Leyna ha perdido parte de su memoria y también de sus recuerdos. Ella no recuerda nada antes del accidente, por eso sé amable con ella.Hendrik abrió unos enormes ojos por la sorpresa. Su cuerpo tembló con visibles espasmos y algo en su pecho se paralizó, como si su corazón dejara de latir. Tragó saliva con fuerza, pero al parecer su garganta se secó, porque el líquido de su boca se evaporó.Él observó a la chica que tenía una sonrisa bonita en sus labios, ajena a la verdad, que era más turbia de lo que podía soportar.—Si, me desperté en el hospital y Josh me ha estado ayudando, pero… —Leyna sacudió la cabeza—. No hablemos de mí. Ahora tú eres quien importa y lamento que estes aquí. Tu hermano me conto algo sob
Leyna Keller se mantenía sentada, pero con las piernas estiradas en aquella camilla de aquel hospital público. Su mirada azul carente de emociones buenas estaba fija en aquel ventanal que daba vista hacia la caótica ciudad, sin embargo, su lenguaje corporal la delataba.Su cuerpo pequeño estaba tenso y adolorido, su estómago revuelto como un remolino y sus manos frágiles y delgadas empuñaban con fuerza las sabanillas que tapaban sus piernas desnudas y llenas de moretones violáceos, mientras no dejaba de morderse el labio inferior con brío.Ella era un caos en sí misma, ya que intentaba recordar algo, aunque sea un insignificante detalle, pero nada, su mente confusa no recordaba nada de nada, era como si tuviera un lienzo totalmente en blanco del cual no había rastro de memorias ni recuerdos.Nada bueno, nada malo… solo nada. Ella no recordaba quien era ni de donde provenía, solo sabía su nombre porque el médico que la trataba se lo había dicho, lo que hacía que todo le pareciera ins
Capítulo I: Un Accidente DesafortunadoUna semana antes—¡Leyna! —gritó Hanna, la niña de diez años que estaba con su camisón rosado sentada en su cama—. ¿Qué cuento toca hoy?Leyna estaba peinando a Gretel, otra niña de seis años que pertenecía al orfanato.—Uno que amaras —Leyna le guiñó un ojo y se rio entre dientes mientras trenzaba el largo cabello rubio de la niña pequeña que abrazaba a un oso de peluche.La joven que contaba con veintiún años cumplidos trabajaba en el mismo orfanato en el cual fue criada hasta los dieciocho años.El gobierno alemán pagó su manutención desde que llegó a ese lugar a la edad de tan solo tres años y como nunca nadie la adopto, su infancia y su adolescencia la pasó entre el jardín de calas blancas y el castillo de sus sueños con grandes ventanales.Las monjas que la cuidaron eran un amor con ella, que además de criarla, también cuando fue mayor de edad y el gobierno ya no pagó más por su cuidado, la madre superiora y directora le había ofrecido trab
Josh vestido en un traje azul impecable, estaba sentado en la mesa larga de ébano del comedor principal de la mansión, tomándose su café matutino y leyendo la sección de economía en el periódico.Las ganancias de la fabricación de autos de lujo estaban dando más dinero de lo esperado, que lo posicionaban en la mejor empresa del año. Sonrió un poco nostálgico, porque si su padre estuviera vivo, entonces él sería un orgullo para el Señor Bemberg.Dejó el periódico a su lado y tomó la taza de café desde el mango de la loza. Pero el trago que dio al líquido negro y fuerte, fue más amargo de lo normal, ya que escuchó de manera violenta el freno de un vehículo.«Hendrik de nuevo» pensó apretando sus dientes y perdiendo la paciencia. Su día estaba arruinado, eso era seguro.Él se levantó para ver si su intuición era la correcta. Comenzó acercarse hacia la puerta de la mansión, justo donde quedaba la terraza de sillones de mimbre blanco, pero cada que caminaba más y más, los lamentos y los so
Capítulo III: Inocencia PuraEl doctor Fisher le dio la mano, pero no estaba muy convencido. Además, el apellido de Josh le sonaba, pero no sabía de qué, el doctor no podía recordar, sin embargo, todas las dudas se disiparon cuando escuchó la angustia en la voz del joven. —¿Cómo esta ella? —preguntó Josh con notable preocupación en su voz.El doctor suspiró con pesar.—No voy a mentirle. La señorita Keller está gravemente herida. Ella fue atropellada a gran velocidad, por lo que en estos momentos estamos haciendo todo lo posible para salvarle la vida.Escuchar eso, fue como si a Josh le pusieran una mochila cargada de piedras sobre sus hombros. Sus ojos dorados se fijaron en el suelo y por un segundo pensó que se desplomaría ahí mismo. Era cierto que no conocía a la joven, pero es que el hecho le estaba afectando más de lo esperado, al darse cuenta de la conexión que tenían en común, ya que su victimario era su hermano.El doctor notó la angustia del joven y extendió su brazo hacia