Leyna
—¿Qué significa esto? —interroga Dereck mientras empujo su silla, —Leyna. —me llama por mi nombre, ya que me quede perdida en la estancia.
—Te creí más inteligente querido, —me fulmina con la mirada por mi sarcasmo. —Todo lo que necesitas para llevar una vida cómoda y sin complicaciones. —no responde, comienza moverse por todos lados.
Tomo asiento en una de las sillas que están al rededor de la pequeña mesa de la sala, pedí sacar la mayoría de los muebles, he visto como se le complica el andar, así que necesitábamos más espacio y lo logre sacando un par de ellos, dejando un lugar más amplio.
Hice que agrandaran uno de los cuartos de servicio así lo podemos usar de dormitorio, ya que subir las escaleras por ahora es imposible, también pedí que la cocina fuera remodelara con el
Dereck—Espera, —la alejo un poco de mí para ver sus hermosos luceros. —¿Aceptas? —interrogo tratando de recobrar el aire que me quito con sus besos.—El coma te volvió idiota, —me da un corto golpe después de sus palabras. —Obvio que acepto, además para todos ya soy la "señora Fischer" —hace comillas con sus dedos. —Firmar un papel no me hará la diferencia. —Leyna siendo tan ella, pero así y todo la amo.—¿Por qué te dicen así? —pregunto con curiosidad, está se encoge de hombros.—No lo sé —apoya su cabeza en mi hombro. —El doctor comenzó a decirme así y no lo iba a desmentir, así es como quedo "señora Fischer". —vuelve hacer esas tontas comillas.—¿Te molesta? —saca su cabeza de mi cuello y me fulmin
LeynaMe encuentro observando como el terapeuta ayuda a Dereck con sus ejercicios matutinos, poco a poco va mejorando, cada día se siente mejor y su ánimo es el mejor, cosa que agradezco o de verdad iba a matarlo, lo necesitoconmigo y con nuestra pequeña Lucero, que hoy se encuentra más inquieta de lo que acostumbra, está niña me matará el día de hoy he notado que se mueve mucho y sus pequeñas patadas en mi barriga me provocanfuerte dolores.—¿Cómo te sientes? —interroga Gavrel hasta él se ha dado cuenta de mi mal estar. —Estás pálida. —toca mi frente como si fuera una niña, para tomar mi temperatura.—Estoy bien, —me alejo de su tacto, al parecer no recuerda que me molesta. —Algo cansada, no sé muy bien cómo explicarlo, me siento muy embarazada, pero tengo una sensació
DereckEstoy sentado en mi silla mirando por la ventana como la media mañana se hace presente y recuerdos de una vida pasada llegan a mí, está casa es demasiado nostálgica, cada rincón guarda un secreto el cual ame,amo y amaré.Tres años han pasado desde aquel trágico día donde recibe un balazo por parte de Amira, su locura no tenía pies ni cabeza, su avaricia llego a enfermarla, hasta el punto de querernos muertos sin ningún motivo justificable, había tocado fondo y la locura fue su mejor amiga.Donde conocí el infierno ese día, pero como siempre ella estuvo ahí tan presente como nadie lo hizo, no necesito palabras para sacarme adelante, solo hechos uso, lágrimas de rabia derramo cuando veía que me daba por vencido, besos dejaba cada noche en mi cuerpo haciéndome sentir amado, supo como sacarme de ese p
LeynaMiro al pequeño Karan como come del pecho de su madre, es un niño muy alegre y vivaz para los diez meses que tiene, el tiempo pasa rápido, más sin él, borro esos pensamientos idiotas de mi mente.—¿En qué piensas? —pregunta mi amiga, niego.—Nada importante. —siempre es la misma respuesta, sé que Marlene no me cree sus gestos lo dicen.—Leyna soy tu hermana del alma sé cuando mientes. —se levanta con el mini clon del griego en brazos.—Si sabes, no preguntes. —respondo mordaz, para que deje el tema de lado.—Me preocupas Leyna, —pone a mi sobrino en el piso con sus juguetes. —¿Cuánto tiempo a pasado?—Más de un año, —respondo en un susurro. —Para ser exactos diecinueve meses. —se forma un nudo en mi garganta por las ganas de llorar.
DereckEstoy en la puerta del departamento de mi hermana, no sé si golpear o no,a ti te golpearan,carajo es cierto en esta familia todos me quieren muerto,con sobrada razón,ruedo mis ojos por los pensamientos absurdos que tengo.Junto el valor suficiente, golpeo suavemente para que no me escuchen, pero mi suerte no es tanta, la puerta es abierta por mi cuñado su mirada me recorre por completo me da una sonrisa.—Dereck, ¿cómo estás? —abrazo a mi cuñado. —Pasa. —me hace una seña una vez que nos separamos.—Gracias, —tomo mi maleta y la arrastro hasta la sala, el pequeño Karan está con sus autos. —¿Mi hermana?.Como si la hubiera invocado sale de la cocina con un delantal puesto, se queda estática cuando me ve, pero se recompone rápidamente, se acerca y nos fundimos en un abrazo,
Leyna—Suéltala, —ordena con los dientes apretados. —Si no lo haces te golpearé. —¿pero se volvió loco o que?—¿Quién te crees que eres? —maldito Dereck, ¿por qué has vuelto?—Dereck Fischer, —me da esa sonrisa moja bragas. —¿Ya se te olvido? —susurra contra mi oído, está demasiado cerca.—Obvio que no me he olvidado de ti, —sigo de espaldas a él, apoyo mi trasero en su entre pierna su amigo se emociona rápidamente. —Lo que no recuerdo es que número eres.Sus manos van a mis caderas, haciendo presión en ellas, apoya su miembro semi erecto en mí, la fricción hace que me moje de excitación. Su aliento choca en mi cuello erizando todos mis bellos.—¿De qué hablasmein Stern (mi estrella)?
DereckAcelero el auto de mi hermana, esta mujer esta loca si cree que voy a permitir que se vaya así como si nada y encima con Cecilio,creí que no habías vuelto por ella,y no era así, pero volverla a ver hizo que se despertara todo lo que siento por mi estrella.Busco mi teléfono para llamar a mi hermana, suena una, dos veces cuando creo que no me va a atender lo hace.—Hola. —su voz sale adormilada. —¿Quién habla?—¿Dónde vive Leyna? —no hace falta que le diga quien soy.—¿Dereck? —asiento como si me pudiera ver. —¿Qué hora es?—Tarde Marlene, —doblo por donde creo que se fueron. —Dame la maldita dirección. —ordeno.—No hagas una idiotez, la Leyna que dejaste hace más de un año murió. —me di cuenta, sus palabras
LeynaDejo las carpetas sobre el escritorio de Leandro, estoy agotada mentalmente y físicamente, Marlene tiene al pequeño Karan enfermo así que soy la única secretaria del griego, Dios este hombre es un obseso del trabajo ya veo porque se casó con mi amiga.Termino de acomodar todo porque no quiero al ogro encima de mí, agradezco la oportunidad que me dio Leandro, pero la realidad es que extraño mi país. Vine por una loca aventura sin embargo ya llevo demasiado tiempo aquí,pero ¿qué haría en Alemania? No tengo amigos, familia ni se diga y menos un empleo,podrías aceptar la oferta de Blaz,podría si, aunqueestoy cansada de vivir de su caridad aunque ellos no lo vean así.—¿Leyna me escuchas? —pego un salto cuando siento la voz de Leandro.—Casi me matas. —toco mi coraz&oacut