Vivir encerrado desde la infancia, lo mortificó hasta el punto de obsesionarse por buscar una salida. Siendo sobreprotegido por sus padres, buscó un método para alejarse de ellos y demostrar que podía hacer las cosas por sí mismo; sin embargo, no tomó en cuenta que alguien más no quisiera cooperar para obtener su libertad, destruyendo todo lo que pudo conseguir e impidiendo terminar su plan. Mantente sobre la línea de la moral…
Leer más-El fuego ya es muy intenso - los ojos de Ethan tenían una oscuridad profunda, comparada con la noche - el que entre ahí, no podrá salir - incluso su voz contenía una frialdad que Teo nunca había escuchado.De pronto, algo tronó. Como el sonido de un árbol rompiéndose. Luego, se escuchó el golpe de algo desplomarse - parece que el techo del sótano no pudo aguantar - La sangre de Teo se esfumó de su cuerpo, dejándolo helado - Es un problema menos - la voz del viejo era tranquila.Teo se giró - Debo suponer que esto fue un plan tuyo - su padre afirmó.El viejo sacó el aire, cansado - ¿a estas alturas te das cuenta?.-lo sospeché desde que no vi a tu fiel
Ethan, como si nada, regresó la atención al interior del sótano. Las manos de Teo temblaban, respiró profundamente antes de mirar de nuevo al interior. El tipo vació todos los botes en el suelo, a los pies de los viejos, formando un camino hasta el fuego. Mientras Oscar se dirigió a la entrada y desapareció en las gradas. El hombre estaba a punto de dejar caer la última gota sobre la fogata. Cuando, Marcelo, enojado gritó - ¡ya vasta!.Al mismo tiempo, se escuchó un quejido por el otro lado - ¡ah! - se oyó un ruido fuerte y más quejidos - ¡golpéalo… - Justo después, alguien cayó desde la cima de las gradas directo al suelo de abajo. Oscar se levantó de inmediato y corrió hacia el otro lado - ¡rápido!, ¡hay que escapar! - cuando iba a mitad del camino, agreg&o
Los dedos de Teo se ensartaron en la madera. Temeroso, gateó hasta la orilla. Miró al suelo - me caeré - retrocedió un paso.-Apresúrate - la paciencia de Ethan estaba por acabarse; entonces Teo se lanzó con los ojos cerrados. El aire movió sus ropas, enfriando sus mejillas. Esperó estamparse contra el suelo; sin embargo unas fuertes manos lo detuvieron de las costillas. Firmes, sin doblegarse ante su peso - ¿así fue como escapaste de casa? - abrió los ojos y estiró las piernas para pararse.No respondió a la pregunta. Dado que en ese momento no pensó al saltar y la manera que cayó al suelo fue humillante. Giró la cara, ocultando el rubor. Luego, sintió que su mano fue apretada. La casa contraria no tenía puerta hacia el patio; en cambio, para e
Fue ahí donde Teo se dio cuenta de su error - seremos un estorbo en tu trabajo, ¿verdad?.-tú no - señaló con la barbilla - sólo ellos.Sin embargo, su conversación fue tan sutil que nadie más podía escucharlos. Teo guardó silencio y siguió caminando entre las sombras. Las luces de las casas estaban apagadas; incluso la pequeña vivienda de Ernesto se camuflaba en la oscuridad. En el barrio bajo, casi todas las casas eran iguales. Del mismo color y el mismo aspecto; al menos, así era a los ojos de Teo.-Agáchate - escuchó el susurro. Ethan se movió a su espalda. Puso la mano en su cabeza y lo empujó.Los chicos, no tan idiotas, imitaron la postura del m
-¿Confiar en ti? - fue Oliver quien se animó a hablar. Sentado en el suelo; en tanto observaba la interacción con una ceja elevada - perdiste incluso a Marcelo que estaba ante tus narices - soltó un bufido - y ahora quieres que confiemos en ti - esa vez, Edgar no lo reprendió; puesto que estaba de acuerdo con sus palabras.Los puños de Ethan se apretaron, ladeó la cabeza; pero no le respondió. En cambio, regresó la atención a Teo. De pronto, pasos pesados se escucharon bajando de las escaleras cercanas a la puerta. Otro hombre bajó. Vestido de la misma manera que Ethan, su cuerpo grande forrado de un uniforme negro, portando un par de gruesas botas.-Debo irme - le echó un último vistazo - espérame aquí. Mantente seguro.
-Lo siento, pero mis órdenes son no dejarlo salir.-¿y tú qué eres?, ¿su perro? - Oliver rugió; sin embargo, su boca fue sellada cuando la mirada afilada se desvió hacia él.De pronto, una mano tocó el hombro de Teo. Edgar lo jaló, ampliando el espacio entre el mayordomo y ellos. Oliver los siguió - demos un poco de tiempo - susurró - no puede estar despierto toda la noche. Tiene que cansarse.-Sí - Oliver levantó el pulgar en medio de la junta de tres - si no se quita, lo golpearemos cuando baje la guardia - Edgar se llevó un dedo a los labios, indicándoles silencio. Luego, ambos fueron a los sillones y se desplomaron como si fueran parte de la familia - Oye, ve a traerme un vaso con agua - Oliver alzó
Los muros del grosor de un árbol se alzaban sobre sus cabezas. La entrada cubierta por una terraza sostenida por grandes columnas, dirigía a una puerta gruesa con una aldaba de bronce. Los dos tragaron saliva; mientras Oliver subió las gradas y sin dudar llamó. Un rotundo silencio llenó la noche. Los ojos de Teo y Edgar se abrían más con cada segundo, hasta el punto de que casi cayeron al suelo.La solida construcción mitigó los sonidos; de tal manera que no se dieron cuenta cuando alguien llegó desde dentro y abrió - buenas noches - sonó una voz monótona. Proveniente de un hombre vestido pulcramente con un traje blanco y negro. Los escaneó a los tres.-Buenas noches - Oliver fue el único que se atrevió a hablar - estamos buscando al señor Marcelo.
-Soy yo - confirmó. Miró a los lados antes de hablar más recio - es una emergencia, necesito tu ayuda - aún no estaba seguro si podía haber alguien siguiéndole, esperando para atacar.Al escucharlo, los ojos de Edgar se terminaron de abrir - Espera - desapareció de pronto. Temeroso, Teo se acercó; en tanto se mantenía alerta del entorno. Un momento después, la puerta se abrió - pasa, ¿qué pasó? - preguntó al mismo tiempo. Estaba medio vestido y sin zapatos.-Mi padre desapareció - se introdujo en la sala - necesito tu ayuda. ¿Tú sabes la dirección de Marcelo?.La boca de Edgar colgó antes de decir - No lo sé - parecía que aún no había despertado bien - p
La noche se profundizó y Ethan tuvo que marcharse. Teo se acurrucó en la cama, sacando sólo la cabeza. Apretando entre sus manos la orilla de la manta. Al final no dio una respuesta. Su lengua se había trabado. Como si tuviera un candado que no le permitía pasar de la primera palabra. Después de varios intentos, Ethan no pudo aguantar la risa y lo dejó pasar.-Relájate, no respondas de inmediato - le dijo.El resto del tiempo se mantuvo en silencio; debido a que cualquier cosa que quisiera decir se quedaba en su lengua. La vergüenza lo inundaba con sólo pensar en la cara de Ethan. Buscó tranquilidad para su corazón; sin embargo, lo único que consiguió fue quedar más alterado. Sus ojos estaban bien abiertos. El sueño huyó por el retumbar de su pecho. Sus