Leonora Brown creía estar destinada a grandes cosas, pero los grandes destinos conllevan grandes sacrificios. De alguna forma terminó trabajando en la más grande firma inversiones de América, bajo el mando de hierro de Damián Goldstein, siendo su asistente y con un encargo inaudito de parte de su jefe: ¡Qué le busque una madre para su hijo! Damián es un hombre cruel y enigmático que parece esconder más de un secreto. Porque ese tirano que quiere que Leonora incline la cabeza y cumpla sus órdenes más absurdas, fue el mismo hombre dulce y comprensivo que le hizo conocer el amor una noche que jura no recordar. Aun así, al verla por segunda vez, su reacción es inminente: la odia, e intenta despedirla. Después ¡le pide que le consiga una familia falsa para mantener su imagen limpia! Leonora tendrá que recoger los pedazos de su corazón roto y evitar que su maniático nuevo jefe la despida. Todo, mientras hace de cupido, asistente y algo más. ¿Lo logrará? Según ella sí, según Damián… no. Lo que ninguno sabe es que, el destino terminará uniéndolos por más que intenten huir de él.
Leer másNarrado por Damián Goldstein Cuestionar mis dinámicas con Rowan nunca ha sido una opción. Fui acogido por él, me dio un techo, comida y educación siendo un huérfano. Después cuando pude darle el título universitario que quería, me dejó trabajar en su empresa y ganar un sueldo por encima de lo que el hijo de una prostituta pudiese soñar.Eso lo repito tanto en mi cabeza, porque él lo repetía con insistencia, y lo sigue repitiendo cuando desafío sus órdenes para ponerme en el sitio que me corresponde. Hoy, debía ser uno de esos días, porque me ha pedido que lo vaya a visitar.Al llegar, está sentado comiendo como acostumbra, rodeado del mayor personal posible con rostros robóticos.—¿Te quedarás allí parado? Siéntate. Acompáñame a cenar — pide.—Acabo de comer, no tengo apetito — explico tomando asiento a su derecha.—¿Dónde? ¿Con quién?—Con Leonora y su padre.Rowan para de picar su filete y me ve con aprobación.—Lo has logrado con más facilidad de la que esperaba. Son una pareja pe
Narrado por Damián Goldstein No he parado de recordar los besos en mi cama que compartí con Leonora, tampoco lo he hecho de lo que pasó con nosotros en mi baño. De cómo la rechacé cuándo eso era lo menos que quería, pero esto que despertaba en mí, me estaba asustando más de la cuenta. He intentado hacer distancia con ella, aunque eso fue aún más imposible al ir conociendo a su familia.Su madre era una señora muy amable, a pesar de evidentemente odiarme; al igual que su padre es simpático, a pesar de odiarme. Desde que llegué a la cena con Luciano, fue golpe tras golpe, fallé en muchos como una forma de defenderme. ¿Defenderme de quién? ¿De un padre que sabe que esto es falso? ¿De una mujer que quiere algo de mí?Esa mujer me hizo ponerme muy nervioso al decir a todo viento que me amaba, para dejarme en un interrogatorio feroz con su padre. Sólo sé que sacó una libreta, se puso sus lentes de lectura y me preguntó exhaustivamente muchas cosas.Desde cómo conocí a su hija, cómo era nue
Los golpes a mi puerta suenan más rápido de lo que pude imaginar. Apenas pude sentarme en la cama a jugar con la sortija de compromiso y pensar en cómo sería mi matrimonio con Damián si mi familia seguía oponiéndose.—Hija, déjame entrar hablemos — dice mi padre.—Te dejaré entrar y hablaremos cuando le des una oportunidad real a Damián para conocerlo. No poniéndole trampas y siendo así de pasivo/agresivo — respondo.—¿Cuándo es que fui pasivo/agresivo? De una vez fui agresivo, y lo admito.No me río ante su chiste. Él escucha que no hago ningún ruido.—¿No tienes una sonrisa en tu rostro? Soy bueno poniéndole una sonrisa en la cara a casi todo el mundo…—No es momento de chistes papá. Lo sabes muy bien, no sé por qué pretendes que sí lo es.—Me pude contactar con Mohamed y con Julia. Sé que estás buscando trapos sucios de esa familia. Lo repito ¿así te quieres casar? — explica con seriedad — ¿Con el padre del niño con la madre muerta en circunstancias extrañas? ¿Con el nieto de un ho
No suelo ser una mujer nerviosa, ni que le teme a su padre, pero desde que decidí mudarme, la vida me ha cambiado de formas que no quiero. Tengo revuelto el estómago, mientras espero que Damián llegué al departamento. Sí, al departamento donde vivo, porque Luciano hoy ha amanecido con dolor de cabeza y no quiere salir de aquí. Ha cancelado el plan de ir a un sitio público, tendremos una cena casera.Apenas puedo exprimir bien los limones viendo desde la cocina cómo papá escribe con pasión en su libreta mientras está sentado en la mesa de comedor. Hasta se ha puestos los lentes de lectura, sólo los usa en ocasiones serias.—¿Qué tanto escribes papá? — pregunto algo temerosa.Sé que él no hará de este encuentro fácil, ni cómodo para ninguno de los involucrados.—Oh nada importante. Sólo una lista de preguntas que hacer a mi futuro yerno. Lo normal — explica sin verme.—No hay nada que le preguntes que lo haga echarse para atrás. Si buscas asustarlo o convencerme a mí de romper el compro
Descubrir el pasado de mi padre, no estaba en mis cartas del año. No desde su propia boca, ni con semejantes revelaciones. Aunque no profundizó tanto en las explicaciones, la visión general me hizo comprender que mi corazón me decía la verdad. Mi padre no era un hombre malo, ni corrupto.Sin embargo, tampoco era un hombre cuerdo y al que le preocupase particularmente su seguridad. Saber que trabajó como agente, espía, carnada y que su retiro se dio por mi madre, me ha hecho sentir mareada. Muy mareada.—Entonces… ¿nadie de la familia sabe esto? — pregunto ya sentada en el balcón.Tuve que sentarme ante tales revelaciones. Hasta el momento sólo sabía que mi papá había sido la oveja negra de la familia, un rebelde sin causa y Marianne lo había reconvertido. El hombre que me crío siempre estuvo presente y tenía un trabajo rutinario, definitivamente no seguía siendo un personaje sacado de una película de acción.Él niega.—A excepción de tu madre, no. Parte del acuerdo de mi retiro, fue l
Nunca me he enamorado. Ni estoy enamorada de dos hombres al mismo tiempo. Tal presunción es una ridiculez que no tiene ni pies, ni cabeza. Pero si es así, ¿por qué me siento despechada de esta forma desde aquella fatídica mañana?Ha pasado una semana desde que Damián no me dirige la palabra, y ha hecho lo impensable, mudar mi escritorio de su oficina. ¿Impensable? No lo es. Impensable es que esta tontería me afecte. Yo no le fui “infiel” a Damián con Dan. Para comenzar, ni le debía fidelidad.A los únicos a los que le debía fidelidad, era a los Browns. A mí familia, y no estaba usando la información que Dan me daba de mala fe. Sólo era una herramienta para proteger a mi padre de Rowan. Con eso en mente, es que estoy citándome con el investigador con el que he estado trabajando. Lo invité a mi departamento para más privacidad.—Sobre Marisella, ha sido más simple encontrar información. Como puedes leer, allí está un resumen de lo que pude averiguar sobre sus últimos meses de vida — exp
Narrado por Damián GoldsteinSu presencia es una distracción, y sus palabras son engaños. Desde que Leonora llegó a mi vida, nunca tuve que bajar la guardia ni ante su belleza, ni ante su espontaneidad, tampoco ante sus juegos infantiles. Las emociones son un lujo para la gente como yo. Querer sentir algo más allá de mi deber y propia preservación, se me está prohibido. Sus ojos, su calidez, su vulnerabilidad, deben ser una trampa. Nadie da nada sin un costo a cambio. Nadie actúa desinteresadamente y sin una agenda detrás de ellos. Pero… sus ojos, hay algo en sus ojos que me perturba, hay algo en su presencia que me impide concentrarme al estar ella presente. Era como si mi cuerpo tuviese memoria adherida a mis extremidades, como si mis manos quisieran tocarla; como si mis labios quisieran buscar los suyos. Pero en mi cabeza, en mi mente no hay recuerdos de nosotros siendo amantes por más que los quiera buscar. No hay nada. No importa de qué habla con el parásito, no importa las c
El departamento de Marisella está como lo encontré aquel día que no quiero recordar. Igual de solitario, silencioso y diría que con el mismo tipo de desorden cotidiano. Hay ollas en el lavaplatos, algo de polvo en los muebles y plantas que se están secando cerca de la ventana.No pareciera que aquí murió una persona.Dan tiene un rato largo en la habitación de Marisella. Yo estoy en la pequeña sala de brazos cruzados. No me gusta estar aquí, ni mirar en dirección al baño.—¿Qué tanto puedes buscar en su habitación, Dan? — pregunto queriendo irme.—¡Aquí está! ¡Ven princesa! — me grita él.Entro en la habitación sin ánimos, para impacientarme por la condición en la que Dan ha puesto este sitio. Ha arrimado la cama, desordenado el closet y ha levantado unas láminas del suelo.—¿No basta con que hayas roto la cerradura? ¿Ahora también estás dañando el piso?Dan no me hace caso, termina de sacar las láminas del suelo, y mete sus manos en una especie de agujero. De allí adentro saca una la
Según mi investigación, los alter egos se forman como respuesta al trauma. Pero, Dan podía ser un personaje ficticio, así como un personaje basado en alguien real. Parece que esta es la confirmación de que es la última opción. En su medio hermano mayor.Tal pedazo de información, me pone en alerta. Más me acerco a Dan.—¿Así que, este eres tú y ese es Damián? ¿Seguro? — pregunto.—Segurísimo. ¿Por qué te confunde tanto? ¿No somos iguales? — cuestiona él poniendo el celular al lado de la cara.Con esta acción lo que consigo verificar es que, aunque el niño y joven comparten rasgos, no los comparten todos. Dan en esa foto tiene el cabello rubio y los ojos azules como la madre, el niño Damián tiene ojos y cabello marrón. Ese es definitivamente una versión pequeña del hombre que tengo en mi frente.—Dan… ¿te has visto frente al espejo alguna vez? — cuestiono con cuidado.Si pudiese hablar sin trabas, le diría que para que se diese cuenta que no tiene los ojos azules, ni el cabello rubio.