—Creí que no querías matarlo— Nef rodó los ojos —está como una uva, muy morada— mientras el hombre lucha por su vida, maldice mentalmente a esos dos.—Te ganaré la apuesta, él aceptará firmar todo, ¿Verdad cielo?— Franco suspiró, no hay nadie más orgulloso que ella. Sí su hermano estuviera vivo, estaría orgulloso por lo que se ha convertido su inocente y dulce mujer.—Debemos irnos, sabes que vendrán más de ellos.—Bien, entonces creo que lo mataré, después de todo aún me quedan muchos objetivos y puedo dejar a uno vivo— el hombre desesperado por escuchar que lo matarán, inició a moverse con más ímpetu.—Déjalo hablar, creo que ya lo has convencido— Franco sacó el arma y le apuntó mientras Nef lo deja libre. El hombre al sentir que finalmente puede respirar, tosió sin parar hasta recuperar más o menos el aire.—Los... los...— tragó con dificultad —yo firmaré los papeles— dijo en un susurró acariciando su adolorido cuello —no debes matar... matarme, yo los firmaré— Nef sonrió y recogió
Mafia, mundo en el que solo sobreviven los fuertes, lugar del cual solo sales siendo el líder más temido o muerto. Si sales vivo, siendo un traidor y un débil ante los ojos de los demás te buscarán hasta encontrarte y cuando lo hagan te darán la opción más rápida, la muerte.Adom Gamal, un hombre que por la situación tan decadente en la que estaba decidió tomar el camino que lo llevaría a la muerte. Él sabía los riesgos de aquel mundo, sabía que debía hacer cosas que jamás se perdonaría, pero por su esposa y su hija él lo haría todo.—Es hora de irnos— dijo mirando al hombre que le tendía la mano —gracias por ayudarme colega, muchas gracias— el hombre frente a él le dio un abrazo después de estrechar su mano.—No es nada Adom… c
Roma, Italia. 15 años después. Como todas las mañana del último año, Nefertari se levantó al escuchar aquel balbuceo que le hincha el corazón de orgullo y se lo derrete a la vez. Una enorme sonrisa se le dibujó en el rostro al ver aquellos ojos grises tan pálidos que se podía pasar por trasparentes. La bebé al ver a su madre sonrió de manera angelical y alegre, eso son ellas dos unidas: libres, felices, ocurrentes y muy activas. —Ma… má… ma… má…— tendió sus manitos para que la tomara en brazos, su demanda fue cumplida inmediatamente. —Hola cielito hermoso…— Nefertari le dio un beso en su pelo rubio como el sol. La nena es de piel pálida como la leche —¿Lista?— la bebé apoyó su cabecita en el hombro de su madre y poco después la abrazó por el cuello. Nef sonrió ante el gesto amoroso de su hija y se dirigió a la cocina, no va a hacer un día fácil, odia los jueves de cada semana, los odia con todo su corazón y es horrible, ella nunca odi
Después de hablar con Alfred, el hombre que es el jefe del hospital obtuvo ayuda de caridad de todos los doctores y enfermeras involucrados en el caso de la niña así como la misma clínica le donó todo los insumos para lo que la niña necesitara. Nefertari no sabía cómo agradecer tanta ayuda de esas personas que se han convertido en su familia. —No sé cómo agradecerles, realmente están haciendo tanto por mi hija— Isabella sonrió con cariño, esa joven frente a ella junto a su hija le roban el corazón a cualquier persona. —Es un placer para nosotros ayudarte, lo sabes. —Mira, ahí está mamá— Nefertari sonrió al ver a su niña con un peluche de Minnie Mouse, es su favorita, adora a esa ratoncita. —Hola mi amor— la tomó en brazos y se la comió a besos. —Aquí están los resultados doctora— enfermera y doctora cruzaron una mirada que Nef no logró ver por estar mimando a su hija —nos vemos después rayito de luz— se despidió, la niña no correspondió, está
La arrogancia de Nefertari superó a Andrew, es una mujer procaz y debe aprender que no puede ir por la vida así, por lo menos no con él. —Escúchame bien bruja insolente— ordenó con su mirada fija en la de ella —si sales de aquí, si me echas fuera de este lugar nos van a matar a ambos— presionó más su nuca y adelantó más su cabeza provocando una peligrosa cercanía de ambos rostros. Nefertari pudo sentir aquel aliento mentolado acariciar su rostro y aquella colonia exquisita profundizar por sus fosas nasales —ahora, no me toques los cojones y hazme el favor de decirme dónde puedo esconderme— Nefertari percibió honestidad en su voz y pudo ver la verdad de sus palabras en sus ojos, pero aun así ese hombre ha sido un tonto grosero con ella. Sin apartar su mirada de él y pasando saliva con dificultad por la cercanía de aquel imponente hombre que por algún motivo le pone el vello de punta, llevó su mano derecha a los bajos de Andrew y en
Andrew está acalambrándose en ese lugar oscuro y casi asfixiándose con el montón de ropa sobre él, esa maldita mujer lo ha dejado ahí y seguramente ha llamado a la policía. Está furioso, no solo ha sido insolente con él, sino que también se atrevió a doblegarlo aferrándose a sus pelotas y posiblemente se ha deshecho de los hombres y llamado a la policía. Sin duda una vez saliera de ahí le dará una maldita lección que no olvidará en toda su maldita vida. Nefertari aparcó el coche dejándolo mal estacionado. Salió corriendo y abrió las puertas del estudio y corriendo sin detenerse fue hasta los vestidores y después buscó la llave para abrir el baúl. Una vez lo logró con manos temblorosas inició a sacar la ropa. —Mierda— maldijo Andrew al ver que volvió. —Lo siento… lo siento… estoy aquí— retrocedió cuando vio que aquel imponente
Los días pasan y Nefertari trata de olvidar a aquel hombre, pero... ¿Cómo hacerlo con el momento traumático que vivió por su culpa? ¿Cómo olvidarlo cuando él la besó de una manera que nunca antes la habían besado? ¿Cómo es posible no olvidar a un hombre por sus caricias? Todas esas preguntas ella se las hacía y aun así fingía no recordarlo, ella misma se daba asco por ser una hipócrita, pero debía seguir, olvidar y centrarse en su hija quien estaba estable pero no se sabía si era sus últimas fuerzas o que realmente la nena era fuerte. Por otro lado Andrew Ferrugia estaba planeando su siguiente paso, ella pronto debía estar junto a él pagando lo que debía pagar, era su legado, él tenía que terminar con esa venganza y para demostrar que era mejor tenía una fantástica manera de hacerla sufrir y lo haría. Umbría Italia
Al llegar bajó del taxi sin pagar y corrió al interior del teatro riendo por los pitillos que daba el hombre, se lo merecía por tonto. Tras registrarse fue a los camerinos para cambiarse de ropa, ella y su compañero harían una versión más moderna del lago de los cisnes y en su solo haría una interpretación más común como el “Tchaikovsky la bella durmiente”.—Por Dios Nef, estamos atrasados, salimos al siguiente— Nefertari inició a desnudarse frente a su amigo, era gay así que no le importaba, estaba apresurada y no llegaría tarde a su presentación —te ayudaré con el peinado— se ofreció él al ver que terminaba de vestirse.—¿Son muy buenos? ¿Qué tal los jueces?— preguntó algo nerviosa.—Tranquila, somos mejores que ellos y estoy seguro que seremos uno de los elegidos. Nos ganaremos a lo