Parte 5. Capítulo 34. La guerrera

Baudilio la observó con atención.

—¿Qué la entreguemos? ¿Cómo? —quiso saber Gabriel.

Trini se apartó del líder y se giró hacia los guerreros buscando a Gregory. Al encontrarlo, se acercó a él y apoyó las manos en su pecho retomando su semblante ansioso.

—Necesitamos herramientas para cavar un hoyo. —Él arrugó el ceño.

—¿Cavar? ¿A esta hora? —indagó Ciro, aún más confundido.

—En las bodegas hay suficientes herramientas —dijo Gregory en dirección a Jonathan, este asintió.

—¿Dónde quieres que cavemos? —apuntó el moreno, acercándose.

La chica repasó los alrededores buscando el lugar exacto donde habían visto desaparecer las partes del tazón. Vio los restos del árbol hueco que parecía humear, reconociéndolo.

—Aquí —aseguró y se aproximó a él, aunque se entristeció al ver las pesadas láminas de cemento que cubrían el suelo—. Es debajo de este piso.

—Puede quitarse. Tenemos el equipo para eso —garantizó Javier—. Será un trabajo duro, pero con la bestia…

Los guerreros asintieron sin necesidad
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