En los brazos de mi caballero Santoro
Era bien sabido que Clarissa había estado locamente enamorada de Luca por varios años. Siempre obediente y sumisa, ella se tatuó por él, rompió las normas por él, y vivió bajo el techo ajeno por él. Hasta que, después de caer al agua, él salvó a quien era su peor enemiga y se olvidó de ella, dejándola tirada y hecha un desastre. Ella en ese entonces se desilusionó de esa mentira que por años había construido.
Pero por obra del destino, más tarde apareció un hombre que la abrazó y, con una sonrisa suave, le recordó:
—Señorita Clarissa, ¿no has pensado en darle una merecida lección a su exmarido?
Ella se dio cuenta de todo y pidió el divorcio, luego se casó con el hombre más rico y con mayor influencia de San Leo, el líder de Grupo Financiero Santoro, Giovanni. Aquella misma noche, subió el certificado de matrimonio a sus redes sociales. Luca, que siempre la había menospreciado, finalmente se puso celoso y le rogó que no se divorciara. Luego, miró a Giovanni y le dijo con dureza:
—¿Crees en serio que ella te ama? ¡Solo quiere aprovecharse del poder de tu familia!
Pero Giovanni, abrazándola, le respondió con calma:
—¿Y qué? Ella se merece todo mi poder y mis recursos financieros.
Nadie sabía que Clarissa siempre había sido parte de los planes de Giovanni. Él siempre la había amado como a una rosa que se cuida y aprecia solo desde la distancia, le encantaba su ambición y estaba dispuesto a apoyar su valentía.
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