Mark

“Madura, Mark, yo nunca iba a tener una cita contigo.”

Un eco funesto se fue dibujando en mi mente, mis recuerdos se arraigaron. La voz de Sara retumbaba tal como una melodía penetrante y corrosiva. Su imagen del pasado, su rostro observándome con lástima, con su cabello rizado, teñido de varios colores, con ese maquillaje que la hacía ver tan misteriosa para mí. Pensé que estaba siendo nostálgico, una tontería, un vestigio que quedó de mi adolescente pasado que quizás guardaba el recelo.

No fue así.

Mi lobo saltó dentro de mí con ferocidad, queriendo tomar el control. Gruñó dentro de mí, quería rugir con furia. Estuvo a punto de quitarme de en medio para controlarlo todo. Al convertirme en Blood Wolf, casi no podía controlar a mi lobo. Había tenido que romper con todas las creencias y tradiciones para poder tener una parte humana todavía. Lo logré aquella vez, destruyendo la naturaleza de los lobos de sangre por amor.

“Sangre.” Gruñó nuevamente, con una ira creciente.

—Escóndan