No lo merecen²

Mi hijo me pidió que lo duchara después de que habíamos compartido con nuestra nana y madre Flor.

Lo estaba duchando y al ver la marca en su espalda al lado izquierdo me daba cuenta de que no solo físicamente se parecía a su padre, mi hijo tenía muchas cualidades y rasgos de su padre, ambos eran alérgicos a las nueces, ambos les gustaba el color azul, al igual que su padre a Lyan no le gustaba la carne, había sido muy difícil lidiar con todas esas cosas.

Me recordaba tanto a su padre, amaba a mi hijo, pero aun así, deseaba tanto devolver el tiempo y cambiarle de padre si eso fuera posible, no entendía como se atrevía a regresar reclamando los derechos de un hijo al que en 6 años no le interesó, ¿por qué lo hacía? No estaba dispuesta a permitir que se acercará.

—Mami, tengo mucho frío— dijo Lyan—. ¿Puedes ponerme mi pijama de Superman? ¿Puedo tomar un poco de leche caliente mami?

—Sí, hijo, te pondré esa pijama, también traeré un poco de leche caliente para ti, es una noche fría, está comenzando el invierno.

Le había puesto la pijama a mi hijo, le llevé la leche caliente y lo abracé a mí, le leía un cuento y lo vi dormirse en mi pecho, acaricié su cabello, apartando el mechón de este que le cubría parte de un ojo, su cabello era rubio y sus ojos azules, mi hijo era hermoso, muy educado y tierno.

Lo acomodé en una mejor posición, me fui a despedir de Flor, regresé a su habitación esa noche, dormiría con él, no pude evitar dejar caer unas lágrimas, sabía que si Kyle se acercaba con sus influencias y sus millones podría lograr quitarme a mi hijo.

Le pedía a Dios que me iluminará, que me ayudará, no quería dejar el lugar, no tenía a dónde ir, no podía alejar a mi hijo del lugar en el cual había crecido y donde teníamos las personas que nos querían, los únicos que no nos habían dado la espalda, en el pueblo nadie sabía de Kyle, que era tan famoso, no solo porque su familia era muy reconocida, él se había convertido en el futbolista del momento.

No entendía por qué tuvo que regresar, me preguntaba una y otra vez, me levanté al ver que dormir me sería imposible, caminaba de un lado a otro, miraba a mi hermoso hijo tan inocente de todo.

Habían pasado 6 horas y empecé a sentir sueño, me acosté al lado de mi hijo, lo abrace y bese su frente.

«Te amo Lyan eres lo más hermoso que tengo en la vida»

DÍA SIGUIENTE ~∆~∆~∆~∆•

Nos habíamos levantado tarde, lo preparé, le hice el desayuno, había decidido no llevarlo a la escuela, tenía miedo, quería asegurarme de que Kyle no lo fuera a buscar a la pequeña escuela donde lo tenía, era la única en el pueblo.

Pasamos la mañana juntos, repasando sus deberes y ayudando a mami Flor.

En la tarde fuimos al pequeño parque que había, no tenía muchos juegos para niños, pero a él le gustaba el fútbol, habíamos llevado su pequeño balón, estábamos jugando, decidí ir por unos helados dejándolo al cuidado de mi compañera de trabajo que también había llevado a su hijo Maider a jugar.

Me había tomado unos minutos, había muchas personas allí, al regresar le dije a Sarah que iría por los niños mientras ella sostenía los helados.

—Maider, ¿dónde está Lyan? Estaba jugando contigo. ¿Dónde está? —pregunté desesperada.

Empecé a preguntar a los demás con desespero y mirando a todas partes, cuando Maider se encogió de hombros.

—Él se fue a comer helado con su amigo, el señor grande, nos dio este balón, está nuevo y muy bonito, yo no quise ir, mi mamita me ha dicho que no juegue con extraños —respondió finalmente el pequeño, Maider.

Mi corazón se aceleró y empecé a gritar el nombre de mi hijo, a buscarlo como loca, me estaba desesperando cuando lo vi venir con un helado.

—¿Dónde estabas Lyan, por qué me haces esto? Mami te ha dicho que no hables ni juegues con extraños, dame ese helado, ¿por qué te has alejado? ¿Por qué me desobedeciste? ¿Por qué te comportas como un niño desobediente?

Le sujeté fuerte de sus brazos.

—Me lastimas mami.

Reaccioné y lo abracé.

—Discúlpame amor, mami, no quiso gritarte, ni lastimarte, te amo, lo siento, pero no puedes volver hacer algo así, prométeme que nunca volverás hacerlo Lyan. No quiero que recibas cosas a extraños, mucho menos que hables con ellos.

—No es un extraño mami, es mi amigo, ven, vamos, te lo mostraré, nos ha regalado un balón y helados —respondió Lyan.

Decidí acompañarlo a donde me decía que estaba su amigo, iba a reclamarle, a decirle que era una persona muy inconsciente, no tenía por qué acercarse a los niños de esa manera, menos si no estaban en presencia de sus padres.

—Kyle, Kyle he traído a mi mami— gritaba emocionada Lyan.

La presión se me había subido cuando escuché ese nombre, levanté el rostro y allí estaba.

—¿Cómo te has sido capaz? Te pedí que no te acercarás a mi hijo, no tienes derecho, eres un mal… —me detuve al darme cuenta de la presencia de Lyan—. Hijo, ven, vámonos, Lyan mírame, no quiero que vuelva acercarte a ese hombre, prométele a mami que jamás volverás hacer algo así, no quiero que hables con este ni ninguna otra persona que no conozcas.

—¿Amiga que pasa? Vine a ver qué pasaba, viniste por los niños y no regresaste, los helados ya están derretidos —dijo Sarah, como si estuviera ignorando la situación.

—¿Cómo descuidaste a nuestros hijos así? ¿Sabes que le recibieron helado y regalos a personas entrañas?

—Tú sabes perfectamente que no soy ningún extrañó, tengo tanto derecho como tú —protestó Kyle.

—¿Sarah, puedes llevarte a los niños? Los alcanzaré en unos minutos.

Lo abofeteé en cuanto ellos se alejaron.

—Eres un inconsciente, ¿por qué te acercas a mi hijo de esta manera? Te dije que no iba a permitir que lo hicieras, eres un idiota—le dije entre lágrimas y muy alterada—. No te mereces estar cerca de mi hijo. No eres su padre, un padre no abandona y regresa 6 años después, estás muy equivocado si crees que voy a permitirte acercarte a él.

—Puedes decir todo lo que quieras, pero no depende de ti, te estoy pidiendo por las buenas que me permitas ver a mi hijo. Te he dicho que no sabía que estabas embarazada. Pamela si no lo aceptas de este modo tendrá que ser por las malas, te aconsejo que lo pienses bien y lleguemos a un acuerdo.

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