Un trato con el hermano de mi EX
Un trato con el hermano de mi EX
Por: Merfevi
CAPÍTULO 01

El sol de la mañana entraba a través de las cortinas, arrojando un cálido brillo sobre el rostro de Ava mientras se despertaba. A su lado, los ojos de Alejandro se abrieron de par en par. Por un momento se miraron el uno al otro sin decir palabra, todavía quedaban restos de pasión.

—Buenos días, mi amor. —murmuró Alejandro, extendiendo la mano para quitar un mechón de cabello de la mejilla de Ava.

Ella le dedicó una suave sonrisa. —Buenos días, mi amor. 

Apoyándose en un codo, Alejandro se pasó los dedos por el brazo y se le puso la piel de gallina. —Anoche fue…

—Increíble. —finalizó Ava, con un sonrojo tiñendo sus mejillas al recordarlo.

Alejandro reconoció, sus ojos oscuros ardían. —Eres increíble.

Ava se mordió el labio, vacilante. Ahora era el momento de tener la conversación que había estado evitando. —Entonces... ¿Cuándo podré conocer a tu familia?

Alejandro se tensó casi imperceptiblemente. —Pronto, lo prometo.

—Has estado diciendo eso durante semanas. —Ava se sentó y las sábanas se acumularon alrededor de su cintura—. ¿Te avergüenzas de mí? —preguntó. Tenía una relación con Alejandro desde hace más de un año. La mantenían en secreto, pero ella consideraba que era el tiempo adecuado para que la presentara ante su familia. 

—¿Qué? No, por supuesto que no. —Alejandro le tomó la mano—. Es simplemente... complicado con mi familia. Hay expectativas...—Se detuvo con un suspiro conflictivo—. Quiero preparar a mi familia con esta noticia, sorprenderlos y sobre todo que tú te sientas cómoda con ellos. 

El estómago de Ava se retorció con inquietud. Ella buscó su rostro, deseando que sus hermosos rasgos no oscurecieran la verdad tan fácilmente.

Después de un momento, Alejandro encontró su mirada. —No me importan sus expectativas. —dijo con fervor—. Quiero estar contigo, Ava. Solo tú, te amo como a ninguna otra mujer. Quiero todo perfecto para ti. 

Él llevó su mano a sus labios en un suave beso. Ava sintió que sus dudas comenzaban a desvanecerse. Ella quería creerle. Necesitaban creer que tenían un futuro juntos, sin importar los obstáculos que les aguardaban. Confiaba en Alejandro y su amor, pero conocía a su familia y los perjuicios sociales. 

Alejandro pertenecía a la gran familia Montenegro, dueños de grandes empresas y propiedades en diversos países del mundo. Se conocieron de manera fortuita cuando una tarde de lluvia Ava, corría apresuradamente tratando de encontrar un sitio para resguardarse. 

Se topó con Alejandro, quien de manera amable le ofreció su paraguas y la llevó a su apartamento. En ese instante ella sintió una conexión especial y después de un año se encontraba anhelando estar junto él. 

—Pronto. —repitió Alejandro, sus ojos taladrando intensamente los de ella. —Lo prometo. Es más, para que me creas, la próxima semana después de que regrese de viaje, haré el anuncio oficial. 

Ava asintió lentamente y el nudo que tenía en el estómago se aflojó. Tenía que confiar en él. Valía la pena luchar por su amor.

—¿En serio tienes que irte? —preguntó. Odiaba cuando su prometido iba a viaje de negocios, estaba tan acostumbrada a su presencia, sus detalles, sus caricias. 

—Solo será un par de días. Vendré a buscarte en cuanto regrese y prepararemos nuestro anuncio con mi familia. 

Ava formó una gran sonrisa en su rostro. Por fin, el momento había llegado. 

—Tengo que irme, Sebastián está en la empresa y odio sus llamados de atención. 

—¿Tu hermano? —preguntó Ava, ella conocía poco a la familia de su novio. 

—Es un amargado en el trabajo, pero de la vida alegre fuera de él. Su hobby favorito es engañar a las mujeres y hacerme la vida imposible. 

Ava río, su novio era tan ocurrente. 

Alejandro besó sus labios, se levantó de la cama y salió del apartamento. 

(...) 

Ava respiró hondo mientras abría la puerta del taller de moda, inhalando los familiares aromas de tela e hilo. Este espacio, con sus grandes ventanales que inundaban la habitación de luz natural, era su santuario. Aquí podría perderse en su arte, canalizando sus emociones en cada diseño.

—¡Buenos días, Ava! —su asistente, Lily, saludó desde el otro lado de la habitación. —Te ves radiante hoy. ¿Nueva inspiración? —dijo, moviendo sus cejas de arriba a abajo. 

Ava sonrió suavemente y sus pensamientos revolotearon brevemente hacia Alejandro. —Podrías decir que tengo una gran inspiración esta mañana. —Después de que su novio le prometiera que por fin podrían revelar su amor al mundo entero, ella tenía inspiración. 

Trabajaba para la marca de ropa de la diseñadora Zoe Thompson. Esta nueva línea de ropa era nueva en el mercado de la moda. Hace dos años una artista famosa decidió comprar un vestido en una boutique de poco prestigio, el vestido fue un ¡Boom! Y desde ese instante la marca Zoe Thompson se abrió camino entre las grandes marcas de diseño. 

Pero su popularidad tardó pocos meses, así que de nuevo la línea de ropa trataba de tomar de nuevo un impulso, quería ser parte de grandes tiendas de moda como MG de las industrias Montenegro, estar en los altos y costos almacenes era un honor. 

Era una gran coincidencia que Alejandro era hijo del dueño legítimo de esas grandes empresas, pero nunca usaría sus influencias para que Zoe Thompson ocupara un espacio en esas empresas, claro que no, ella quería demostrar que podía lograr mucho sin la ayuda de su novio. Ser reconocida por su esfuerzo y no por influencias. 

Colgó su bolso y se acercó para inspeccionar las muestras de tela colocadas en la mesa de corte. Lily la siguió, prácticamente saltando de puntillas.

—Tengo noticias emocionantes. —dijo—. Recibimos una solicitud para un vestido de novia personalizado, ¡y la novia quiere un diseño original de Zoe Thompson!

Los ojos de Ava se abrieron como platos. Que encargaran personalmente un vestido de novia de la línea de Zoe Thompson era un honor que no se tomaba a la ligera. Su corazón se hinchó ante la oportunidad de ser parte del día especial de alguien. Era la primera vez que pedían un vestido para tal ocasión. 

—Eso es maravilloso. —respiró Ava. Ya estaba imaginando siluetas y detalles de vestidos en su mente.

Lily sonrió. —Tenía la sensación de que estarías de acuerdo. ¿Cuándo podemos programar una consulta?

—Lo antes posible. —Las manos de Ava ya estaban ansiosas por dibujar—. Quiero hacer realidad la visión de esta novia. 

Se imaginaba a ella misma, haciendo un vestido para el día de su boda. Anhelaba una ceremonia extensa, con invitados y flores de distintos colores. Ella vestida de blanco, caminando hacia el altar, mientras miraba a Alejandro al final con las manos extendidas. 

—Incluso ha enviado una invitación para la fiesta de compromiso, para que tomar una idea de lo que ella desea para su boda. 

—No puedo asistir y lo sabes. 

—Bueno, sé que no… pero es una oportunidad para participar en eventos tan exclusivos. Es una nueva oportunidad para ti y tu antropofobia. —susurró lo último. 

Ava padecía un disturbio psicológico, que consistía en el miedo hacia las personas: La antropofobia, Es un fenómeno psicológico que puede manifestarse de diversas formas, desde el temor extremo a interactuar con otras personas hasta el deseo de evitar cualquier contacto social. 

Enfermedad que Ava desarrolló desde pequeña y ahora que era adulta, ella intentaba superarla, pero sus intentos habían sido inútiles, así que ella confiaba en pocas personas para que estuvieran cerca de ella. Lyli y su novio Alejandro. 

—Déjame pensarlo…

De pronto Ava recibió un mensaje de texto de su novio. 

Ale, mi amor.

Te amo, eres la única mujer en mi vida, eres especial, única y quiero pasar el resto de mis días junto a tu lado. 

Ava mordió su labio inferior al leer el mensaje de su novio. Debía intentar superar su fobia, por Alejandro, por su amor. Ella quería ser la mejor mujer para su novio y superar sus medias era el primer paso. 

—Sabes… si voy a asistir a la fiesta de compromiso, prepara nuestros boletos.

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