¡Hola a todos! <3 La batalla ya ha terminado y quedarán dos o tres capítulos mas, como mucho, de la historia de Mar. No sé calcular la cifra exacta pero aproximadamente será esa. Las explicaciones vendrán en los capítulos que quedan y después, pasaremos al libro de Esteban. Espero que os haya gustado el libro y me ha encantado leer todos vuestros comentarios :) También os informo de que habrá un capítulo extra adicional con la historia de Yo: al principio iba a hacer mas capítulos (Alfred, Esteban...) pero me he dado cuenta de que es mejor que se descubra en el siguiente libro. ¡Os quiero un montón! <3 Sois los mejores :D
Me separé de Esteban al de un rato. "Aquellos que no podáis luchar por favor, poned en una pila los caídos. Los que estáis heridos, id al grupo de Julián para que os revisen. Los demás, terminad de matar a los demonios y las brujas." — ordené y me dirigí hacia mi grupo de batalla para ver el resultado: había muchos cuerpos tirados en el suelo, claramente sin vida. "Hemos perdido aproximadamente la mitad de las conexiones que teníamos antes de la batalla." — me dijo Sahira, apenada. "Lo sé... son muchos muertos. Hemos ganado, pero hemos pagado un precio muy alto." Me dirigí hacia el primer cuerpo que me encontré y le di la vuelta: tenía un agujero en el pecho, donde debía estar su corazón. Su rostro tenía una expresión de sorpresa. "Al menos no sufrió." — le dije a Sahira, llevando el cuerpo hacia el lugar indicado. Varios lobos de la manada unieron sus esfuerzos y poco a poco, la pila de fallecidos fue haciéndose más y mas grande. "Mi Reina, hemos encontrado al Alfa Alfred. ¿Q
Mis recuerdos comenzaban en un tubo de laboratorio. La oscuridad era densa y un olor extraño llegaba hasta mi nariz. Intenté respirar y toda aquella oscuridad se metió en mi interior. Quise gritar de dolor pero aquello fue peor y sentí como aquello se introducía en mi ser. ¿Por qué me estaba pasando todo esto? Antes de terminar aquí, yo era... era un... no me acordaba. ¿Qué era en realidad? — Se ha despertado antes de tiempo. — escuché decir a una voz lejana, bastante distorsionada. Aquella voz me resultaba familiar y dolorosa, pero no sabía el motivo. Un momento, ¿qué era algo familiar? ¿Por qué conocía esa palabra? Aquello tan sólo estaba aumentando el dolor, esta vez en la cabeza. — Vuelve a dormirlo. Necesitamos que esté inconsciente. — añadió una voz femenina que por algún motivo desconocido, odiaba. — De acuerdo. Aunque parece que aún tiene sentimientos... — escuché decir a la primera voz con un tono divertido. Una luz rojiza me rodeó y perdí la consciencia. *** Ruido. Escuc
— ¡Me cago en la …! — maldije mientras buscaba a ciegas mi teléfono móvil para apagar la alarma. Eran las 6 de la mañana y ya era hora de levantarme para ir al instituto — ¿Ya es lunes de nuevo..? — gruñí dejando caer la cabeza con desgana y cansancio en la cama: mis largos rizos se desparramaron y rebotaron como si fueran pequeños muelles rebeldes por toda la almohada.Odiaba el instituto. Odiaba tener que ir a clase y estudiar, odiaba tener que ver a los compañeros, odiaba como me trataban."Pero eso es porque te dejas pisotear. " Dijo esa molesta vocecilla en mi cabeza. "Si me dejases tomar el control, las cosas serían muy diferentes".— ¡Oh, cállate! ¡Déjame en paz! No existes, sólo eres producto de mi imaginación, de mis delirios y de mi trauma, no voy a prestarte atención. — murmuré asqueada. Había pasado una mala noche y no me apetecía tener que lidiar con mi locura… bueno, nunca me apetecía, pero hoy especialmente me apetecía menos."Lo que tú digas, Mar, pero en el fondo sabes
El instituto estaba cerca de casa, pero aún así, caminé durante casi 20 minutos. No me gustaba coger el camino directo: había demasiada gente mirándome de forma demasiado incómoda. Prefería callejear y evitar tantas personas como pudiera. El instituto para mí era una pesadilla: debido a mi problema, muchos me marginaban, pero había un pequeño grupo que se burlaba de mí todo el rato. Además, si no huía pronto y se juntaban varios, me pegaban. En realidad, podía defenderme, con mi fuerza, mis reflejos y las clases de artes marciales que recibí durante varios años, no tendría ningún problema, pero no lo hacía. Temía perder el escaso control mental que tenía, ya que cuándo me golpeaban, la vocecilla de mi cabeza sonaba enfurecida y exigía sangre. Si me defendía, quizás me pasase de fuerza y alguien terminase gravemente herido. Así que era mejor recibir los golpes sabiendo que en un rato estaría curada, a mandar al hospital a alguien sin querer. Lo único que hacía ligeramente agradable e
— Perdona, no te habíamos visto — dijo burlonamente una voz femenina que por desgracia conocía muy bien. Maldije en mis adentros y busqué rápidamente una posible salida, por si pudiera huir corriendo. Había una salida cerca pero no estaba a mi alcance: estaba justo detrás de mis agresores y sabía que no se conformarían con ésto. Tragué saliva con fuerza. Sólo me quedaban dos opciones: luchar y quizás enviar a alguno al hospital o dejar que me pegasen. Ninguna de las opciones me gustaba.— Lo siento mucho… iba distraída. Ha sido culpa mía. — dije mirando al suelo para evitar provocarlas — si me disculpais… tengo prisa y…Ellas se rieron con fuerza. Odiaba esa risa con toda mi alma. Casi al instante, sentí que Sahira (no sabíamos el motivo de que llamase así a la voz, quizás fuera el nombre de algún familiar o de mi madre) se acercaba bastante enfurecida. Era una sensación extraña, pero no podía centrarme en eso: en estas situaciones, ella exigía sangre y eso era algo que no podía dejar
La semana pasó más rápido de lo que esperaba, y sin darme cuenta, habíamos llegado al día de la excursión.La verdad es que mis compañeros del instituto estaban muy emocionados, ya que era lo único de lo que se hablaba en el pasillo. Después de aquel feo encuentro con Rose y su grupito, Sahira había estado muy callada, algo que agradecía. Ellas tampoco me habían vuelto a molestar, lo que era todo un milagro. Parecía que daban más importancia a la excursión, aunque sospechaba, por el tipo de conversaciones, que sólo querían ser el centro de atención (y follarse a algún nativo de allí, por lo que había escuchado una vez).Como yo iba a ser la excepción y pasar las noches en la cabaña, había decidido llevar ropa cómoda pero que me permitiera realizar cualquier movimiento. Eso incluía unas mallas ajustadas, un sujetador deportivo y una sudadera, todo de color negro. Había pensado en usar la típica ropa de camuflaje, pero... decidí que sería mejor atarme varias hojas: así también se me pega
Seguí a Alfred hasta un coche de lujo. Pensé que pasaríamos de largo cuando sacó el mando y abrió el coche. Me quedé quieta y muy sorprendida, no esperaba que tuvieran ese tipo de coches. Alfred se giró hacia mí y soltó una carcajada.— ¿Nunca habías visto un coche?— Uno tan caro, no. — Entonces será todo un placer darte tu primer paseo en el. — dijo de forma burlesca. Pasaron unos segundos en los que no me moví — ¿Pasa algo?— No, nada... es sólo que me da miedo mancharlo. Mantener esa tapicería limpia debe costar una fortuna. — dije con timidez. — Normalmente no está tan limpio, no te preocupes. — dijo riéndose — Lo hemos preparado especialmente para ti. Aunque si te resulta incómodo, podemos llamar a un taxi... pero eso no se incluye en el curso y el instituto tendría que pagarlo. — ¿Qué? ¡No, no! Ahora mismo me subo. — dije alarmada y corrí hacia el asiento trasero. Lo último que necesitaba era hacer un cargo al instituto que tendrían que pagar todos los padres. La vuelta a la
Un maldito y estruendoso ruido perforó mis tímpanos de forma repentina, sobresaltándome en la cama.— ¿Pero qué diabl..?No pude terminar la frase porque algo se había abalanzado sobre mí, inmovilizándome... y al segundo siguiente, sentí algo frío y afilado en mi garganta."¿Luchamos? Si mueres no me sirves de nada" escuché decir a mi locura con una clara sed de pelea. "Puedo matarlo para que las dos vivamos".No pude llegar a dar una respuesta, porque sentí, de forma repentina, esa oleada de adrenalina que sentía cuando Sahira entraba en batalla. Así que no me lo pensé y dejé que ella actuase: agarré con las dos manos el brazo que sujetaba el cuchillo, me agaché y me giré en un movimiento tan rápido que a mi captor no le dió tiempo de reaccionar. Una vez había escapado de su abrazo letal, levanté la rodilla para golpearlo en los huevos... por fortuna, mi captor intuyó lo que iba a hacer y me soltó mientras se alejaba, dejando mi rodilla durante un par de segundos en el aire. — Buen