El frĂo viento de esa noche de otoño balanceando el cabello rubio y ondulado de la bella Kristy. Sus ojos de un hermoso tono dorado observando el lago frente a ella en ese solitario jardĂn de rosas. En la mansiĂłn de los Nekrásov se celebraba el cumpleaños nĂşmero dieciocho de ella, la Ăşnica hija del poderoso hombre dueño de varios casinos en la ciudad de Los Angeles y rumorado mafioso ruso. — ¡Dije que no lo harĂ© papá! — ExclamĂł una voz masculina a distancia. Kristy logrĂł escuchar aquel tono grave y se dirigiĂł hacia la voz como si se tratara de una polilla atraĂda por la luz de una farola. Ella caminĂł hasta detenerse tras unos arbustos del amplio jardĂn. Las luces que iluminaban el lugar no eran suficientes, pero ella logrĂł distinguir esa figura masculina, alta y llamativa de un hombre joven de cabello castaño usando una gabardina oscura y un sombrero del mismo tono. Él estaba hablando por telĂ©fono, sus movimientos caminando de un lado a otro parecĂan los de alguien molesto. F
•••••••••• Un año despuĂ©s. ••••••••••MoscĂş, Rusia. — Felicidades por el compromiso. AĂşn son muy jĂłvenes, pero sĂ© que serán muy felices. DecĂa un viejo conocido de la nueva pareja que era presentada en ese lujoso salĂłn de una antigua mansiĂłn perteneciente a los Nekrásov. Kristy sonriĂł con falsedad, para llevar a su boca la copa con champagne. Su nuevo prometido, Vladimir Korovin, era un joven inteligente y prometedor de entonces veintisiete años, en el cual el padre de Kristy confiaba mucho para que se ocupe de los negocios de la familia Nekrásov en Rusia. El apuesto hombre rubio, posĂł sus hermosos ojos celestes claros en la mujer que estaba a su lado. Kristy llevaba puesto un vestido largo y negro, asĂ como guantes de talle alto y un abrigo de piel animal esponjoso de color blanco. Su cabello rubio ondulado suelto y la seductora fragancia de su perfume de rosas se podĂa oler muy bien para su prometido. ¡Ella lucĂa radiante! Era hermosa y tenĂa una aura altiva e imponente
Una semana despuĂ©s. Los Angeles, Estados Unidos. En el centro de la ciudad, en un sector secreto de uno de los casinos del señor Nekrásov. — Disculpe señor, no puede entrar aquĂ, es un área restringida. — InformĂł uno de los guardias en las puertas vestido de oscuro, mientras apoyaba su mano derecha en el cinturĂłn de su portador de armas en una clara señal de advertencia. — He venido a ver a tu jefe, dile que A.K llegĂł, Ă©l entenderá. — ComentĂł el hombre bastante alto en sus treinta años, que utilizaba su cabellera oscura peinada perfectamente hacia atrás y vestĂa una camisa manga larga enrollada hasta sus codos, mostrando sus llamativos tatuajes. El guarda informĂł a alguien del interior que de inmediato llevĂł el mensaje al jefe de los Nekrásov. Solo unos minutos despuĂ©s, hicieron pasar a la oficina de Don Gregori al misterioso hombre que desprendĂa un aura peligrosa. — ÂżTerminaste todo el trabajo? — PreguntĂł Gregori Nekrásov mientras dejaba su copa de vodka sobre la mesa de su e
Ese mismo dĂa, en horas de la tarde. Los hermosos ojos dorados de Kristy Nekrásov veĂan fijamente la taza de chocolate caliente que se le habĂa servido. — ÂżCon malvaviscos señorita? — PreguntĂł la fiel sirvienta y asistente de ella, Tatianna Lavrov, mujer joven de cabello castaño corto y unos bellos ojos azules. — No, Tati, hoy no, asĂ está bien. — SusurrĂł Kristy para despuĂ©s tomar la carpeta oscura que estaba colocada en la mesita de cristal frente a ella. La hermosa joven rubia, comenzĂł a abrir la carpeta, una que habĂa sido entregada a ella hace solo unos minutos atrás por el espĂa que contratĂł, esto para investigar de la vida de ese hombre que era de su interĂ©s. Kristy dejĂł la carpeta encima de su regazo mientras leĂa poco a poco y a su vez sostuvo la taza de chocolate caliente llevándolo a su boca.Sin embargo, justo antes de dar el primer sorbo, se percatĂł de una palabra que llamĂł en gran manera su atenciĂłn. — ¡¿QuĂ©?! — GritĂł ella. — ¡¿Matrimonio?! — ÂżQue sucediĂł señori
Los dĂas pasaron y llegĂł la esperada noche de otoño en la mansiĂłn Nekrásov.Esa en la que se celebraba el cumpleaños nĂşmero veintidĂłs de la hermosa hija de Gregori, Kristy. La joven llevaba un precioso vestido de color blanco perlado largo y con una abertura en su pierna derecha hasta una cuarta arriba de su rodilla y tallado al cuerpo dejando ver su hermosa figura. El cabello rubio y rizado de Kristy iba atado en un elegante peinado de moño, un suave maquillaje y sus labios pintados de un rosado pastel. Su mano derecha sostenĂa el brazo de Vladimir, su prometido; ambos saludaban a los invitados que no podĂan dejar de felicitar a la cumpleañera que tambiĂ©n estaba de regreso en ese paĂs norte americano. Musica suave y relajante, personas ricas riendo, charlando y tomando champagne; Kristy fingĂa una sonrisa mientras soportaba todo ese glamuroso evento. "ÂżDĂłnde?"Se preguntĂł ella. "ÂżDĂłnde está Ă©l?" "ÂżHabrá venido?"PensĂł la bella rusa mientras que sus ojos dorados se paseaban po
Un nuevo dĂa habĂa iniciado. La hermosa joven rusa no podĂa creer que estuviera por comprometerse con ese hombre…SĂ, ese al que consideraba el amor de su vida, su destinado. — ¡Este no me gusta! — ExclamĂł Kristy lanzando el vestido al suelo. De inmediato su asistente y mejor amiga, Tatianna Lavrov, le pasĂł otro vestido corto de color blanco con una falda perlada al final. — ÂżQue tal este? Resalta más sus caderas señorita~ — Me gusta mucho… Pero… ÂżCĂłmo crees que Nathaniel me verá? ÂżQue hago si Ă©l piensa que estoy buscando provocarlo? Él piensa de mi como una joven pura, debe creer que he sido obligada a todo esto, cuando he sido yo la que empujĂł la situaciĂłn… Kristy, de pronto se quedĂł inmĂłvil frente al largo espejo viĂ©ndose de cuerpo completo en ropa interior de color negro. Inseguridad. Fue un sentimiento que llenĂł a la joven mujer que querĂa d
— Señor Jhonson… — SusurrĂł ella viendo de pies a cabeza a ese apuesto billonario. — ÂżEstás bien? Quizá, ÂżHa sido demasiado para ti? — PreguntĂł Nathaniel con amabilidad extendiendo su mano a la bella Kristy. Ella la tomĂł, Ă©l entrelazĂł sus dedos con los de ella, ahora ambos viendo en direcciĂłn a la larga ventana que mostraba como la lluvia caĂa en las afueras de la mansiĂłn. — Usted… ComentĂł a sus padres de nuestro primer encuentro… — SusurrĂł ella sonrojada. — Lo hice. La señorita Nekrásov es alguien muy dulce y agradable. En ese instante, Nathaniel volviĂł a ver a Kristy. — Si me lo permite, yo quiero conocer más del tipo de persona que es usted, quiero saber que hace, que le apasiona, sus pasatiempos, su pasado, sus planes futuros… — Él hizo una pausa y sonriĂł mostrando esos hermosos hoyuelos que a Kristy tanto le gustaban. — Me gustarĂa comenzar a salir contigo, tambiĂ©n quiero que conozcas
— Oh, asĂ que aquĂ estaban. — SonriĂł Arnold Jhonson, padre de Nathaniel, habiendo ingresado al salĂłn, donde ese joven magnate viudo tomaba tĂ© con su nueva novia y pronta prometida. — El señor Gregori Nekrásov quiere hablar contigo hijo, ÂżPor quĂ© no vas al segundo salĂłn de invitados? — Si padre, irĂ© de inmediato. — ComentĂł Nathaniel levantándose de su asiento y dirigiĂ©ndose a la salida. Kristy quien ponĂa su taza vacĂa sobre la mesa, posĂł sus hermosos ojos dorados en el hombre que serĂa su suegro, viendo como Ă©l se acercaba y tomaba el asiento donde anteriormente estaba Nathaniel. — Oh no te levantes querida. — PidiĂł amablemente el hombre mayor. — Quiero hablar a solas contigo. Kristy se sorprendiĂł por un instante, pero rápidamente mantuvo la compostura y asintiĂł para despuĂ©s sonreĂr amablemente a ese señor. — Está bien, señor Jhonson. ••••••••••Ya en el segundo salĂłn de invi