Capítulo 42

Leyna

Algunas veces y no digo que sea fácil, pero si confiamos tan solo un poquito veremos que las cosas buenas están por llegar. Yo confié y me arriesgué, le dije al miedo que no podía conmigo por mucho que me acompañara a lo largo de la historia, le gané a un simple sueño y lo hice realidad. Porque hay mañanas en las que sale el sol y hay otras que te lo tienes que imaginar. Para mí siempre salía el sol por muy gris que hubiese amanecido ese día.

Al abrir los ojos y más feliz que nunca, lo primero que vi fue a ese sol que me recordó que hoy iba a ser un buen día. Que un día como hoy, había llegado al mundo para revolucionarlo y este me revolucionara a mí. Con la primera sonrisa me encontré a mi sueño cumplido, Mario. Acarició mi hombro desnudo y con un beso largo, intenso y pasional me felicitó—. Que cumplas muchos más, siempre e igual que hoy, a mi lado.

—Que así sea, mi vida.

No todos los días se cumplen los dieciocho, así que tenía la intención de hacerlo inolvidable.

A base de r
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