-Sean bienvenidos a la manada- Ilayen hizo una muy leve reverencia a modo de saludo a los dos jóvenes delante de él, que le respondieron de la misma forma.-Es bueno vernos de nuevo, príncipe Ilayen- Nill saludó siendo de los dos el más formal.Mientras Sibyl dio un paso a él y le palmeó el hombro con una sonrisa.-Que dolor de cabeza este tipo de formalidades.Ilayen aflojó la expresión seria de su rostro. Los gemelos podían parecer intimidantes, para ser menor que él tenían casi su altura, su aspecto exótico dada la fusión de sus sangres junto a su cabello veteado entre plata y rubio, pero era verdaderamente fácil hablar con ellos, siempre y cuando les cayeras bien. Era sabido que podían ser muy crueles con aquellos que osaban hacerles daño, tanto a ellos, como a su padre, y sobre todo a su madre.Para haber tenido una relación inicial tan tormentosa con la Luna de su manada y madre, ahora eran sobreprotectores y hasta obsesivos con ella. No era un misterio para nadie.-Les daré una
Asya estuvo perdida entre sus pensamientos a la vez que se unió a las demás reinas en el salón donde se haría el banquete para los cachorros recién llegados. Estaba aturdida preguntándose quién era el que iba a verla en las noches… y por qué le había mentido. Sobre todo, eso… por qué le había mentido.El nudo en su garganta se le había hecho cada vez más grande. A pesar de estar enlazada, tenía una reacción diferente que cualquier macho, incluso con el alfa. Con ese… extraño o falso Seth… sentía que todo su mundo se resumía a sentirse protegida, a no tener miedo. A la calidez que se buscaba cuando uno se sentía feliz.Pero ahora… ahora…-Sus altezas, los cachorros gemelos y el príncipe de la manada entrarán en el salón.Asya no se dio cuenta al momento del anuncio hasta que Susen a su lado le palmeó con disimulo el hombro. Solo así se levantó y se quedó con la cabeza gacha hasta que…-Adelante- esa voz… esa voz le era familiar.La reina alzó su mirada y el lobo que estaba a solo met
El ambiente era tenso, costaba respirar. Ninguna de las reinas alzaba sus miradas de sus platos y comían en silencio. Interactuar de más con otros, sobre todo si eran machos delante del alfa tendría como consecuencia castigo.Ilayen, sentado cerca de su padre miraba de reojo a la cuarta reina. Había notado que Asya apenas si tocaba su plato de comida. Removía la comida de un lado a otro antes de agarrar un pequeño bocado y llevarlo a su boca donde se demoraban en masticarlo. Su condición aún debía ser delicada. Apretó los labios con frustración.-¿Y bien, cómo se encuentra el Alfa White?- la pregunta por parte de Byron dirigida hacia los gemelos lo sacó de sus pensamientos.Sibyl tragó y tomó de su copa antes de hablar.-Mi padre se encuentra bien, en estos momentos cuidando del embrazado de nuestra madre Xana.Ante la mención de ello el alfa alzó una ceja. Ilayen tragó en seco sabiendo que eso era un tema delicado.-¿Su madre humana, la Luna de su manada, va a tener a otro híbrido?-
El ambiente era tenso, costaba respirar. Ninguna de las reinas alzaba sus miradas de sus platos y comían en silencio. Interactuar de más con otros, sobre todo si eran machos delante del alfa tendría como consecuencia castigo.Ilayen, sentado cerca de su padre miraba de reojo a la cuarta reina. Había notado que Asya apenas si tocaba su plato de comida. Removía la comida de un lado a otro antes de agarrar un pequeño bocado y llevarlo a su boca donde se demoraban en masticarlo. Su condición aún debía ser delicada. Apretó los labios con frustración.-¿Y bien, cómo se encuentra el Alfa White?- la pregunta por parte de Byron dirigida hacia los gemelos lo sacó de sus pensamientos.Sibyl tragó y tomó de su copa antes de hablar.-Mi padre se encuentra bien, en estos momentos cuidando del embrazado de nuestra madre Xana.Ante la mención de ello el alfa alzó una ceja. Ilayen tragó en seco sabiendo que eso era un tema delicado.-¿Su madre humana, la Luna de su manada, va a tener a otro híbrido?-
Hubo un largo momento de tensión, donde nadie se movió. Las dos majestades, frente una de la otra intercambiaron miradas… hasta que fue la reina la que se incorporó rápido y retrocedió dos pasos poniendo una notable distancia entre ellos. El ceño de ella dolorosamente fruncido y sus manos debajo de las manos de su túnica, para mantenerlas escondidas.En cuestión de segundos su rostro pasó de una expresión molesta a una completamente seria y enfocó a Ilayen antes de hacer una leve reverencia.-¿Ocurre algo alteza?- su voz sonó dura y plana.Ilayen, que aun reaccionaba de cómo ella había actuado tragó en seco y bajó su brazo sintiendo como su piel palpitaba donde ella lo había golpeado.-Disculpe reina, la vi tambalearse y creía que caería- inventó una excusa al darse cuenta de se había dejado llevar por su instinto y actuado de forma imprudente. ¿Qué estaba pensando al mandar todo al demonio en un lugar tan público y con su padre aún cerca?Asya inclinó ligeramente la cabeza.-Muchas g
Ilayen dio vueltas en su habitación durante toda la noche tras dejar a los gemelos en sus recámaras correspondientes. Escuchó la puerta abrirse y Seth entró. Su expresión era tranquila así que al parecer no había ocurrido nada para preocuparse.-¿Quién fue solicitada hoy?- le preguntó preocupado a su esclavo.Este negó con la cabeza.-Al parecer, debido a la presencia de los dos cachorros del alfa White, el alfa Byron se contuvo y no solicitó la presencia de ninguna de las reinas, aunque no sabemos con precisión sí dejó a algún esclavo con él.Ilayen sabía muy bien a que se refería. Después de todo, si el alfa no estaba complacido con una de las reinas podría quitar hasta su enojo, excitación o frustración con alguno de los esclavos del harén.-¿y? ¿Sabes si lo ocurrió en la sala donde se efectuó la cena… tuvo alguna repercusión?La negativa que le dio Seth le trajo alivio.-Si hubiera sido así seguramente ya el alfa hubiera reaccionado y tomado medidas. Tampoco hay rumores en los pas
La primera vez que la vio se quedó fascinado.Que bien olíaFue el pensamiento que tuvo Ilayen al ver a la loba que se convertiría en una de las tantas esposas de su padre, el actual alfa de la manada. Era la primera vez que alguien como él, todavía considerado un cachorro a sus 16 años había sentido algo tan delicioso que hacía que su cuerpo temblara y su boca salivara.La loba caminaba por el medio del pasillo, cubierta por un manto blanco que cubría gran parte de su cuerpo, pero que para él… no ocultaba nada. Aun cuando era joven era mayor que él. Con la edad suficiente para entrar en el harem de su padre donde su principal función era satisfacer el gran alfa.Pero a diferencia de otras veces esa idea no le gustaba nada. Cada fibra de su cuerpo dictaba que corriera y arrebatada la loba del lado de su padre y la hiciera suya. Más él no podía.Ella ahora tenía un dueño.Sin embargo, el destino siempre jugaba las cartas como quería y sus caminos se volvieron a encontrar un año más tar
Ilayen atravesaba el pasillo donde los cuerpos estaba desparramos de un lado a otro. Los cuerpos de lobos desgarrando y otros abriendo el camino para él. Los bordes de su túnica abierta estaban manchados de sangre de aquellos que se le habían opuesto, al igual que sus manos con sus garras desenfundadas.Él era más fuerte que todos ellos. Los genes alfas palpitaban en su interior y tras haberse manifestado los había desarrollados con un solo objetivo. Volver y tomar el lugar que le correspondía en la manada. Como el alfa absoluto de esta.Solo faltaba una cosa. Ya tenía el control de la manada, los demás lobos lo habían reconocido como el hijo del alfa actual y no habían puesto resistencia, años de sufrimiento y sumisión los había marcado al punto de desesperarlos por otra alternativa, por un nuevo camino. Sin embargo… él no tenía tan buen corazón como parecía tener. En su mente solo giraban dos cosas.Matar y vengarse. Y no a la misma persona.Con solo pensarlo apretó sus dientes y su