Llegamos a Oymyakon. Vang nos había llevado a un campamento apartado, un lugar donde solo estaba su equipo. Hasta ahora, este era el sitio más seguro al que podíamos aspirar. Estábamos muy lejos de cualquier base militar rusa, lo que significaba que ningún soldado podría encontrarnos fácilmente ni alertar a la Bratva de la presencia de intrusos que, sin duda, serían considerados una amenaza para ellos.Sabía que Serguéi estaba pisándome los talones. No hacía falta que me lo dijeran; desde el momento en que sacamos el cuerpo de Dante de aquel lugar, todo comenzó a irse a la mierda. Cada paso que dábamos parecía empujarnos más cerca del borde del abismo.¿Y todo esto para qué? Esa pregunta seguía rondándome la cabeza, una respuesta que aún no tenía. Solo esperaba que el plan que Alan había propuesto funcionara como él aseguraba. De lo contrario, ambos terminaríamos enterrados bajo esta tierra helada y cubierta de nieve, sin dejar rastro.Ahora lo siguiente era contactar a la gente de Da
Alan estaba sentado frente a mí, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, claramente molesto.—¿Por qué diablos le diste nuestra ubicación exacta a ese jodido italiano? —me espetó, rompiendo el silencio que había entre nosotros. Su tono era cortante, casi acusador.Lo miré fijamente, manteniendo la calma que sabía que él no tenía en este momento.—Porque era la única forma de que viniera —respondí, con un tono más frío del que pretendía. —Además, es él quien nos sacará de este lugar, ¿lo has olvidado?Alan negó con la cabeza, su frustración evidente.—Si recuerdo el maldito plan. Pero, ¿y si nos traiciona? ¿Y si le dice a la Bratva dónde estamos? No es como si pudiéramos confiar ciegamente en este hombre. Suspiré, inclinándome hacia delante.—Eso no va a pasar, Alan —dije, firme pero tranquilo. —Recuerda que la Bratva también quiere a Dante muerto. Si llegan a dar con nosotros, no solo acabarán con nosotros, sino también con él. Rizzo no correría el riesgo de perder a su líder. E
Bienvenidos a esta historia de deseo y amor prohibido.Deseo Prohibido es el primer libro de la saga "Dominio Ruso" podría decir que es una historia independiente y no es necesario leerla o leerla en orden con la trilogía "Infierno" sin embargo, para entender algunas cosas si lo es. Y es necesario leerla toda hasta el final porque algunas cosas saldrán en la saga "Legado De Sangre" más en el segundo.Recuerden que el contenido que escribo es ficticio, solo inventado por mí, algunas son sacadas de mi imaginación y unas que otras investigadas, pero nada de lo escrito aquí es real. La historia tiene contenido adulto y lenguaje ofensivo, también algunas escenas fuertes.***ANYAHabía cumplido dieciocho años cuando mis padres me vendieron a un hombre mayor, obligándome a casarme con él y ser su mujer.Para mí la vida terminó desde ese día, ya nada sería igual. Desde que pusieron a ese hombre en mi vida comencé a conocer el verdadero infierno, y no es que no lo hubiese conocido antes, pe
ANYA5 años antes.—¡Anya!—grita Narkissa, al entrar a mi dormitorio, me di cuenta de que estaba molesta —¡¿Cómo demonios es que dejaste que te vendieran con ese monstruo?!Nadie comprendía que era algo que yo no podía evitar, tenía que aceptarlo y ya. Jamás me dieron la opción de elegir y la verdad no sé si la quería o no. Salirme de este encierro y entrar a otra cárcel venía siendo lo mismo, solo que con un hombre a lado mío, uno que es un desconocido para mí. —Sabes que no tengo voz ni voto en esto —digo en un tono triste y pesado. Estaba haciendo mi último equipaje, la mala noticia ya me la habían dado y solo me quedaba hacer esto, para marcharme para siempre de esta jaula de oro y entrar a otra.—En que siglo creen que vivíamos. Mis tíos no pueden hacerte esto, me rehusó a que te vayas con ese monstruo. —Para ellos así será, ellos son los quedan las órdenes. Narkissa se acerca y me arrebata las prendas de ropa que tenía entre mis manos. —¡Por Dios no seas estúpida! -me quede
ANYA.Actualidad.A mis veintitrés años ya tenía la vida acabada, de hecho desde antes. Desde que mi padre me vendió al despiadado ruso Sergei Vasiliev, mi vida se había terminado.Ser su esposa era un infierno, uno que no le desearía a nadie. Por culpa de él es que había dejado de ser la Anya dulce y feliz del pasado, ahora no había nada, solo un vacío enorme y frío.Sergei Vasiliev, me había arrebatado mi vida y mi inocencia, pero lo peor de todo fue porque mi familia me entrego al mejor postor como si fuera un objeto.Quisiera odiarlos, pero no podía, con el único que lo hacía era con ese maldito abusador que se decía ser mi esposo. No justificaré lo que mis padres me hicieron, eso nunca, ¿por qué quién en su sano juicio vende a su hija? Absolutamente, nadie que la amaría, y ahí es cuando me di cuenta de que ellos amaban más sus propiedades, su reputación y hasta sus vidas, que la mía. Eso sí dolía y hasta me rompía por completo, aunque el maltrato de ese hombre también dolía, lo
LUCA—¿Qué es lo que quiere Sergei de ti? ¿Para qué te ha llamado? —interroga Nikolay.—No lo sé. Yo también lo quiero averiguar.—Ten mucho cuidado, Luca. Sabes que él no es de fiar.—Oh, no sabía que te importara —bromeo, él me fulmina con la mirada mientras se me escapaba una carcajada — Y dime tú, ¿aquí quién es de fiar? —agregué sin importancia.—Luca, sabes a lo que me refiero.Claro que lo sabía, yo más que nadie sabía el significado de la traición, la deslealtad de los que se dicen ser tu familia porque llevas su apellido. Pero, aun así, quería hacerlo, para llegar hasta él, al tío que le arrebato el imperio a su propio hermano, para hacerse más poderoso y gobernar en gran parte de rusia y así dejar su suciedad con ese poder.Aquí los lazos de sangre no servían de nada, la ambición y el poder eran más grandes, que cualquier otra cosa.—Sé perfectamente. No hace falta que siempre me estés recordando que ese hijo de puta se quedó con lo que le pertenecía a mi familia —mascullo c
ANYANo tuve otra opción que regresar a mi habitación frustrada, pero aterrada, solo de pensar que ese maldito vuelva a poner sus manos sobre mí, me hacía temblar de pies a cabeza, y no de una manera agradable.Cerré la puerta de golpe y fui al baño, a darme una ducha y enjuagar mi boca, para quitar todo rastro de su asqueroso aroma. Una vez que termine de ducharme, vestí y me fui directo a mi cama.No quería saber nada de nada, solo meterme debajo de las mantas y cerrar los ojos, no abrirlos hasta que está pesadilla haya pasado, pero sabía que eso era imposible. Debía obedecer su orden, si no quería que me fuera peor.Suspiré derrotada y abrí el pequeño cajón de mi mesita de noche y saque mi celular; necesitaba hablar con alguien aunque no me desahogará, y la única persona correcta era mi prima. Narkissa siempre ha estado para mí, en los momentos trágicos y no tan trágicos.Seleccionó el contacto y automáticamente la llamada procede, no tarda ni tres segundos cuando ya tengo a Kissa
LUCA— Su organización está aliada a la élite oscura, ¿estás seguro de que quieres trabajar para él?— Lo sé, y no tengo otra opción. Tengo que hacer este trabajo para ganarme su confianza.— ¿Y la mejor opción es asaltar los territorios del Diablo?— Da igual, es otra escoria más para este mundo. De todos modos me acabo de enterar por Serguéi, que el Diablo está muerto.Nunca lo odié ni nada, de hecho ni lo hice en el mundo, y de todas maneras ya estaba muerto. No tuve la desdichada de conocerle en persona, con todo lo que supe sobre él, tenía suficiente.El Diablo fue muy bueno en lo suyo, por ello le decían el peor demonio de Europa. Tenía entendido que fue muy leal con los suyos, aunque siempre jodió las tradiciones y se hizo de sus propias reglas, formando así su organización y un gran liderazgo. Y apegado siempre a sus únicos y fieles colegas, a los que llamó su familia.Tenía entendido que el Diablo nunca cumplía con el reglamento de las familias italianas, las cuales se acostu