Me levanté de la mesa, pero en ese mismo momento decidí echar otro vistazo a donde se encontraba Keira y me pude dar cuenta que algo andaba mal. Vi como la chica sostenía su cabeza con una de sus manos, el Alfa se sentó a su lado y la abrazaba, hacía unos minutos la pelirosa estaba bien y ahora parecía bastante desorientada, aquello me causó una rabia horrible, al parecer la habían drogado, solo de pensarlo me enfurece.Sentí como mi lobo gruñía y me pedía a gritos que la ayudara, que no dejará que le hicieran daño, no pude contenerme y me acerque a su mesa, ya el tipo estaba levantando a la Omega con la intención de llevársela.– ¿A dónde crees que la llevas? – le dije amenazante.– Es mi chica y me la llevo, como puedes ver está bastante borracha – hizo una pausa – Además quien eres tú para estarme preguntando?– Soy su Alfa, asi que sueltala – el tipo dejo caer a Keira en el asiento, su intención era intimidarme pero había notado que mis ojos había cambiado de color y mi voz se vo
Apenas había logrado contenerme, no quería que se diera cuenta de como estaba en aquel momento, mi lobo aullaba desesperado, solo quería poseerla, ella era realmente una Omega hermosa y sensual. Me percate que le había molestado mi rechazo, pero no quería aprovecharme de ella y demostrarle que era como todos los demás Alfas, prefería correr el riesgo de que no quisiera saber de mi, ya me encargaría de conquistarla. – ¿Dónde te metiste anoche Jack? – Me aburrí y me fui a mi departamento, de todos modos estabas muy ocupado – Williams reía. – Perdón por haberte dejado a un lado, pero aquella belleza necesitaba de toda mi atención y no podía decirle que no – una sonrisa ladina se asomaba en sus labios. – Me invitas a salir contigo y luego me dejas tirado por una mujer, que amigo mas malo tengo, como piensas compensar el daño que me has causado – dije dramatizando un poco. – Bueno pensaba en invitarte de nuevo a salir, vamos a cenar el sábado en la tarde. – NO.... invítame de nuevo
Llegaron al departamento, uno realmente grande y hermoso, todo estaba ordenado y limpio, como si allí viviera una chica y no un hombre solo.– ¿Quieres un trago? – preguntó Jack.– Si, ¿tienes vino? – respondió la Omega.– Si, enseguida te lo sirvo – acercándose a un pequeño bar que tenía en una esquina de la sala.– Me gusta tu depa – observando todo a su paso.– Que bien que te guste, puedes venir cada vez que quieras, este es un barrio tranquilo, por eso compre aquí – acercándose a la chica y entregándole una copa.– Entonces vives solo? – pregunto curiosa.– Si.Keira lo miró tomando la copa, para después acercarse dándole un beso en los labios, este le correspondió.Con el pasar de los segundos el beso se fue intensificando cada vez más, la pelirosa empujó a Jack al sofá y se subió a horcajadas encima de él, movía sus caderas suavemente dejando escapar un pequeño gemido y así provocar al mayor que ya se encontraba perdido en sus labios.El Alfa se levantó con la chica encima de
El Alfa se sintió muy preocupado cuando Keira salió prácticamente corriendo de su departamento, no podía entender el porqué, ni qué había hecho mal para que aquella pequeña huyera de esa manera, se quedó sentado en la cama petrificado, no pudo tan siquiera mover un músculo para salir tras ella. Nunca espero que reaccionara asi, el se había sentido bien a su lado y hubiera jurado que ella también se había sentido igual, la vio tan entregada, tan dispuesta a recibir de sus caricias, sus besos, que por eso no entendía su reacción, ese día no salió de su departamento, no se sentía capaz de lidiar con nadie, su tonto lobo se sentía deprimido y el rechazo de aquella Omega lo dejo muy triste. Después de aquel dia se sumergió por completo en su trabajo, apenas dormía, no quería pensar en nada, ni escuchar a su lobo que le pedía a gritos por Keira, trato no pensar en ella pero le fue imposible, solo había transcurrido una semana y comenzó a ir aquel bar todos los días con la esperanza de ver
Ese día fue especial para Keira, nunca se había sentido tan amada como con aquel Alfa, a pesar de apenas conocerse sentía una conexión única, había escuchado muchas veces sobre las parejas predestinada, pero después de su decepción dejo de creer en el amor y en los Alfas, había sufrido tanto, que se negaba a creer que esas cosas tan cursis existían, pero Jack la hacía sentir diferente, única, quería darse la oportunidad de volver a sentir amor por alguien.– ¡Mamita hermosa! – se le escuchó decir mientras bajaba la escalera – Paige se encontraba sentada en el sofá de la sala leyendo un libro de recetas nuevas que había comprado.– Dime mi pequeña hermosa – la mayor de las Omegas sabía que su hija quería algo. Keira se sentó a su lado dándole un beso en la mejilla.– ¿Mamita cómo te diste cuenta que mi papá era tu predestinado? – dijo jugando con sus dedos.– ¿A qué viene eso mi niña? – dijo cerrando el libro y acunando la cara de la menor con sus dos manos con mucha ternura.– Solo te
Keira se paró frente a Jack con los brazos cruzados y una de sus cejas levantada.– Entonces cómo piensas redimirte de lo que has hecho Alfa – regalándole una pequeña sonrisa pícara.– Haré todo lo que tu desees.– ¿Todo lo que yo quiera?_ pregunto Keira.– Si, todo – dijo con una risita maliciosa asomándose en sus finos pero sensuales labios.– Ok, primero llévame a comer a algún restaurante bien caro, a medida que avance la noche se me irá ocurriendo que más quiero – dijo para darle la vuelta al auto y entrar, Jack solo sonrió y fue a abrirle la puerta a la pelirosa para que esta entrará.Toda noche se hizo lo que la Omega quería, Jack llevó a la pequeña a comer y como ella había pedido, fue a uno de los restaurantes más caros de la ciudad, luego la tuvo que llevar a un karaoke e hizo que cantará y bailará para ella, la idea no le agradaba pero haría lo que fuese por el perdón de la pelirosa, hizo que comiera helado a pesar del frío que hacía y que al mayor no le gustan, pero a Keir
La Omega exploraba con sus manos debajo de la camisa del mayor, el beso se hacía cada vez más intenso, Jack la cargó depositándola con mucho cuidado en la cama, dejando pequeños besos en su frente, rostro, mejillas, para así bajar hasta su cuello mordiendo con suavidad, mientras la chica dejaba escapar un gemido, encendiendo aún más al alfa.Las caricias comenzaban a subir de nivel mientras la ropa caía una a una al suelo. Los dos se encontraban completamente desnudos sobre la cama, llenándose de caricias y besos húmedos que los traía ciegos de pasión.Jack sostenía una lucha interna con su animal, este quería salir y tomar el control de todo, nesecitaba aquella Omega, quería morderla, hacerla suya, pero no lo permitiría, quería tratar con mucha delicadeza a su pequeña, quería hacerle el amor y hacerla tocar el mismísimo cielo, y si, quería marcarla y reclamarla como suya pero no era el momento, primero le demostraría que el no es igual a todos los Alfas que conocia, que el no solo la
Jack se encontraba sentado en su silla tras su escritorio sumergido en sus pensamientos, lo único que tenía en mente era lo que le había contado Keira hacía unos días atrás, el Alfa le había quedado claro que la quería proteger, que fuera su Omega, marcarla y hacerla suya, darle todo el amor del mundo y sobre todo tenía que tener paciencia para que volviera a creer en el amor, por lo que estaba dispuesto a enfrentar a su padre y romper con el compromiso tan absurdo que tenía con Lisa.No podía seguir con aquella mentira, sabía que la chica tenía sentimientos por él, pero el Alfa jamás había sentido ni una pizca de atracción hacia ella y no quería dañarla más dándole alguna esperanza, sabía que con su supuesta boda dependía el crecimiento de la empresa, pero había encontrado a su predestinada y no quería perderla.Solo el hecho de pensar en eso hacía que su lobo se entristeciera y se sintiera decaído y su parte humana también sentía lo mismo.Keira era su Omega, el amor de su vida e i