Se despertó con el corazón acelerado, era el segundo sueño que siempre lo perseguía por las noches, ya sabía cómo era al final, pero le parecía como inventado. Lo cierto es que le sonaba a comercial de waffles o de jugos para el desayuno; sin embargo, como deseaba que hubiera sido cierto, estar con su familia y disfrutar un momento más de ellos.—Tus ondas Theta ligadas al estado REM se están viendo alteradas últimamente—. Comentó Valgyum mientras le colocaba los adhesivos en la frente y el pecho.—¿Qué quiere decir eso? —preguntó el niño, no pasaría de los 13 años.—Quiere decir que tu memoria está cambiando, puede ser algo subconsciente o relacionado a las pesadillas que me mencionaste la otra vez.—¡No lo sé! Yo me siento igual que siempre, no tengo pesadillas… Tengo un sueño recurrente, uno en el que unos hombres entran a una especie de avión y atacan a mi familia…—Entiendo… ¿Algún otro sueño más?—No…, solo ese, es muy real…, pero Ke… padre, mencionó que yo estaba desmayado cuan
—No sé qué pensar, ¿crees que deberíamos hacer algo al respecto? —preguntó Carter a Galah.—¿Algo como qué?—Siento que hay algo raro, tengo un mal presentimiento… ¡no me gusta nada! —dijo caminando ansiosamente de lado a lado.—Carter…, ¡Carter! Para, me estás mareando —le señaló el espacio al lado de su cama —siéntate un rato, te daré un masaje. El chico se dejó caer en la cama con desgana.—¿Por qué aún no sabemos nada de ellos? Llevamos aquí buen tiempo y desde que nos dijeron que ya estaban bien han pasado varios días… hasta una semana me atrevería a decir.—Ayer le pregunté a Quyn…—¿Qué te dijo?—Fue muy esquiva, algo inusual en ella… Sé que es un androide, pero no te parece que es diferente a los demás que has visto.—Puede ser… aunque todos son máquinas sin corazón o sentimientos.—¡Ella se me antoja muy distinta! Hay algo… no sé… un rastro de…—¿Humanidad? —completó Carter.—¡Exacto!¿cómo sabías que eso quería decir? —él la miró enamorado, desde la única vez que ella le robó
—¿Estás listo? —Sí, solo estoy terminando de validar que sea segura la vía para comunicarse.—Lo es, pero toma las precauciones que consideres necesarias, Carter.—¡Lo haré, no confío en Gale! Lo siento, Quyn, pero es la verdad.—Entiendo… —ella nunca había desconfiado, pero esta vez sentía que algo no andaba bien.—¡Lo tengo! —dijo emocionado y empezó un beep intermitente en el cristal de su monitor.—¡Carter! Eres tú… chicos, que emoción verlos… —casi grito Brice y Dome daba saltitos a su lado.—¡Brice! —dijeron los otros tres, totalmente conmovidos.—¿Cómo han estado chicos? —preguntó Dome, casi al borde de las lágrimas—. Los hemos extrañado demasiado…, Gal, me da tanto gusto ver que estás muy bien… si les contamos todo lo que pasamos luego que ustedes salieron, les parecería explosivo, digno de película de acción de hace 130 años.—¡Ya podremos hablar de eso! —mencionó Gal, secándose las lágrimas—. ¡Gracias por haber ayudado para que estuviera mejor!—¡Carter hizo todo! —sonrió B
Dome finalmente decide que se quedará con Brice y rechaza nuevamente a Gale, este le ofrece el cielo y las estrellas, pero ella se mantiene firme. En su enojo, él enciende un rastreador que estaba en el dispositivo que le había entregado a Dome y durante la noche caen los de seguridad.—¡Creo que los chicos están en problemas! —mencionó Brice nervioso.—¡Dios! ¿Qué fue todo eso Brice?—No sé, pero la piel se me puso de gallina… necesito saber qué les ha sucedido, si están bien… Debemos hablar con Gale.—No, ellos nos estaban llamando sin que nadie sepa… ¿Estás seguro de hacer eso? —resaltó con cierta desconfianza.—Obvio que sí, él nos ha estado ayudando hasta ahora… tiene que haber sucedido algo malo, podemos estar en peligro todos, incluso él.—¡Comprendo! Hay que llamarlo, entonces…—Pero, ¿Cómo? —empezó a dar vueltas en círculos mientras hablaba sin parar.—Yo puedo comunicarme con él… —mencionó en voz muy baja, tanto que ni Brice le prestó atención y continuó con su lluvia de ide
—¿Gale?—Dome, es importante que hable contigo.—Justo te iba a llamar, yo también deseo hablar contigo… Bryce ya sabe que tengo este dispositivo y hemos estado hablando desde que llegamos aquí… Debo decirte algo, es difícil para mí, pero…—Eso no importa ahora… Tengo malas noticias, llama a Bryce, es importante que escuchen ambos.—¿Malas noticias?—¡Dome, trae a Bryce! —gritó Gale y la chica se sobresaltó para salir corriendo en su búsqueda.—Bryce… es Gale… dice que tiene malas noticias, desea hablar con ambos… —mencionó la chica agitada por haber corrido hasta el patio.—¡Dios! —Bryce corrió a toda velocidad, tenía un pésimo presentimiento, lo había sentido desde la noche; una especie de dolor en el pecho que le oprimía—. ¿Gale, qué ocurre?—Bien —inició—, los demás fueron atrapados anoche… Interceptaron la llamada que se hizo, les dije que no podían comunicarse… ¿Por qué lo hicieron?—Carter estaba angustiado… y siendo honestos yo también, llevamos semanas sin saber nada del otro
Era el año 2150. La ciudad brillaba con luces holográficas que pintaban el cielo nocturno con un resplandor futurista. La sociedad se había dividido: los ricos vivían en una realidad virtual llena de comodidades, mientras que la mayoría luchaba por una pequeña porción de acceso al ciberespacio, reservado para trabajos específicos y controlado por corporaciones, se había vuelto una costumbre vivir así. Desde hacía muchas décadas atrás que se había restringido el uso de la red, es más, si tenías menos de 25 años no tenías idea de lo que había sido tener acceso a buscar todo con un solo clic.En un rincón oculto de la ciudad, en un cibercafé clandestino; como todos los que visitaban usualmente. Con paredes tapizadas con píxeles parpadeantes y luces de neón, donde el Deep House se colaba muy fuerte en tus oídos. Cada día, sin falta, se juntaban Brice, Domeka, Carter, Galah y Enzo. Chicos de mentes inquietas, atrapados en un sistema, creado y dirigido por una gran corporación, que les nega
El descubrimiento de la brecha en el sistema no solo representaba una oportunidad para estos chicos, sino una ventana hacia la esperanza para toda una población atrapada en la opresión digital, tiranizados dentro del sistema al que no le importaban desde hacía muchas décadas atrás. Conscientes del poderío de las corporaciones, sabían que su lucha sería una batalla difícil y peligrosa, pero también comprendían que la libertad cibernética de su pueblo valía la pena. En esta era, donde todo se realizaba mediante el acceso a la red, era crucial mantenerse conectado; sin embargo, eso no era asequible para todo ciudadano y se monopolizaba de forma cruel. Estar desvinculados, como ellos lo estaban, solo significaba pobreza, retroceso y muerte.Cada uno había presenciado de cerca el sufrimiento y la marginación impuesta por la falta de acceso equitativo al ciberespacio. Desde niños en las calles sin educación hasta enfermos desatendidos en hospitales, la desigualdad digital se manifestaba en
En el ático de un almacén abandonado a las afueras de su comunidad, lleno de pintadas y grafitis; oculto de los guardias de la ciudad. Los cinco chicos habían creado un espacio para desarrollar al máximo su creatividad y poder hurgar en los procesadores de red que provenía de la corporación hacia la zona exclusiva. Evidentemente, esos accesos eran todos clandestinos, ya que las comunidades de la zona menos favorecida no tenían permitido su uso.Esa era la única manera que ellos habían encontrado para satisfacer su curiosidad por la tecnología y conectarse con el nuevo mundo. Toda la cultura de la era pasada la encontrabas a disposición virtual, veían noticias, videos divertidos, tutoriales, absolutamente todo al alcance de sus manos, pero sustraído de manera oculta por miedo a ser descubiertos por los "Phantoms". Ell