—Como has escuchado, Vanessa, yo amo a Angie. Ella es la única mujer a la que he amado de verdad en mi vida. Tú y yo... simplemente fue un error, una ilusión que se desvaneció con el tiempo.Vanessa, con una expresión de incredulidad y furia, trató de desmentir sus palabras.—Ella está comprometida, con ese hombre. Daniel, no puedes amarla. A quien amas es a mí, siempre ha sido así —dijo Vanessa, con una mirada desquiciada en sus ojos.Sin perder la calma, me acerqué aún más al escritorio de Daniel, buscando respaldo en nuestra conexión y confianza mutua.—Vanessa, déjame ser clara contigo. Yo no soy el problema. Incluso si estuviera comprometida, no puedo ignorar lo que siento por Daniel. Él es mi amor, mi refugio en medio de la tormenta. No importa cuánto intentes manipularlo o retenerlo, él está decidido a estar conmigo —pronuncie.Vanessa comenzó a reírse de manera desquiciada, como si la situación le resultara irónica.—Daniel, ¿crees que puedes enfrentarte a Freddy por ella? ¿Es
★Freddy.—Aún no puedo creer que estemos haciendo esto a escondidas de mi hermana —comenzó a hablar Matthew, con un destello de emoción en sus ojos. La luz tenue de la habitación resaltaba sus gestos llenos de entusiasmo.—Matthew, si te acompañé es porque tú eres más animado que yo, siempre sabes cómo hacer que las cosas sean divertidas —respondí, cruzando mis brazos mientras nos debatíamos entre qué sabor era el mejor para el pastel de mi boda. El aire se impregnaba de deliciosos aromas de chocolate y vainilla, tentándonos con su dulce esencia.Toda la tarde nos inmersamos en la tarea de planificar cada detalle de la boda.Matt y yo nos dedicamos a escoger manteles de encaje, flores frescas y exquisitas, y no sé cuánto más. La gente a nuestro alrededor no tardó en empezar a murmurar, confundiéndonos con los verdaderos novios. Sonreímos entre risas, sabiendo que la confusión era un reflejo de nuestra complicidad.—Tu hermana está embarazada... —hice un espacio para que él procesara l
Caminaba de un lado a otro, mis piernas se sentían extrañas y las manos me sudaban. El nerviosismo se apoderaba de mí. Nunca me había sentido de esta manera, ni siquiera cuando me casé con mi primera esposa. Traté de controlar los latidos acelerados de mi corazón mientras observaba cada detalle de la iglesia, esperando ansiosamente el momento en que ella apareciera.—Te ves muy nervioso —pronunció mi padre Scott, quien venía con su esposa.—Padre —respondí, tratando de disimular mis emociones.Él sonrió comprensivamente.—Deberías ser un poco más paciente, ella llegará pronto.Asentí, tratando de calmar mis pensamientos y emociones.—Sí, lo hará. ¿Cómo estás, Lorena?— saludé a la esposa de mi padre, intentando aparentar calma.—Muy bien, muchas gracias por la invitación a tu boda. Tu padre estaba igual de nervioso que tú cuando nos casamos, así que es normal tener nervios. Bueno, iremos a saludar—. Lorena comenzó a caminar hacia el resto de la familia. Mi padre se quedó a mi lado por
★10 años después.Y he logrado superar todos los obstáculos que se me presentaron.A pesar de todo, todavía recuerdo aquel día en que Vanessa, con su semblante perturbado, nos apuntó con un arma. Fue un momento de pánico y confusión, donde el miedo se apoderó de nuestros cuerpos. Pero Freddy, valientemente, se abalanzó hacia Vanessa, dispuesto a protegerme a toda costa.—¡Deja a Angie en paz! —exclamó Freddy, su voz cargada de determinación y valentía. Sin embargo, Vanessa no parecía dispuesta a escuchar razones.—No deberías haberme desafiado, Freddy. Tú tampoco deberías estar con ella. Me apartaron de Daniel —respondió Vanessa, su voz temblorosa pero llena de rabia. En su mirada, podía ver el dolor y la angustia que la habían consumido durante tanto tiempo.Sus palabras resonaban en mi mente, sumergiéndome en un torbellino de emociones. Me resultaba difícil comprender cómo alguien podía llegar a ese extremo de desesperación. Aunque sus ojos rojos y su piel pálida hablaban por sí sol
Angie es una joven que ha crecido en la opulencia y el éxito gracias a sus padres, Dylan y Jenny Hans, quienes son reconocidos empresarios. A pesar de tener una vida privilegiada, Angie siente que algo falta en su vida y decide seguir su verdadera pasión: la medicina. Abandona su vida de lujo para perseguir su vocación y se adentra en el mundo de los hospitales.En el hospital, Angie conoce a Daniel, un hombre encantador y carismático que también trabaja en el mismo lugar. Entre ellos surge una conexión inmediata y Angie se enamora perdidamente de él. Planean casarse y construir una vida juntos, pero en el día de su boda, Daniel la deja plantada sin ninguna explicación. Este acto destroza el corazón de Angie y la deja con un futuro incierto.A pesar de la devastación, Angie continúa trabajando en el hospital, tratando de sanar sus heridas emocionales. Un día, un mafioso gravemente herido es llevado al hospital y Angie es asignada para atenderlo. A medida que cuida de él, experimenta e
Mi nombre es Angie Hans, una joven de 25 años apasionada por la medicina. Siempre he admirado el amor y el compromiso de mis padres hacia mi educación y desarrollo profesional. Ellos han sido mi mayor apoyo desde que decidí encaminarme en esta carrera. Esta mañana, al despertar, los rayos del sol inundaron mi habitación. Desperté encandilada por la luz, pero no pude evitar sonreír. A pesar de lo desgastante que puede ser estudiar y trabajar al mismo tiempo, sé que cada esfuerzo vale la pena para lograr mis metas. Miré mi reflejo en el espejo del baño mientras salía de la ducha. Me veo hermosa, y no lo digo solo porque me lo han repetido mis padres, amigos y conocidos. Mi melena rojiza cae sobre mis hombros en suave cascada, y decido peinarla en una coleta alta para mantenerme cómoda durante mi jornada en el hospital. Me acomodo mi bata blanca impecablemente planchada y me encamino hacia mi amado lugar de trabajo.Mi vocación médica nació gracias a mi tío Maximiliano, un reconocido m
Después de mi “emocionante” conversación con Vanessa, regresé al hospital con una nueva determinación.El resto de mi día transcurrió sin contratiempos, atendiendo a mis pacientes con empatía y dedicación. A medida que iba finalizando mis consultas, no podía evitar sentir una ligera ansiedad por conocer a Daniel.Al día siguiente, Vanessa me informó el lugar y la hora en el área del hospital donde se daría la presentación de Daniel.Finalmente, llegó la hora de conocer al dichoso nuevo médico. Me dirigí al lugar donde Vanessa me había dicho que lo encontraría.Al llegar, vi a un hombre atractivo con una sonrisa amable y una bata blanca impecablemente planchada. Él me miró a pesar de la multitud y me acerque sigilosamente, cuando estuve frente a él extendió la mano para saludarme.—Hola, soy Daniel. ¿Tú debes ser Angie? Vanessa me ha hablado mucho de ti —dijo con un tono cálido y amigable.—Así es, mucho gusto, Daniel. Vanessa también me ha hablado de ti. Parece que tenemos mucho en co
El cambio de nuestros roles en el hospital se había convertido en algo inevitable. Daniel había sido ascendido a jefe de departamento y yo, me sentía emocionada y a la vez nerviosa por los desafíos que esto implicaría, ahora el sería mi jefe inmediato.Daniel y yo habíamos crecido juntos tanto en nuestra carrera como en nuestra amistad, y ahora teníamos la oportunidad de trabajar aún más estrechamente. Aunque confiaba en nuestras habilidades y en la forma en que trabajábamos juntos, sabía que el cargo de jefe de departamento traería nuevas responsabilidades y presiones.Una mañana, mientras organizaba mi escritorio, Daniel se acercó a mí con una sonrisa en el rostro y unos documentos en las manos.—¡Buenos días, Angie! Aquí están los nuevos protocolos y directrices a seguir para el departamento. Siento que trabajar juntos en esto será toda una aventura, pero estoy seguro de que lo haremos muy bien.Tomé los documentos y los hojeé, asintiendo con la cabeza.—Tienes razón, Daniel. Será