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73 chapters
CAPÍTULO 71 –Amor...
—¿Enserio me vas a ayudar?El suelta un suspiro frustrante—Escucha, tenías razón. Las escuché a hablar a ambas y dijeron que que quería deshacerse de ti sin que nada las vinculara pese a que las acusen por tu.. asesinato.Con sigilo subimos por las escaleras, cuando salimos me di cuentan de que estábamos en una vieja casa hecha de ladrillos, hacía mucho frío, pero no tanto como el frío que hacía en abajo, todo este tiempo me tuvieron en un sótano—¿Sabes hacía donde vamos?.—Eso creo, memoricé cada una de las salidas de este lugar hay un laberinto por la cocina, lo usaremos para salir de aquí. —pregunté si alguien sabía de ese laberinto y a dónde nos llevaba —Nos llevará a una puerta que está en la bodega del jardín trasero y si, alguien más sabe de él, lo vi usándolo para verse a escondidas con uno de los matonesNo quería siquiera preguntarlo ya que podía imaginarme quien es, la única capaz de hacer eso es Magdalena así que le dije que no quería saber de los detalles extras. Nos de
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CAPÍTULO 72 –¿El fin?
—¡Ya basta! —dijo cansada —Estas aquí para hacer tu trabajo, no tienes porque interferir en nuestra vida privada.—Mereces algo mejor y te lo voy a demostrar.Mis manos se convierten en puños mientras me aferro a la silla de ruedas, la ira me esta consumiendo por dentro al solo escuchar aquellas palabras que solo empeoran mi coraje y rabia, sabía que había algo más en ese doctor que no me agradaba y ahora, estoy seguro que sus intenciones son otrasYo vi como la miraba, me di cuenta que sus intenciones eran otras, pero ella es demasiado confiada, creyó en su hermano ciegamente, estoy seguro de que ellos me culpan a mi por lo que ha pasado, por todo, es por eso que me guardan resentimiento y ahora buscan la forma de alejarme de mi esposa y de mis gemelos, pero yo no lo voy a permitirSe que ella intenta darse su lugar pero tal parece que el doctor sigue persistiendo, aunque no quiero culparla pero los celos me ciegan demasiado a tal punto que dejo llevar por mis emociones y termi
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EPÍLOGO
Nunca antes había tenido sangre en mis manos y mucho menos un cadáver, grité asustada pidiendo que me quitaran el cuerpo de Magdalena, unos brazos me sostuvieron cuando me quitó a mi madrastra de encima.—¡Ah¡… ¡sueltame desgraciado!...—¡Oye, oye!...Desesperada terminé arañando la cara del sujeto que le disparó a Magdalena, caí sentada cuando me soltó y sus quejidos de me hicieron familiar.—Vaya que me extrañaste mucho.—¡Leo!... —me levante de inmediato para abrazarlo, pero había olvidado su estado y ambos caímos al suelo, me precipité demasiado. —¡No puedo creerlo!... estas aquí.—Claro que estoy aquí, no dejaría que ese par de locas se salieran con la suya. —Besarlo fue la mejor sensación, extrañaba tanto esta felicidad, se acabó y ahora mi tormenta fue eliminada.—No puedo creer que hayas matado a esa mujer..—En realidad no lo hice yo.—¿Cómo que no?...Leo señala detrás de nosotros, no me había percatado que había alguien más, su cara estaba cubierta pero no por mucho tiempo
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