Owen Kewlyn
No tenía ni la menor idea de la hora que era, cuando miré el reloj y me mostraba las nueve con quince minutos, había pasado la mayoría del tiempo pensando en mi hermosa asistente, era mucho más que mi asistente, podría llevar cualquier caso que le propusiera y que se propusiera, solo que se consideraba con poca experiencia, en varias ocasiones le he propuesto su participación más activa en los últimos casos y no ha querido, tiene todo para sobre salir en el bufete y poder codearse con los mejores abogados de la ciudad, cada vez que se lo propongo, me responde con un, lo voy a pensar.
Traté de terminar los asuntos pendientes, cinco minutos más tarde me dirigí a mi casa, al bajar al estacionamiento me encontré con un panorama que se venía ver desde la tarde, el ambiente frío invade mi piel, todo sería perfecto si me estuviera acompa
Olivia Damschroder Mi salida de la oficina no fue la más glamorosa, me marché de forma apresurada y precipitada, me asombré de la cantidad de compañeros que salían en ese preciso momento de sus oficinas, me abro paso como puedo entre los muchos colegas, entramos al ascensor, no es que esté huyendo, simplemente es que quiero evitar un encuentro a solas, no respondería de mí.Saqué el móvil de bolso y llamé a un taxi, salí a la brillante luz de las farolas y sonreí mientras esperaba al taxi, seguía pensando en Owen y en su manera de querer acelerar las cosas, también porque ni yo misma era capaz de evitar que nuestro próximo encuentro fuera calmado o razonable, estaba perdida si pensaba que seriamos normales, a simple vista se notaba la tensión sexual entre ambos, si alejarme era lo correcto, así me mantendría hasta darle
Owen KewlynEl solo hecho de pensar que el día de mañana la voy a volver a ver, mi cuerpo se estremecía, me vibraba el pecho, sudaban las manos, fantaseaba a todas horas y que lo más probable fuera que le robara un beso, un beso de verdad de esos que te roban el aliento, te suben a las estrellas y te dejan en la orilla de un mar de remanso. Desperté con ánimos renovados, tomé una ducha, me vestí y salí al pasillo, tomaría un ligero desayuno y partiría a buscar el detalle que
Owen KewlynLa tarde llegó a su fin y con ello la partida temprana de Olivia, las chicas siempre apartaban cita para estas fechas, mamá les había enseñado que siempre en los eventos familiares se debía asistir lo mejor presentable posible, razón de más para que estuviera lista a la hora pactada con mi hermana, nos despedimos con un largo beso a puertas cerradas en el despacho, ya no habíamos podido contener después de tantas veces encontrarse nuestras ardientes miradas. Parecemos una pare
Owen Kewlyn A las siete y media en punto, bañado, cambiado con un traje azul marino, me dirijo hacia la casa de Olivia, eso nos da el tiempo suficiente para llegar con puntualidad. El trayecto no es muy largo, pero no sabemos que nos podamos encontrar en la carretera. Llego a la casa de Olivia y no sé si llamar a la puerta o mandarle un mensaje que la espero afuera. Opto por lo segundo. Busco su número entre mis contactos, escribo el mensaje y se lo envío.
Owen Kewlyn No había entendido porqué mi hermana llevándose las manos a la boca, intercambió miradas con Olivia, como si se enviaran una señal. De inmediato se levantaron de sus sillas corriendo hacia su habitación cerrando la puerta, mi madre socorriendo a papá en lo que se recuperaba de la crisis estomacal, Jeremy no dejaba de tronarse los dedos y pasearse de un lado para otro. Una cena que parecía marchar a pasos normales, se había sumido de repente en un pequeño caos.‒ ¿Y sí es cierto, que el bebé que está esperando Mirelle, es mi hijo? ¿Seré tan tonto para no haberme dado cuenta? ¿Y si, sí sucedió?, no puedo pensar.Creo que está hurgando en su cerebro por si de casualidad el evento si ocurrió; ponerlo en duda, también me hace pensar a mí que pudo haber sido cierto. Que el tonto n