Capitulo 3

Narrador

—¿Qué rayos te sucede padre? ¿Acaso has enloquecido? ¿Un hijo? Esto es algo que jamás podré aceptar

Colocándose de pie al escuchar semejante locura, Abril empezó a caminar por la extensa oficina, mientras que murmuraba por lo que exigía su padre

¿Tener un hijo de Dante?

Cuando este solo la dejó, y se marchó, después de refregarle en su cara que jamás la amaría, y que es feliz con alguien más.

Abril, aún fuera de sí, se detuvo un par de pasos lejos de su padre, y después de tragarse el dolor de jamás ser correspondida, agregó.

—Preferiría casarme con Atlas que tener un hijo de Dante, jamás podré olvidar lo que él me hizo, menos como lo hizo... Así que no me pidas humillarme a mí misma con semejante petición

Si algo sabía Granfort era que su hija era orgullosa, algo que heredó de él.

El hombre, intentando convencerla de ceder, la siguió, y una vez que llegó frente a ella la tomó de sus hombros antes de hablar.

—Abril, sabes que si no lo haces, lo que has trabajado por años, una vez que llegue el divorcio se perderá.

Ella más que nadie sabía sobre esto, de hecho por esta razón no había solicitado el divorcio por abandono aún, ya que este solo le traería problema.

—¿Y es por esto que tengo que darle un hijo? Se supone que cuando me casé con él, era para que este reclamara la herencia, no había necesidad de un descendiente.

Esto lo tenía claro su padre, pero con el fin de asegurar una unión para siempre, él, y el abuelo Hackett decidieron que era lo mejor.

—Y lo sé Abril, es solo que esto nos asegura que los Hackett, y los Granfort trabajaremos codo a codo, por el bien de ese niño, su patrimonio... Sé que odias a Dante, y hasta yo si te soy sincero, es solo que el abuelo pensó que era la mejor opción, y aunque me cueste admitirlo, así lo es.

Ni aun después de haberle explicado una a una las razones por las cuales Abril debía tener un hijo con uno de los Hackett, esta quedaba convencida de esa unión, por lo que, haciéndose a un lado, agregó 

—Aun así no me parece, de igual forma no existe la posibilidad de que suceda... Dante está a millones de kilómetros, así que eso es imposible

El padre de Abril, remojó sus labios, e introdujo sus manos en los bolsillos al escuchar tales palabras, y es que había una parte que él estaba ocultando.

—Abril referente a eso... Él regresa... Dante regresará muy pronto

Sintiendo que su corazón se detenía en ese instante, Abril pestañeo un par de veces tratando de salir de la descolocación

¿Regresaba?

¿Después de tres años?

Durante los cuales ni una llamada realizó, sonriendo sin gracia, Abril, se giró sobre sus talones, y dirigiéndose a uno de los sofás que se hallaban en la oficina para tomar asiento, dijo

—¿Tendría que importarme eso? ¿Después de tres años? Ya no padre, ya yo olvidé a Dante, ahora lo que me importa se halla en este edificio, no quiero tener nada que ver con él

El señor Granfort exhaló el aire al recordar lo mal que la pasó Abril luego de su partida, lo devastada que quedó, las noches de llanto, por el abandono de su esposo, las cuales él jamás perdonaría

—¿Es por Atlas, Lara? ¿Acaso estás interesada en ese chico?

Tratando de reprimir sus sentimientos después de saber que Dante regresaría, Lara solo asintió, y viendo como su padre sonreía, respondió

—Es un buen hombre, espero que mejor que su hermano, de verdad siento tanto haberte atado a él, pensé que Dante era diferente, pero me equivoque.

Por más que quisiera reprocharle esto a su padre, no podía, ya que ella también estuvo de acuerdo pensando que él se podría enamorar de ella con el paso del tiempo, y no fue así.

Su padre, tomando asiento a su lado, le regaló un pequeño abrazo, y tras frotar su espalda un par de veces, preguntó 

—¿Podrás soportar verlo con la doctora? ¿Resistirás ver a Dante con su amante?

La mandíbula de Abril se tensó al escuchar sobre este par, y después de asentir no muy convencida, continuó.

—Claro que si padre, ya te dije, lo olvidé... Así que ya no me importa lo que haga con su vida.

Esto era una gran mentira, en el fondo aunque no lo aceptara, ella aún amaba a Dante, era solo que el dolor, y la decepción no la dejaba aceptarlo.

Después de despedir a su padre, Abril permaneció trabajando, y cuando estuvo a punto de salir a su casa, Atlas, el hombre tan mencionado en la charla con su padre, apareció.

—¿Nos vamos? Recuerda la cena de compromiso.

Ensanchando una enorme sonrisa en sus labios, Abril asintió, y abordando cada uno de su vehículo, se marcharon a la mansión en donde se prepararon para la esperada fiesta

**** ****

—Cuando pensé que no podías ser más hermosa, te veo así

Con sus ojos iluminados, Atlas apenas notó a Abril descendiendo por las escaleras, luciendo un hermoso vestido verde, ajustado a su cuerpo; este quedó entontado, y es que Abril era una rubia platinada preciosa, ojos grandes, azules. Quien robaba los suspiros de cualquier hombre, excepto de su esposo, el cual la abandonó

Llegando al borde de la escalera, este le extendió su mano, y tomándola, él depósito, un casto beso en ella.

—Seré la envidia de toda la fiesta.

Abril, bajó su rostro un poco avergonzada por tantos cumplidos, y una vez que elevó su vista, esta conectó con la de Atlas, quien aún no creía lo que estaba sucediendo

Y es que hacía mucho que él le insistía a Abril, y ahora que al fin se le cumplió, pensó que se trataba de un sueño.

Caminando hasta la salida principal de la mansión con sumo cuidado, él no se separó de ella, y ayudándola a abordar su auto, este pregunto.

—¿Segura que no te arrepentirás? Quiero que por primera vez dejes todo atrás, que disfrutes a mi lado, sin tener el fantasma de Dante merodeando en nuestras vidas ¿Podrás Abril?

De nuevo la mención de Dante la trastocó un poco, así que haciendo un gran esfuerzo, esta negó.

—Y así será, me merezco ser feliz, llegó el momento de dejar eso atrás, y eso incluye a mi esposo

Sinceramente, Abril estaba dispuesta a darse una oportunidad en el amor, muy a pesar de Atlas, ser el hermano de Dante, lo que ella no sabía era que el destino le tenía preparado otra jugada.

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