THOMAS
Thomas se quita la chaqueta de su traje Hermes y la arroja sobre el sofá. Camina hacia el bar y se sirve un trago. Thomas le hace un gesto al hombre que parece que está a punto de orinarse en los pantalones para que se acerque a él. El hombre tiembla de miedo mientras se acerca a Thomas. Thomas da un sorbo a su whisky escocés antes de buscar un cigarrillo en su bolsillo trasero.
—Enciéndemelo, Alberto—dice Thomas, extendiendo su cigarrillo, pero el hombre no puede hacerlo porque no para de temblar.
—No te preocupes, puedo hacerlo yo mismo—
Melina se baja del taburete de la cocina tragando un nudo en la garganta. Ella mira a James y se da cuenta de que está vestida con el traje de Givenchy que le compró antes de que se separaran. Eso no podía ser una buena señal.—James, ¿qué estás haciendo aquí?—Escuché que estabas en la ciudad, así que pensé en pasar y saludarte—dice James, acercándose a Melina, percibiendo su olor flotando a través de su nariz. El cerebro de Melina recuerda de inmediato cómo olería a él durante días, a pesar de hacer todo lo posible para eliminar su olor de su cuerpo. Las lágrimas b
Cuando le lanzan el primer puñetazo en la barriga, Melina ni siquiera finge que no le duele. Gritando a todo pulmón cuando sus nudillos con anillos de hierro golpean su estómago, Melina se encorva hacia adelante, forzando su estómago hacia adentro mientras sus costillas arden; su rostro se vuelve hacia atrás cuando James le golpea la barbilla.—James, por favor, te lo ruego...—Las palabras de Melina se ahogan en su garganta cuando James le da un puñetazo en la cara. Un dolor punzante atraviesa la nariz de Melina mientras se parte en dos. Melina prueba el metal en su boca mientras la sangre brota de su nariz.—Me pregunto si todavía te amar&aa
THOMASThomas se encuentra con Richard a medio camino de su oficina. Pudieron recuperar a Richard hace unos días después de tenderle una emboscada al automóvil que lo transportaba a una casa segura.—Señor, necesito que venga conmigo. Hay algo importante que necesita ver.—¿Qué tan importante?—Thomas pregunta mientras gira la perilla de la puerta de su oficina.—Se trata de Melina.La mano de Thomas se vuelve blanca mientras aprieta con más fuerza e
Melina se despierta una vez más por el sonido de los gritos. Se pregunta de dónde viene y por qué alguien está gritando tan fuerte. Melina mira su cuerpo y ve que la cama en la que está acostada está manchada con su sangre. Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar a su bebé. James debe haberla traído aquí y la vistió. Melina levanta su vestido para revelar vendajes que cubren sus costillas. “No, ¿por qué se trataron mis heridas? No quiero vivir; Quiero morir para que este dolor y sufrimiento pueda terminar.”Melina hace una pausa en sus acciones mientras mueve su mano para arrancarse los vendajes. Sus ojos se abren cuando se da cuenta de lo que estaba causando los gritos que había escuchado. Melina corre hacia Franky mientras la arrojan a la habitación en el piso cerca de la puerta, a pesa
MELINAMelina mira por la pequeña ventana de la habitación donde estaban ella y Franky. No pueden escapar porque las ventanas tienen rejas. Melina ha pasado las últimas dos semanas tratando de averiguar cómo sacarlos de aquí. Franky se encuentra actualmente en coma y los médicos no están seguros de cuándo se despertará. Melina pasa la mayor parte de sus días contándole a Franky sobre la increíble vida que tendrán una vez que descubra la manera de sacarlos.Melina no ha visto a Rafael ni a James en las últimas dos semanas. Ella está contenta con esto. Ambos la asustan, y verlos solo podría significar que algo terrible le sucedería. Las ganas de morir de Melina se han desvanecido. Melina consideró abandonar a Franky, pero des
Melina no puede creer que esté aquí. Ella nunca esperó que él apareciera. ¿Por qué vino? Melina se pellizca para asegurarse de que no está soñando. No se sorprendería si estuviera alucinando en este momento. Melina ha oído que ves a la persona que más amas en el mundo antes de morir.—Soy real, principessa—dice, colocando su mano sobre la de ella. Melina siente el calor de su mano penetrar en la de ella, y rápidamente aparta su mano de la de él, como si el calor la hubiera quemado.“Thomas está aquí, Dios mío, Thomas está aquí. Debe estar furioso conmigo por huir”. Melina mira a su alrededor con mie