6/DE VUELTA CON EL PADRE DE MI HIJO

— Lo siento no te he visto — le dije 

— ¿Trabajas aquí? — me preguntó David

— Si, perdona pero tengo que seguir trabajando — le dije 

— Tania él bebe tiene hambre, dale de comer que yo sigo haciendo lo tuyo — me dijo la encargada chillando 

Cuando me giré para marcharme, David me cogió del brazo parándome. 

— ¿Tienes un hijo? — me preguntó 

— Sí y por favor suéltame, no quiero que mi jefa me riña — le dije 

Entre en los vestuarios para darle de comer a mi pequeño entrando también David detrás mía. 

— ¿Es mío? — me preguntó 

— No tranquilo, no es tuyo, es de otro tío — contesté 

— Si ya, es de un sinvergüenza que la embauco prometiéndole una vida sin que le faltara de nada y cuando tuvo a otra a su lado, a la pobre Tania la tiró a la calle, el sinvergüenza multimillonario —dijo mi jefa, dejándome inerte, ya que no quería decirle nada a David 

— Ese del que habla tu jefa, era yo ¿verdad Tania?--- me preguntó 

— No le hagas caso David y tranquilo que no es tuyo — le repetí 

— Lo siento Tania, pero voy a solicitar una prueba de paternidad y si es mío — se cayó  

— Si es tuyo ¿Qué? ¿Me lo vas a quitar para dárselo a la puta de Madelein?, lárgate de aqui David por favor y olvídate de nosotros — le dije llorando 

Dos días después, vino un hombre al bar, vestido con un traje muy caro preguntando por mí, me dirigí a él para saber que quería entregándome un sobre cerrado marchándose después del bar. 

— ¿Qué quería de ti ese hombre? — Me preguntó mi jefa 

— No lo sé, me ha dado este sobre — le dije 

Cuando abrí el sobre y lo leí, me tuve que sentar llorando sin consuelo, cogiéndome la carta que me dio ese hombre, mi jefa, para leerla. 

— El cabrón niño rico que entró aquí el otro día ¿es el padre del pequeño? — me preguntó 

— Si era él, me lo va a quitar Neri, tiene mucho dinero y yo no tengo ni para contratar a un abogado ¿que puedo hacer? — le dije 

— Confía en Dios y ten fe, no se le veía mala persona Tania  —me dijo -- lo que querrá es saber si es suyo, porque no vas a verlo y se lo dices tú misma. 

Al día siguiente Neri me dio el día libre, así que decidí ir a ver a David a su casa con mi hijo en brazos. Nada más entrar en la casa Lucia me abrazó llorando de alegría, fijándose después en mi hijo que lo tenía en brazos.  

— Pero que cosita más pequeña, ¿es de David? — me preguntó 

— Si de aquella noche, que escuchaste algo, ¿te acuerdas? — le dije sonriendo

— Tania, ¿Qué haces en mi casa? — me preguntó David 

— Quiero hablar contigo por favor, — le dije 

— Lucy cuida de mi hijo por favor, mientras hablamos Tania y yo —le dijo

  

Pasamos a su despacho, sentándose él en su sillón de detrás de su mesa y yo en otro sillón enfrente suya

— Tu dirás, me ha sorprendido que vinieras a mi casa — me dijo 

— No voy a consentir que pinchen o qué diablos quieran  hacerle a mi hijo, yo ya te digo que es tuyo, desde aquella noche que me tomaste a la fuerza en mi cama, no he estado con ningún hombre, mi hijo tiene solo un mes de nacido. — le dije a punto de llorar 

— Ya lo sé que es mío, me hice la prueba de paternidad nada más que nació mi hijo, pero esperaba a que tú me lo dijeras, por eso quería forzar la situación demandandote, vas a volver a mi casa y te vas a comportar como mi esposa que vas a ser, dormir en mi cama y cubrir mis necesidades y te puedo asegurar que tu fuiste la última mujer a la que le hice el amor — me dijo  

— ¿Has estado vigilándome? — le Pregunté  

— Yo no, pero cuando tu estado era avanzado, sí que tuve que contratar a un detective por si dabas en adopción a mi hijo — me contestó 

— No me conoces nada David, nunca lo hubiera consentido, ¿Qué quieres ahora de mí? Supongo que tendrás condiciones para que vuelva contigo a la casa — contesté 

— Que nos casemos y seas mi esposa, fuera y dentro de mi casa y por supuesto en nuestra cama — me dijo con el semblante de su cara muy serio

— O sea lo que tu quieres es que sea o tu puta o tu sumisa, si no quiero que me quites a mi hijo — le dije 

— Tu lo has dicho ¿Qué decides? Tania— me preguntó

— No tengo otras opciones, seré tu esposa — le dije

 La primera semana que viví con David en su casa, fuimos a un decorador para que decorara la habitación de mi hijo, quedando preciosa no faltando detalle ninguno, siendo todos los muebles muy modernos, tenía su cambiador, su cuna, su moisés, una bañera preciosa, su mueble para colocar toda su ropita y una mecedora preciosa para mecer a mi hijo cuando tuviera que dormir, en la cual David durmió muchas noches con nuestro hijo en sus brazos. Aunque dormíamos juntos, David no me tocó ninguna noche, solamente dormíamos lo que podíamos, ya que mi pequeño se despertaba varias veces por la noche, levantándose David casi siempre para mecerlo o cambiarle el pañal si lo tenía sucio. La siguiente semana David me compro un vestido de seda color ocre clarito para ir a una fiesta esa misma noche, en la que fue invitado por uno de sus socios, entre en el baño, me quite la ropa, prepare los grifos del agua entrando seguidamente dentro de la ducha, cuando ya estaba duchada, salí y cogiendo una de las toallas grandes que allí habían, volví al dormitorio para arreglarme, me pinte con colores suaves y cuando fui a ponerme el vestido, David entró él al dormitorio. Se acercó a mi cogiendo mis hombros con sus manos, besándome el cuello erizandome la piel.como siempre me pasaba con él cuando me acariciaba 

— Vamos a llegar tarde a la recepción — le dije 

— Que esperen, primero es mi deseo de follarte — me dijo quitándome el vestido de mis manos

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