Capítulo Ciento Treinta y Tres — Orígenes — Parte IV

Christen se dio vuelta en la cama y casi gritó cuando vio a los guardias delante de ella.

— El Alfa te ordenó que nos acompañaras. — dijo uno de los dos — Y que el niño se quede aquí.

— ¡No dejaré solo a mi hijo!

— No es una elección. O vienes o sufrirá las consecuencias.

Al no tener forma de pedir ayuda a Olivia, Christen se levantó y siguió a los dos hombres. Echó un último vistazo al niño en la cama antes de cerrar la puerta, rezando al cielo para que estuviera sano y salvo.

Que los tres estén a salvo.

***

— ¿Están posicionados?

— Sí señor.

— Espera mi orden para comenzar la invasión. No lo olvides, haz todo en silencio, mata a todos, no dejes a nadie vivo para dar el aviso.

— Puede dejar.

Víctor apagó la radio.

Le temblaban las manos y mentalmente se maldijo por ello. Pero hacía años que no sentía ese miedo de perder a alguien importante. No iba a perder a su pareja ni a su hijo. Haría cualquier cosa para salvarlos.

Igual que tu hermana.

Dios sabe el miedo que sintió en ese moment
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