La casa de Peter era grande, pero también muy descuidada. Si lo que Leonard me había dicho era verdad y ahora los Richie se encontraban con grandes problemas financieros, creo que puedo comprender la razón del por qué este lugar se encuentra así, pues no creo que ellos tengan el dinero suficiente para contratar servidumbre para mantener este sitio.

Entrando yo sola por la puerta del garaje de la mansión recorro un corto camino hasta la puerta principal, donde un hombre de mediana edad me espera, con el rostro serio y los brazos cruzados.

—Buenas tardes, yo soy… —intento presentarme, todavía tratando de mantener mi actitud amable.

—Se quién eres —me corta él con seriedad—, entra, mi madre te está esperando.

No esperaba un recibimiento tan hostil, pero también puedo comprenderlo, yo he enviado a Peter a la cárcel, así que no espero flores y halagos de la familia Richie.

Prefiriendo no decir nada, entro en la mansión y camino detrás de ese hombre, llegando a una gran sala bien iluminada,