Narrador. - “¡No pude ser! ¿No me digas que tu Luna es una Gamma, y aún no la has marcado?, ¡Diosa, estamos en problemas!”- dijo Nelda una de las últimas Banshees que quedan en Irlanda. La cara del Alfa Desmond no demostró el nerviosismo que en realidad sentía, por estas palabras que le había dicho la que su madre consideraba casi una hija, y una de sus consejeras más importantes de Rey oscuro. Era extraño que las manadas estuviera contacto con las brujas, al contrario, históricamente siempre había habido enfrentamientos entre estas dos razas, sobre todo por la hegemonía de los territorios, y hasta ahora, por lo menos en Irlanda, desde el establecimiento de la manada Blue Moon, hecha por uno de los antepasados de Desmond Darkness, la hegemonía la había ganado siempre los hombres lobo. El cambio se produjo cuando hace muchos años, antes de nacer el Alfa, la madre de Desmond Ellie Darkness, la reciente nombrada Luna, salvo de un ataque de unos picaros, a una joven humana, y su hija p
Irina.Era extraño, me sentía llena de energía mientras corría entre la dorada luz, con mi loba a mi lado, la dualidad de mi personalidad, aunque ahora estaba separada, nos sentíamos como una sola. No necesitaba que Bella me hablara, los pensamientos, las acciones y las fuerza era igual en la dos, hasta nuestra carrera sin fin, era coordinada, como si fuéramos un todo.En un momento, la luz se volví mucho más intensa, y la energía en nuestro cuerpo aumento de forma dolorosa. Ambas caímos al suelo, retorciéndonos de dolor, mientras la brillante luz no aplastaba sin dejarnos respirar.-“Luna, respira no estás sola, aquí esta tu pareja, para que lo sientas.”- una voz que yo no había escuchado nunca, penetró en mi interior, aunque me era difícil entenderla entre tanto dolor. –“Irina, sólo puedes ayudarte tú desde dentro, debes meditar, y salir de esa luz, para que pueda sellarte.”- me volvió a decir la voz.Eso era imposible, Bella era la que me ayudaba a meditar, y en este momento, ella,
Irina. Poco a poco sentí que mi cuerpo se despertaba, mientras Bella me llamaba. - “¡Eh! ya es hora de despertar dormilona.”- le oí decir. Abrí los ojos buscando algo que me fuera familiar, totalmente desorientada, me encontraba en una especie de cabaña de madera llena de diferentes objetos triviales, plantas colgadas en unas cuerdas disecándose boca abajo, y alfombras, de lana, de muchos colores. - “Luna veo que ya estas mejor”- Me dijo una voz que me hizo girarme asustada, buscando su procedencia. Frente a mí, una mujer de mediana edad, de eso unos cincuenta y pocos años, a lo mejor sesenta. Iba vestida de una forma peculiar, a un estilo retro como vestían las antiguas campesinas irlandesas, su pelo estaba recogido en una especie de pañuelo rojo oscuro, en lo alto de la cabeza dejando caer su melena, blanca y rizada por la espalda, el traje una mezcla de pequeñas flores gris y mostaza, en un fondo del mismo color que el pañuelo, su falda tenía un poco volumen, se notab
Irina. Miré a Desmond antes de hacer lo que Nelda nos pedía, inconscientemente dejé mi mano en la suya, algo me decía que lo mismo iba a necesitar la tranquilidad y el sosiego que mi mate me trasmitía, siempre que estaba cerca de mí. -“Primero debo, saber algunas cosas por eso Luna quiero que seas sincera con tus respuestas, para que todo ya quede claramente explicado.”-me dijo, y yo, sería, asentí mirándola a los ojos, mientras sentía un movimiento de impaciencia de mi mate, quería acabar rápido con esto, para saber que era lo que me había pasado, y con sinceridad, yo también quería saberlo. -“En tu familia los poderes se pasan entre las hembras, ¿verdad?, a raíz de tu abuela Banshee. ¿no es así?”- me dijo, medio preguntando, medio confirmando, Nelda. -“Mi madre fue la primera mujer-loba en tener sangre de bruj… digo de Banshee, y cuando tuvo la transformación, y descubrió que mi padre era su mate, mi abuela, despertó el poder de su sangre en ella. Los poderes de mi madre eran
Elijah. - “Aún no puedo creer, hijo, que tu mate, sea una omega, su aura no es para nada la de una omega, esa pequeña tiene incluso más fuerza interior que la que tenía tu madre cuando descubrí que era mi mate.”- me dijo mi padre, cuando mi madre nos echó literalmente de mi habitación. - “No sabes cuanto, papá, esa omega, no tiene respeto alguno por los rangos, sólo tienes que mirar en lo que nos hemos metido Cotton y yo por culpa de la luna y ella, literalmente son indomabl…”- un gruñido agudo de advertencia mío hizo que Walter, mi hermano pequeño, uno de los malditos gemelos, bajara la cabeza, y se callara. - “No trates de pagar tu incompetencia y la de Cotton, echándole la culpa a ellas, enano o te golpeó. Recuerda que el alfa no está muy contenta, y yo, tampoco.”-le dije redirigiendo mis nervios y mi ira a un blanco que se lo merecía más. Mi padre me sonrió y gruño severo a mis hermanos que hundieron aún más su cabeza y sus hombros, ante la severa reprimenda de dos betas tan p
Ava. En algún momento una dulce voz llegó a mi inconsciencia, era una voz atrayente, era una voz que por un momento me hizo recordar a la de mi madre, antes que fuera maltratada por la manada, y mi maldito hermano, como represaría por ser la amante del Alfa, mi padre. - “Despierta preciosa, ya has descansado suficiente, querrás saber que ha pasado con La Luna.”- me dijo la voz, haciendo que mis ojos se abrieran de golpe, pensando en Irina. Me incorpore de golpe, haciendo que por un momento que todo a mi alrededor, girara. - “¡Eh! ¡Con calma! Que lo que te inyectaron aún se encuentra en tu sangre. La verdad, mi bella nuera, es que eres muy fuerte, para ser una omega, casi mi marido y mi hijo Elijah, tu mate, no pudieron agarrarte para que no corrieras tras el Jeep que usó el Alfa, para llevar a la luna hacia donde pudiera ayudarla.”- me dijo y unas imágenes llegaron a mi como a cámara lenta. Recordaba bajar nerviosa la escalinata junto Irina, pensando en que tenía que ser aceptad
Irina. Mientras nos dirigíamos a la casa del Alfa, después de la reunión que habia tenido con Ava, donde había conocido a la peculiar familia del Beta, me encontraba en una extraña situación con mis sentimientos, por una lado estaba feliz porque Ava hubiera encontrado su lugar, y aunque ella renegara, e intente quitarle importancia, sabía que, gracias a mi capacidad empática, ella estaba muy feliz, por fin tenía a su compañero que la protegería, una familia que la aceptaba, y le daba su lugar, y finalmente lo más importante para nosotros lo lobos, una manada a la que pertenecer. Pero por otro lado egoístamente sentía que la conexión entre nosotras se estaba debilitando, o al menos, ya no era la única conexión fraternal que tenía Ava. - “A nosotras nos pasará lo mismo cuando nos marquen, nuestros lazos con nuestra pareja serán tan fuertes que pasaran a ser lo más importante en nuestras vidas, junto con nuestro papel de Luna para la manada, justo lo que él está pasando a Ava, y cuand
Desmond. - “Maldito idiota, ¿qué va a pensar nuestro mate de nosotros?”- me dijo Daimon por enésima vez, mientras regresábamos a las dos de la mañana a nuestra habitación. La verdad es que Irina me descontrola, me cuesta estar con ella a solas, sin que me domine la necesidad de marcarla, de cerrar nuestro vinculo, de que seamos uno de una vez. Los celos me invaden si la mira otro hombre, aunque sé que nunca irían en contra de mi mandato, de mi poder, menos en mi manada, pero cuando llegamos a la mansión del Alfa, y vi la admiración de personal de servicio masculino por la belleza de su Luna, los celos me dominaron, y prácticamente la arrastré a la habitación. Se que esto es debido a que aún no la he marcado, y mi parte animal recela de cada macho que la mira, respira a su lado, o se cerca de ella, pero es algo que nunca he sentido y me cuesta controlarlo, saber que tengo que esperar cuatro días para que cerremos el vínculo, tampoco ayuda, es justo por eso que he huido de nuestr