Choque con la realidad

Liam hizo pasar a Margot, él la conocía muy bien, había estado con ella el tiempo suficiente como para saber que era una persona interesada y que solo había salido con él por su fama, para captar la atención de los medios además de su evidente belleza física. Estaba convencido de que, si se había tomado la molestia de ir hasta sus oficinas después de años sin verse era porque quería algo y estaba dispuesto a averiguarlo.

- Entonces ¿ya podemos hablar, o más a necesitar más tiempo con tu asistente? Si mal no recuerdo, tú te tiras a cualquiera que te pase por delante –dijo Margot en cuanto atravesó las puertas.

- En primer lugar, mi nombre es Rebecca, no soy una cualquiera como acabas de decir y, en segundo, he sido la asistente de Liam por cinco años y jamás hemos tenido más que una relación estrictamente profesional, no creo que sea de tu incumbencia lo que sucede o no en estas oficinas, pero solo te estoy haciendo la aclaración.

Las palabras salieron de la boca de Rebecca sin darle tiempo a pensarlo bien, se había sentido atacado por esa chica cuando ni siquiera la conocía.

- ¿Ahora dejas que tus empleados usen esos tonos? EL Liam que yo conocí era implacable, nunca hubiese permitido que le faltaran el respeto de esa manera –le dijo Margot mirándolo a él directamente a los ojos.

- Es que ella no me ha faltado el respeto, tú se lo has faltado a ella, Rebecca es una de mis mejores empleadas y tiene razón en todo lo que dijo. Ahora, empecemos a hablar del asunto que te ha traído aquí hoy en lugar de cuestionar a mis trabajadores ¿Por qué m****a has esperado siete años para decirme que tengo una hija? –le preguntó él acercándose hacia ella mientras Rebecca ya se encontraba saliendo de la oficina.

- Vaya, tú sí que vas al grano, pues, te diré la verdad, no tiene sentido que te mienta. Las cosas no me están yendo muy bien que digamos en el trabajo, el modelaje es una industria bastante malagradecida, toma tus años de juventud y una vez que cumples los treinta comienzan a reemplazarte –la voz de Margot fue fuerte y fría.

Algo de dolor se notó en su rostro al pronunciar esas palabras, ella amaba su profesión casi más que a su propia hija, algo que no pasó desapercibido para Liam.

- Pero ¿por qué ahora? ¿No se te ocurrió que era necesario mencionarme en su momento que habías quedado embarazada? 

- Pues sí, pero quería que Maya tuviera una vida normal dentro de las circunstancias y yo… bueno…

- Tú tendrías una mejor carrera si ocultabas el embarazo, si nadie se enteraba que tenías una hija tendrías más posibilidades de trabajar ¿cierto? 

- Sí, también –la desfachatez con la que Margot estaba hablando encolerizó a Liam, esa mujer había tenido el descaro de aparecerse como si nada en su vida para cambiarla por completo y no estaba mostrando una sola gota de arrepentimiento- Si por dinero es por lo que has venido dime, ¿cuánto necesitas?

- Bueno, medio millón de dólares estaría bien para darle a Maya la vida que se merece.

Al escuchar las palabras de su ex de su jefe, el joven ejecutivo se quedó en shock. No podía creer que estuviera pidiendo una suma de dinero tan grande. Era más que evidente que no iba a utilizarlo para su hija, sino para su propio beneficio.

- Dirás para darte la vida que crees que mereces –le preguntó Liam y Margot guardó silencio, no tenía sentido negarle nada- perfecto, te lo daré, pero a partir de ahora, Maya estará en mi vida, quiero involucrarme como debería haber hecho desde el inicio.

Al escuchar sus palabras, los ojos de Margot se abrieron como platos, no esperaba que Liam le pidiera algo así.

- ¿No crees que sería mejor si continuaras como estabas hasta ahora? No tienes ni idea del compromiso que implica tener un hijo, ya no podrás salir de parranda todas las noches como si nada, ni tirarte a una chica diferente cada vez que quieras. Como mismo vinimos podemos desaparecer, no te molestaré más, puedo filmar lo que quieras como garantía de ello.

Una vez más, Liam comenzó a sentir la ira corriendo por su sangre a toda velocidad, no daba crédito a lo que estaba escuchando ¿Cómo Margot pensó que podría llegar hasta ahí, soltarle una noticia como esa y después querer desaparecer nuevamente? ¿Acaso esa mujer había perdido el sentido común? Tener una hija no estaba en sus planes, pero tampoco lo estaba abandonarla como si nada, no sería ese tipo de padre, no sería el padre para Maya que el suyo fue para él.

- Margot, te apareciste hoy aquí solo para dejarme en claro que no tuve la oportunidad de escoger el nombre de mi propia hija, no pude comprarle regalos, no estuve ahí para ella por siete años –le dijo intentando mantenerse calmado.

- ¡Es porque hubieses sido un padre terrible, Liam! ¡Lo único que siempre te importó fue esta empresa! Tú no estás listo para criar a una niña pequeña.

- ¿Y tú sí, la madre que vino hoy prácticamente a vender a su hija como si se tratara de un suvenir? ¿Tú vas a darme lecciones a mí de cómo ser un buen padre? ¡Quizás no hubiese hecho bien varias cosas, pero jamás se me hubiese ocurrido utilizarla para conseguir dinero! 

La voz de Liam resonó por toda la habitación, gritó a toda voz encolerizado, ya no podía esconder más su ira cuando una pequeña vocecita llamó su atención.

- ¿Mami? –Maya había entrado a la habitación seguida por Rebecca, su voz era tan baja que casi no se escuchaba después de los gritos de sus padres.

- Lo siento señor Edwards, es una pequeñita muy escurridiza –dijo Rebecca pasando su mano por el cabello rizado de la pequeña mientras le sonreía.

- No pasa nada –respondió él mirando a su hija para luego girarse de vuelta hacia Margot y con el tono de voz más gélido que pudo encontrar, comenzó a decir- Tengo muy buenos abogados y lo sabes, estarían muy felices de ayudarme en una demanda por una custodia conjunta.

- ¡No te atreverías! –le gritó Margot nuevamente, esta vez levantándose del asiento como un resorte.

- Mamá, no grites más por favor, dejen de pelear –volvió a decir Maya, esta vez con sus ojitos cargados de lágrimas, asustada por la escena que estaba presenciando y con su mandíbula temblando- Papá, por favor.

Las súplicas de la pequeña no fueron lo suficientemente buenas como para calmar a sus padres quienes continuaban su acalorada discusión. Solo Rebecca pudo darse cuenta de lo asustada que estaba la niña y de que sabía que Liam era su padre, Margot se lo tuvo que haber mencionado en algún momento. 

Era la primera vez que la pequeña veía a sus padres juntos y ellos no hacen más que gritarse como salvajes. De inmediato supo que tenía que tomar cartas en el asunto.

- ¡Todos cálmense de una vez! Están tan enfrascados en discutir que no se han dado cuenta de que la razón por la que están discutiendo está aterrada, además, los dos quieren lo mismo, solo que de diferentes maneras, el bien de la pequeña ¿No podrían llegar a un acuerdo mutuo sin tener que llevar las cosas al extremo? –Margot levanta una de sus cejas y Liam se ve evidentemente sorprendido y aliviado a la vez por la intervención de Rebecca- Margot, tu tuviste a Maya por siete años, lo justo es que le permitas tiempo ahora a Liam para que pase tiempo con ella.

- Si accedo, ¿me darás el dinero de igual manera? –Rebecca se queda sorprendida por el escepticismo de Margot y, por unos segundos, duda que ella quiera lo mejor para su hija.

- Cada centavo –le responde Liam- Rebecca, llévate a Maya hasta que su madre y yo terminemos de conversar por favor –él notó la cara de preocupación de la pequeña- no te preocupes semillita, te prometo que no discutiremos ¿de acuerdo? Y también te prometo que haré lo mejor por ti –ella asintió y salió junto con Rebecca quien la llevó hasta su oficina.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo