Capítulo 43 —Bajo llaveNarrador:Ella comenzó a hojear algunos documentos, fingiendo concentrarse, pero él sabía que también estaba luchando contra lo que sucedía entre ellos, cuando estaban cerca uno del otro y el deseo irrefrenable que los invadía. De repente, se acercó a ella con pasos decididos. Maya levantó la cabeza, encontrándose con su intensa mirada antes de que sus labios se encontraran en un beso ardiente y lleno de deseo. Las manos de Liam rodearon su cintura, atrayéndola hacia él. Maya, sorprendida, tardó un segundo en corresponder, pero cuando lo hizo, lo hizo con la misma pasión contenida.—Liam —murmuró ella entre jadeos cuando sus labios se separaron brevemente —este no es el lugar. Alguien podría entrar.Él la miró con una media sonrisa arrogante, sin soltarla.—No va a entrar nadie —respondió con seguridad, dejando un beso breve en su cuello —Pero si eso te preocupa... —Se dirigió a la puerta. Maya lo observó atónita mientras él giraba el cerrojo, bloqueando cualqu
Capítulo 44 —Almuerzo ConsentidoNarrador: Maya se separó de Liam con un leve empujón, aunque su mirada era un reflejo de la confusión que le provocaba querer detenerlo y al mismo tiempo desear que no lo hiciera. Recogió su teléfono de la mesa y deslizó el dedo por la pantalla para atender la llamada.—¿Hola? —dijo, con un tono que intentaba sonar neutral, pero con un ligero temblor en su voz.Liam, que no parecía dispuesto a respetar la privacidad de la conversación, se acercó sigilosamente por detrás de ella. Antes de que pudiera preverlo, sus labios se posaron sobre el cuello de Maya, dejando un rastro de besos húmedos y cálidos que enviaron un escalofrío por su columna.—Maya, soy Tomás —dijo la voz al otro lado del teléfono, ajena a la situación —¿Sigues en la reunión o ya terminaste?Maya entrecerró los ojos, tratando de concentrarse en la llamada mientras los labios de Liam descendían hasta el hueco de su clavícula. Su lengua delineaba pequeños círculos, y su respiración cáli
Capítulo 45 —Descubrimientos inesperadosNarrador:Maya estaba sentada frente a su computadora en la mesa del comedor. El suave resplandor de la pantalla iluminaba su rostro mientras navegaba entre registros civiles y bases de datos, su ceño ligeramente fruncido. Los números, nombres y fechas pasaban rápidamente, pero no parecía encontrar lo que buscaba. Su concentración era absoluta, tanto que no escuchó la puerta abrirse ni los pasos de Liam acercándose con un café en la mano.—Deberías tomar un descanso, Maya —dijo Liam con voz baja, colocándole la taza de café a un lado y dejando un suave beso sobre su cabeza.Ella se sobresaltó levemente al escuchar su voz, pero no apartó los ojos de la pantalla.—No puedo, todavía no termino.Liam observó el contenido
Capítulo 46 —Yo no fui su prioridad...Narradro:Maya tenía las manos apoyadas sobre el teclado de su computadora, pero no estaba escribiendo. Sus dedos temblaban ligeramente, y su mirada estaba fija en la pantalla, aunque sus ojos no enfocaban realmente las palabras frente a ella. Había estado revisando registros civiles, bases de datos públicas y cualquier archivo que pudiera darle una pista sobre la madre biológica de Tomás. Los detalles que él le había dado eran pocos, casi insignificantes, pero lo suficiente como para mantenerla trabajando desde el amanecer.El apartamento estaba en completo silencio, excepto por el leve zumbido del ventilador de su computadora. Maya se había prometido que terminaría pronto, pero horas después, seguía allí. Sentía una extraña mezcla de urgencia y frustración,
Capítulo 47 —Una pausa necesariaNarrador:El aire en el apartamento de Maya estaba cargado de tensión. El silencio que los rodeaba era espeso, solo interrumpido por el suave zumbido de la computadora que Maya tenía frente a ella. Estaba sentada en el comedor, con los codos apoyados sobre la mesa y la mirada perdida en los papeles que tenía frente a sí. La pantalla mostraba una serie de registros y búsquedas inconclusas relacionadas con la madre de Tomás. Su mente estaba tan absorta que ni siquiera escuchó la puerta abrirse. Liam entró sin hacer ruido, pero sus ojos inmediatamente se clavaron en Maya. Había algo en su postura, en la forma en que apretaba el bolígrafo entre los dedos, que lo hizo fruncir el ceño. Cerró la puerta con un leve clic y se acercó hasta quedarse de pie frente a ella.—¿Vas a decirme qué está pasando? —preguntó, rompiendo el silencio.Maya levantó la vista, sorprendida. Por un momento, pareció que iba a contestar, pero luego suspiró y apartó la mirada, volvien
Capítulo 48 —AnaNarrador:Maya no podía dejar de pensar en Liam y en cómo reaccionaría cuando descubriera que había emprendido este viaje sin decircelo. Tomás, por su parte, mantenía una conversación ligera, pero Maya notaba la tensión en su tono, como si también estuviera procesando la magnitud de lo que estaba a punto de hacer.—Gracias por acompañarme —dijo él de pronto.Maya se obligó a sonreír.—No tienes que agradecerme. Sé lo importante que es para ti.Tomás soltó una leve risa.—Aun así, no habría llegado hasta aquí sin ti. El detective tuvo acceso a ciertos archivos gracias a la ONG. Sin tu ayuda, no hubiera logrado llegar a esta mujer —explicó él, con la mirada fija en la carretera.Maya se tensó ligeramente. Sabía que la organización con la que trabajaba manejaba información confidencial sobre casos de mujeres en situaciones vulnerables, pero nunca había considerado que eso pudiera servir para algo tan personal como esto.—No creo que haya sido solo por mí —respondió ella,
Capítulo 49 —La cabaña en medio del bosqueNarrador:Maya se mordió el labio mientras miraba el teléfono en su mano. La señal en la carretera era intermitente, y la noche ya había caído cuando el coche de Tomás empezó a dar problemas. Estaban a poco de haber salido del pueblo, cuando el vehículo comenzó a hacer ruidos extraños, hasta que finalmente se apagó en un tramo desolado de la carretera. Tomás intentó arrancarlo varias veces sin éxito. Tomás golpeó el volante con frustración, exhalando pesadamente.—Genial… simplemente genial —murmuró, pasando una mano por su cabello mientras miraba el tablero del coche como si esperara que se arreglara solo.Maya miró alrededor. La carretera estaba completamente oscura, con solo un par de faros en la distancia anunciando algún vehículo que pasaba esporádicamente.—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó, cruzándose de brazos.—Podría llamar a una grúa, pero a esta hora… —Tomás consultó su reloj —No van a venir en menos de tres horas. Tal vez lo mejor
Capítulo 50 —El apellido KaneNarrador:Maya se apoyó en el lavabo, dejando caer la cabeza hacia adelante con un suspiro. Se mojó la cara con agua fría, tratando de disipar la sensación de incomodidad que se había instalado en su pecho desde que entraron en la habitación.Entonces, un golpe suave en la puerta la sacó de sus pensamientos.—Maya —llamó Tomás desde el otro lado—Voy a pedir algo de comer. ¿Qué te apetece?Ella parpadeó y levantó la cabeza, mirándose en el espejo.—Lo que tú pidas está bien —respondió con voz neutra.Hubo un breve silencio antes de que él hablara de nuevo.—¿Y de beber?—Nada de alcohol —dijo inmediatamente—So