30 Plan.

Horus llego a la mansión sintiendo la necesidad de regresar con su dulce princesa lo antes posible, pero, aunque deseara estar con la joven que amaba, también tenía trabajo por hacer, por lo que le hizo señas a dos de los custodios que estaban postrados fuera de la mansión Bach, para que se acercaran.

— Señor. — dijo el joven del cual era sabido que estaba enamorado de su hermana, Horus respiro profundo, debía mantener sus celos de hermano a raya, pues Neizan ya se lo había advertido, “En el corazón nadie manda, deja que Estrella viva lo que tenga que vivir y tu prepárate para que tu vida cambie”, y fue en ese momento que Horus descubrió que su tío no se refería a que su vida cambiaria porque Estrella se enamorara, sino porque él se iba a enamorar, no podía creer que Neizan aun siendo su padrino le diera tan pocos indicios de lo que su destino le deparaba.

— Santiago, saca la basura del maletero y déjala en la sala de entrenamiento, mi padre se ocupará de deshacerse de ella. — Santiag
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