LA VENDETTA DEL CEO MAFIOSO
LA VENDETTA DEL CEO MAFIOSO
Por: AZAHARA
1/DE VUELTA AL HOGAR

Cuando baje del avión que dubi en Inglaterra para volver a mi casa en Sicilia, después de estar todo un año estudiando en la Universidad de Cambridge, me fui directamente a recoger mi equipaje, marchandome despues al exterior de aeropuerto, donde me di cuenta de que a unos pocos metros estaba la limusina en la que mi padre me envió para recogerme, me acerque viendo a Mariano el chofer sonriendome

— Bienvenida a casa señorita Alexandra — me dijo

— Gracias Mariano ¿Y mi padre? — le pregunté al chofer, mientras estaba guardando mi equipaje en el portamaletas de la limusina

— Está en casa, deseando volver a verla — me respondió

Después de guardar mi equipaje en el maletero, me senté en el vehículo igual que el chofer, marchandonos del aeropuerto con dirección a mi casa. Al llegar a la entrada del camino que conduce a mi casa, el chofer abrió con el mando a distancia el portón que guardaba la casa, entrando en el camino, me fije que había más sicarios protegiendo mi casa que cuando me marché a estudiar a Inglaterra. Cuando el chofer paró el vehículo delante de la puerta de mi casa, no espere a que Mariano me abriera la puerta, ya que la abri yo porque deseaba entrar en mi casa y ver a mi padre.

—Benvenuti a casa vostra miss Alexandra — me dijo Carlota, nuestra sirvienta y mi niñera desde que murió mi madre

— Gracias Carlota ¿y mi padre? — le pregunté

— Suo padre è nel suo ufficio Cariño — me dijo

— Entonces me voy a su despacho, tengo ganas de abrazarlo — respondí

Me fui corriendo hacia el lugar donde estaba el despacho, toque a su puerta con mis nudillos escuchando la voz gruesa de mi padre gritar

— Avanti – dijo

Abri la puerta y cuando entre le vi la sonrisa tan bonita de mi padre cuando me vio, levantándose de su sillón acercándose a donde yo me encontraba con los brazos abiertos

— Alexandra, mi preciosa hija, ya está en casa  ¿como estas cariño? — me preguntó

— Ahora que estoy de vuelta en mi casa, bien papá, qué ganas tenía de volver — respondí

— Cariño, déjame que te presente a un buen amigo, — me dijo mi padre girando mi cuerpo fijandome en el hombre que estaba detrás de mí sin hablar

— Alexandra, te presento a Giovani Conte, un buen amigo y un buen socio mío que espero que sea algún día — me dijo mi padre sonriendo

— Es un placer conocerla por fin señorita, su padre me ha hablado muchas veces de usted — me dijo aquel hombre

Me quede mirándolo fijandome en lo alto que era, en sus grandes y preciosos ojos verdes, sus labios bien perfilados y carnosos y en su porte, ya que se le notaba que era bastante musculoso aunque iba muy bien vestido con un traje muy caro

— Igualmente señor, encantada de conocerlo — le dije, sintiendo como un escalofrío que recorría todo mi cuerpo, mojando mi tanga, solamente con el roce de su suave mano.

— Como ya estás en casa, mañana celebraremos una fiesta en tu honor hija, contigo aquí la alegría será una dicha para todos — me dijo mi padre.

— Yo me marcho ya, quiero ver a mi amiga Bianca, ya que tengo muchas cosas que contarle — dije acercándome a mi padre dandole un beso en una de sus mejillas

— Adiós señor Conte, espero que nos volvamos a ver — le dije antes de marcharme del despacho de mi padre

Me marché del despacho, pero cuando cerré la puerta detrás de mí, apoyé mi espalda en ella, estaba completamente acalorada, ya que el hombre que estaba con mi padre me causó un sinfín de sensaciones inexplicables en mi cuerpo. Me marche a mi dormitorio, cogi mi bolso para sacar mi móvil de su interior y empecé a marcar el numero de telefono de mi amiga Bianca, contestandome ella al segundo tono de la llamada

— ¿Alexandra eres tú, de verdad? — me preguntó

— Hola Bianca y, si soy yo, ya estoy en Sicilia, en mi casa ¿cuándo nos podemos ver?, tengo un montón de cosas que contarte — le dije

— Esta noche estaré en el club y amiga yo también tengo muchas cosas que decirte ¿nos vemos en el club, sobre las diez? —  me preguntó 

— Allí estaré, ti amo amiga — le dije

— Yo también, qué alegría que ya estés de vuelta en Sicilia amiga — me dijo terminando las dos la llamada

Por la noche y después de cenar, me marché a mi dormitorio, entre en el baño, me quite la ropa, entrando en la ducha, después de ducharme, rodee mi cuerpo con una toalla, volví a mi dormitorio acercándome al vestidor, escogiendo un vestido color ocre de talla corta y escote liso, me sequé el cuerpo con la toalla, poniendo seguidamente mi vestido, mis zapatos de tacón fino, me pinte con colores no muy llamativos, cogi mi bolso, marchandome al salón de se encontraba mi padre, sentado en el salón con una copa de licor en su mano.

— Ten cuidado bambina, Pietro te acompaña y no vengas muy tarde — me dijo mi padre

— Papá ya no soy una niña, anda no te preocupes tanto por mi, pero te prometo que volveré pronto como una buena hija que soy — le dije dándole un beso en la mejilla

Me marché de mi casa al exterior, viendo parado en la misma puerta un coche de alta gama que yo aun no conocía y a Pietro uno de los sicarios de mi padre, de pie al lado del coche, con la puerta abierta del copiloto, esperándome

— Gracias Pietro, pero sé conducir yo solita — le dije

— Lo siento señorita, pero son órdenes de su padre, ahora por favor suba y la llevaré donde usted me diga — me dijo

Me senté dentro del vehículo muy enfadada ya que aunque deseaba conducir ese vehículo yo sola, Pietro era mucho más cabezota que yo y no me dejó conducirlo. Cuando llegamos al Club, pensé que mi chofer particular se marcharía, pero no fue así. Pietro paró en la misma puerta del club para que yo bajara del vehículo, aparcandolo en el parking que había, él después. Me baje y entre en el local buscando a mi amiga Bianca, que me fue un poco dificil encontrarla ya que las luces del Club era tenues y habia muchisima gente.

— Hola buenas noches Alexandra, nos volvemos a encontrar — escuche la voz de un hombre que me resultó muy familiar

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