Marcada por su lobo predestinado

Mía, lo miro con extrañeza, no comprende su actitud. El Alfa, al verla la tristeza de su mate, se calma, y le dice —es protocolo, no quiero que mi manada se enoje por tener preferencias

—disculpe la interrupción mi rey. Mi luna, el rey tiene razón, además, falta poco, pronto volveré a hacer lo que tanto me gusta, me alegra verla, volveré a mis labores— Leticia hace una mini reverencia y luego se marcha nuevamente a sus labores.

Mía quería decirle algo más, o contradecir a su Alfa, en su reino de Domenik, ella logró establecer una ley en que las omegas pueden hacer labores importantes, y no siempre ser sirvientas.

Liam mira a Beta y le hace una señas con su mano izquierda de que se vaya. Beta hace una mini reverencia y se marcha. —ven conmigo— le pide a Mía, tomándola de la mano, pero ella lo ignora.

Mía camina hacia la habitación, ella es inteligente y muy observadora, así que sabe a cuántas puertas está la habitación del Alfa.

El rechazó de Mia, causa una punzada en el corazón de
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