Samantha no podĂa creer que Leonard le habĂa pedido matrimonio en el pasado solo por quĂ© se encontraba "celoso" sin motivos de Johan. — Hablo en serio. — RespondiĂł Leonard. — No tiene sentido, no habĂa razĂłn alguna por la que te sintieras celoso, como dije, eras solo mi amigo. DecĂa la joven mientras movĂa sus piernas del regazo de su prometido para despuĂ©s ponerse de pie. Pero Ă©l la detuvo en ese instante sosteniendo a Samantha de la mano. — No era suficiente. — AdmitiĂł el atractivo hombre. — QuerĂa más, más que una simple amistad, más que verte de vez en cuando. Los hermosos ojos de color verde oscuro de la joven veĂan con atenciĂłn a esos de un profundo azul que tenĂa su prometido. Intentaba descifrar la verdad. ÂżQue tan ciertas serĂan esas palabras? ¡Ya no podĂa confiar en Ă©l! No podĂa creer al hombre sentado en el borde de la
5: 40 pm. "PensĂ© que podrĂa dormir algo, pero no fue asĂ… No logrĂ© descansar pensando constantemente en lo molesta que estarĂa mi Reina y que harĂ© para apaciguar su enojo" Mientras Edik tenĂa aquellos pensamientos y planes, caminaba hasta la oficina de Luka en el hotel. — ¡Ya vine! — DecĂa Edik de mala gana cruzando la entrada. — Llegas tarde. — No exageres. — Dijo el hombre rubio sentandose en una de las sillas frente al escritorio de Luka. — ÂżQue sucediĂł con tu abuelo? ÂżLograste averiguar si el cĂłdigo pertenecĂa a esa puerta? — PreguntĂł yendo al punto. — No, pero ya que estás aquĂ te enviarĂ© a ti esta noche, probablemente sea la Ăşltima oportunidad que tenemos antes de que las cosas se compliquen con el regreso de Leo. — Hay una probabilidad de que Leonard tambiĂ©n haya dejado esa habitaciĂłn vacĂa, ÂżNo lo has pensado Luka? Por quĂ© Ă©l fue quien diĂł el anillo a Samantha y sabĂ
Ante el rápido e inocente beso de Samantha, una sonrisa curvĂł los labios del atractivo prometido de la misma. — Sabes que prefiero cuando son en la boca cariño. — Dijo en tono coqueto inclinándose a ella. "¡Lo he logrado!" PensĂł Samantha. "Su estado de ánimo ya mejoro, serĂa un problema para mĂ que comience a sentirse decaĂdo o que no tiene oportunidad, algo asĂ podrĂa significar que Leo ya no quiera intentarlo y decida dejarme; debo ser cautelosa, mucho más ahora que esa desconocida quiere recuperarlo, una vez logrĂ© lo que quiero con ayuda de Luka, ya podrĂ© devolvĂ©rselo completo a esa Chelsea" Ante los pensamientos del plan de Samantha, ella sonreĂa aĂşn a su prometido y a su vez, sus brazos se posaron sobre los hombros de Ă©l. — ÂżQuieres uno en la boca? — PreguntĂł ella siguiendo el juego coqueto. Ella esperaba una respuesta de su prometido e incluso ya tenĂa pensado que decirle, pero no h
Khristeen no dejaba de maldecir a Reina, quien le habĂa colgado de forma grosera a pesar de que sabĂa que fue gracias a ella que diĂł con la amante de Luka. — ¡No lo puedo creer! Es la peor cuñada en el mundo. — Gritaba khristeen exaltada. "Da igual si no me quiere decir nada de esa desgraciada mujer, simplemente tendrĂ© gente vigilando todos los dĂas y a todas las horas" "¡Esa cualquiera de los Thompson debe pagarla!" *****3, 1 y… 8… ¡CLACK! — Esto… No lo esperaba. — SonriĂł Edik viendo que el cĂłdigo del anillo de Samantha fue el que abriĂł la puerta segura. El hombre rubio termino de abrir la puerta viendo unas escaleras que bajaban algunos metros. Él continĂşo caminando hasta que llegĂł al final de dichos escalones y vio una puerta de glamurosa decoraciĂłn la cual estaba cerrada. "Espero que no me pida otro m*ldito cĂłdigo" PensĂł Ă©l poniendo su mano
"ÂżSalir con mi amante? Ella… Realmente cruza la lĂnea siempre que le da la gana" Pensaba Leonard mientras se ponĂa de pie, acercándose hasta Samantha a pasos lentos. — Es cierto que pienso encontrarme con Chelsea, pero no es nada de lo que estás imaginando, tampoco es un tema del que daba hablar contigo por respeto a ella. — No te estoy pidiendo respuestas de eso, no me interesa. — Comento Samantha seria. — Lo Ăşnico que quiero es que me dejes salir unas horas de la mansiĂłn. Leonard exhalĂł sintiĂ©ndose molesto. — No quiero. — ¡Quiero comprarle un hermoso obsequio a mi amiga y quiero lucir ropa que me haga sentir feliz! — La Ăşltima vez compraste mucha, debes tener demasiada que ni siquiera has estrenado, sobre el obsequio, enviarĂ© a quĂ© compren algo adecuado y de suficiente valor para dejarte en buena posiciĂłn. — ¡Tu no conoces a mi amiga! — ExclamĂł Samantha ac
Samantha veĂa a su alrededor lo hermoso que lucĂa el jardĂn privado en el sector oeste de la mansiĂłn Campbell, se acercĂł hasta unos cuatro metros del estanque. "CreĂ que era algo pequeño ya que es artificial… Pero… Es más extenso de lo que pensaba, probablemente su profundidad tambiĂ©n sea mucha" La joven veĂa algunos árboles coloridos a distancia, llenos de sus flores respectivas avisando que pronto darĂan sus frutos. Las ráfagas del refrescante viento de medio dĂa sacudĂan su volado vestido y su larga cabellera castaña, la señorita Thompson cerrĂł sus ojos respirando profundamente y llenando de aire fresco sus pulmones. — ¡Señorita aquĂ! ¡Venga aquĂ! — GritĂł contenta Clarisa bajo la copa de un frondoso cedro, haciendo extendida una manta rojiza en el corto y perfectamente cuidado cĂ©sped. Samantha caminĂł hasta su sirvienta y amiga sentandose en la manta y pidiendo a ella que haga lo mismo.
8: 00 am.— ÂżYa se ha ido Leonard? — PreguntĂł Samantha a Clarisa mientras tomaba su desayuno. — Si señorita, el señor Campbell no parecĂa estar de buen humor, estaba despierto desde muy temprano y estuvo en el salĂłn ejercitándose para despuĂ©s tomar su desayuno, el cual a penas y comiĂł, luego saliĂł con uno de sus trajes en tonos grises su expresiĂłn era muy tensa. — Wow ese fue un informe bastante detallado Jajaja~ — ReĂa Samantha. — Lo siento señorita, es solo que usted pidiĂł que le dijera y solo lo hice… — RespondiĂł Clarisa avergonzada. "Quizá querĂa sentirse en Ăłptimas condiciones para verse con su amada"PensĂł Samantha haciendo un gesto de desagrado. — Disculpa, no estuvo bien que me riera, estoy muy agradecida con los cuidados que has tenido conmigo y me gustarĂa que me sigas informando de todo lo referente a Leonard. — No se preocupe señorita, por supuesto