El tiempo fue pasando cada vez más veloz y la barriguita de Alicia crecía. Se veía más hermosa con cada día que pasaba y radiante. Ahora se había mudado con Salvatore a un lujoso piso en la ciudad de Nueva York. Aún así, el interior del piso le brindaba un confort inigualable y se sentía como si no estuviera en los suburbios. Todo era calma, la que ella necesitaba.***La noche de ese jueves, Hope volvió a entregarse en cuerpo y alma a su hombre, al que amaba.Asthon siempre sabía cómo tocar cada parte de su piel y dibujar la pasión repasando los centímetros de su fisonomía perfecta. Cuando el acto de amor acabó, se quedaron el uno al otro unidos a la par. Entonces, la joven se quedó suspendida en aquel pensamiento que no dejaba de recorrer su mente. Se había estado sintiendo un poco extraña esos días y le daba miedo que lo inevitable estuviera pasando. Siempre recordó que él se protegía, incluso ella comenzó a tomar las píldoras. Pero siempre existía esa pequeña posibilidad, como le
1- Claro. Eres el jefe. - repitió. Cómo dijo, la llevó a casa y ella le prometió que se quedaría descansando, ya que la conocía bastante bien y sabía lo intranquila que podía llegar a ser, para no quedarse en un solo sitio. Ashton volvió a retomar el camino a la compañía pero quedó en atender el teléfono si sucedía alguna emergencia. Ese día los dos tenían planes de ir a un restaurante; en la noche Ashton le tenía una sorpresa que la joven no se imaginaba, no tenía ni siquiera la leve sospecha. Por su parte, cuando se encontró en la habitación que solía ocupar cuando lo de ellos era algo furtivo, buscó algo de dinero que solía tener en esa mesita de noche y decidió ir a una farmacia. Y contó todo a Alicia para evitarse más sorpresas. De esa manera la amiga la acompañó a comprar la prueba y estuvo allí presente a la espera de que los eternos cinco minutos pasaran para poder ver el resultado. - ¡Oh por Dios! Hace meses te dije que te pusieras en mi lugar y ahora creo que literalmen
¿Especial? La palabra tenía un significado demasiado importante, de hecho, hasta podría considerarse un sinónimo de la misma; en todo caso, no tenía un solo atino hacia lo que tramaba Ashton.—Me quedaré con las ganas de saberlo, ya que tú no has querido darme una sola pista.—Creo que lo sabes, solo debes pensar un poco más.—Estoy haciendo todo lo que puedo y no doy con nada.Le besó los labios antes de alejarse para terminar de peinarse. Él no le diría nada. Tan pronto como estuvieron listos, abordaron el auto y se pusieron en marcha sin imaginar que lo peor estaba por suceder.***Alicia dejó caer el teléfono al suelo al saber la noticia. Odiaba que algo así estuviera pasando y casi se va a la inconsciencia. Salvatore llegó a ella para consolarla.—Papá y Hope, ellos... ¡No, no y no!Tomó la llamada por ella, que ya no podía hablar.—Aló, ¿me puede explicar qué está sucediendo?—Señor, soy el doctor de la...Y le explicó el lugar de trabajo, su nombre completo y el accidente de tr
Hope abrió los ojos cuando amaneció al día siguiente y se sintió adolorida. Inspeccionó su cuerpo y al verse tirada en una cama se encontró desorientada y totalmente confundida por esa escena. No comprendía cómo había acabado allí, hasta que los recuerdos de ese accidente fatal volvieron a su memoria como un balde de agua fría y comenzó a llorar.En ese momento, una enfermera ingresó a la habitación y la calmó. No podía alterarse demasiado, ya que eso no le hacía bien ni a ella ni al bebé. Le preguntó a la mujer dónde estaba su pequeño y qué había ocurrido, aunque ya sabía la respuesta, pero temía por aquel bebé que llevaba en su vientre. ¿Y si lo había perdido? No podía ni siquiera imaginarlo.—No se preocupe, su bebé está perfectamente bien y usted se va a recuperar —respondió la enfermera.—Necesito ver a Asthon. ¡Maldición! ¿Dónde está Asthon? ¡¿Dónde?! —exclamó desesperada.—Debe calmarse, llamaré al doctor.Después de un rato, ingresó el doctor y le explicó lo sucedido.—... Su
Maximiliano Pimenova, un multimillonario mujeriego que disfruta de una vida sin compromisos, comienza a sentir la presión que esto conlleva. La prensa no deja de hablar de sus aventuras, éxitos y de los altibajos en su vida, incluyendo el futuro de su empresa. Ante esta constante exposición, Maximiliano decide recurrir a una agencia de vientre de alquiler. Sin embargo, esta elección desata una tormenta de información distorsionada sobre su persona, lo que lo lleva a retractarse y tomarse un tiempo libre.A través de internet, Maximiliano descubre a Valentina, una joven que necesita urgentemente dinero. Valentina carga con la responsabilidad de cuidar a su hermano de seis años desde que su madre falleció trágicamente en un accidente automovilístico hace cuatro años.La tragedia se hace aún más grande cuando se descubre que el responsable del atropello y fuga de la madre de Valentina fue el propio padre de Maximiliano.¿Podrá Valentina darle un hijo al hombre que mató a su madre?¿Será
Todavía en ese momento su secretaria seguía al otro lado de la puerta y sacudió la cabeza, por un momento le había olvidado por completo e hizo una seña para que ella entrara finalmente la mujer abrió la puerta y avanzó hacia su escritorio, dejando sobre el mismo varios papeles, luego se quedó en pies antes de empezar a hablar. —Señor ya se ha confirmado la reunión y todos han dicho que vendrán, también tengo el horario que me pidió sobre el señor Fernando —añadió, la chica había sido siempre una trabajadora muy competente y todo lo que le pedía ella lo hacía, todo eso en cuanto al ámbito laboral. No podía quejarse de nada, porque la mujer en todo el tiempo que estaba allí había sido de gran ayuda y siempre hacía el trabajo que se le pedía, de manera que como ella no había encontrado una persona igual, ya que antes de Mariana, habían pasado por ese mismo puesto diferentes muchachas que no habían hecho su trabajo como siempre lo quería, era por eso que acababa estresado y despidiendo
Valentina se levantó temprano y preparó el desayuno, era la tercera mañana, y todavía no alejaba su rostro de su cabeza. De pronto se sintió estúpida por no dejar de pensar en ese chico, es que no tenía sentido, aún así seguía pensando a ese muchacho, tal vez porque no era posible olvidar lo que hizo por ella aquel día. Realmente le estaba muy agradecida. Era sábado y por ende, ya no tenía que ir a trabajar, eso también quería decir que podría pasar tiempo con su pequeño hermano, a quien le agradaba la idea bastante. Era un chico que estaba apegado a ella, y por eso amaba la llegada los fines de semana, porque sabía que su hermana pasaría tiempo con él, de verdad le gustaba mucho que ella estuviera con él. Valentina había tenido la idea de que fueran al parque, pero esa mañana no tenía muchas ganas de salir, así que decidió quedarse en casa. Pero siempre que miraba esos ojitos hermosos de Mario, entonces estaba ya cambiando de opinión. —¿Así que quieres muchísimo ir al parque, mi n
Después de esa llamada se sentía demasiado preocupada al respecto, porque sabía que esa situación podría empeorar si no conseguía un empleo rápidamente, entendía perfectamente que Claudia estuviera necesitando su dinero, después de todo mucho tiempo ya había pasado desde que le pagó el último alquiler y ahora ya le estaba pidiendo que cancelara las deudas de los otros meses que todavía no había cubierto, así que se sentía pésima y entre la espada y la pared en ese instante, su pequeño Mario apareció de pronto y le tocó la pierna derecha para llamar su atención, ya que había estado bastante sumergida en todo es asunto del pago. Tenía demasiadas ganas de ponerse a llorar de la preocupación excesiva que estaba aplastando su cabeza, y llenando su mente de muchas más inquietudes, las cosas eran demasiado complicadas ni siquiera podía ir con su jefe de la cafetería y pedirle un préstamo, porque era un hombre demasiado tacaño, además había escuchado decir a otra compañera que tuvo la intenc