El ENGAÑO DE MI ESPOSO PARALITICO
El ENGAÑO DE MI ESPOSO PARALITICO
Por: Pandora
En completa soledad

Papá, te amo.—Isabella susurró con un hilo de voz que se le resquebrajaba en la garganta. Cerrando la tapa, dejando caer sobre esta el último ramo de flores.

El entierro del padre de Isabella Ferrer, se estaba llevando a cabo en un panteón de lujo al norte de la ciudad, la joven que recién se había graduado en administración de empresas, regresó a los Estados Unidos, para ese desafortunado suceso, su amado padre había muerto de un infarto fulminante

Demetrio Ferrer, era el único padre que le quedaba a la joven, su madre había muerto desde que ella era muy pequeña de una extraña enfermedad dejándola muy sola, tenía a su hermana Samantha, pero ella nunca la quiso, siempre la trato mal, la despreciaba y parecía odiarla cómo si no fueran hijas de los mismos padres

La familia Ferrer, era una de las familias más ricas y respetadas del país, Isabella, no se imaginó lo que de vendría para ella y lo que la muerte de su padre le cambiaría la vida

Mientras Isabella lloraba la pérdida de el único ser que la quería en el mundo, su única hermana junto a su marido, se aseguraban de que la cuantiosa herencia de Demetrio Ferrer, fuera solo para ellos, pagaron para falsificar documentos donde acreditaban a Samantha, cómo única heredera, dejando así a la inocente Isabella, en la calle

Cómo no era posible quedarse más tiempo en el panteón, Isabella regresó en su auto a la mansión Ferrer, se quedaría ahí a vivir o al menos eso pensaba, ya que al tercer día de permanecer en la casa que consideraba su hogar, llegó el momento de la lectura del testamento

Isabella, recordaba los momentos que pasó junto a su padre, desde muy joven la había mandado a estudiar al extranjero, quizás lo había hecho por qué no sabía cómo cuidarla, pero siempre le mostró su cariño, tenían una excelente relación de padre e hija, para ella iba a ser muy difícil aceptar que lo había perdido para siempre

Samantha y su marido llegaron con premura a la mansión, el abogado comprado ya los estaba esperando, tenía poco que decir, abrió una carpeta de pasta gruesa y comenzó a leer un falso documento

 — en completo uso de mis facultades mentales, es mi decisión heredar toda mi fortuna a mi hija mayor, Samantha, al igual que todas las propiedades, las empresas y los autos a mi hija menor Isabella, le quedará su auto, una mensualidad que su hermana le dará de buena voluntad y la mansión Ferrer, espero que el día que ya no esté en éste mundo, mi voluntad sea cumplida al pie de la letra

La supuesta voluntad de Demetrio, había sido leída.

Isabella, estaba en shock, nunca había sido interesada, pero le dolía que su padre la hubiera desheredado, se preguntaba por qué él tomó esa decisión

—— ¿qué fue lo que hizo mal?

Samantha, fingía llorar, aparentaba una tristeza que estaba muy lejos de sentir, todos los que la conocían sabían que ella era una mujer sin escrúpulos, ambiciosa, capaz de vender su propia alma al mismo diablo con tal de poseer riquezas, así que no le fue difícil comprar al abogado de su padre y falsificar el testamento.

En ese mismo momento en los suburbios más exclusivos de la ciudad, un atractivo y joven hombre, era llevado por su madre y un enfermero a su habitación, regresaban del hospital después de una no muy alentadora revisión, Valentino Lombardi, había quedado paralítico de las piernas hacía abajo a causa de un aparatoso accidente de auto

El hombre que antes era un exitoso empresario, que siempre estaba de viaje de negocios, con una hermosa novia con la cuál pensaba casarse y formar una familia, ahora era una ser amargado, trataba a todos de la peor manera, era cruel sin importarle a quién lastimaba, incluso su madre sufría por sus arranques de furia

No había quién pudiera soportar el mal genio, su novia al saberlo paralítico lo había abandonado, las enfermeras no duraban ni medio día trabajando cuando se preferían marchar, Valentino les hacía la vida miserable y las asustaba con su mal carácter, él solamente quería estar solo para poder lamerse las heridas como un león que ha sido herido

En la mansión Ferrer, Samantha, seguía con su teatro, fingió que se sentía indispuesta para marcharse, ni siquiera se despidió de Isabella, o le dijo algunas palabras de consuelo, solo se fue a disfrutar su herencia robada, Isabella, no le importaba un pepino, que se las arreglara cómo pudiera, poco le importó dejar desolada y sin dinero a su hermana de sangre.

Esa noche, fue una de las más duras para Isabella no supo a qué horas de quedó dormida llorando por la pérdida de su querido padre, no le importaba que el dinero, solo quería tenerlo de vuelta para no sentirse tan sola y tan perdida

A la mañana siguiente, en la mansión Lombardi, el enfermero de cabecera de Valentino, llegó como siempre para ayudarle a hacer los ejercicios de la terapia física que debía llevar, los gritos del joven amo Lombardi, se podían escuchar por toda la mansión, eran demasiado dolorosos y duros de soportar, pero el médico había dejado claro que sí quería alguna vez recuperarse, debía poner mucho de su parte

Valentino, podemos parar aquí, sé que los ejercicios son bastante dolorosos, podemos ir poco a poco aumentando la intensidad — sugirió Abel, el enfermero.

No, de ninguna manera, vamos a seguir con la rutina, ¿qué no vez que no puedo darme el lujo de quejarme por el dolor? ¡¿sabes lo humillante y lo malditamente difícil que es estar en esta silla sin poder caminar?! ¿no lo sabes verdad? ¡así que no opines y solo haz tu trabajo!

La amargura de Valentino, y su implacable mal genio, hería los sentimientos de las personas que estaban cerca de él, pero el enfermero sabía que lo que hablaba era el dolor que Valentino se empeñaba en ocultar, él nunca se desahogaba con nadie, aparentemente había aceptado su condición sin mostrar lo mucho que le afectaba

Pero en el fondo, el joven y atractivo Valentino, sufría en silencio su terrible condición

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