Capítulo 3 - Ven conmigo

Sofía, a quien sus padres le habían enseñado ser servicial y ayudar a los demás, sin importar como la tratasen, ignoró el trato del hombre refugiado dentro del calor y la sequedad de su coche y observó el vehículo con sus ojos analíticos.

-Mhhh… Veo que has pinchado una rueda, ¿Tienes una llave y un cricket?

Él hombre se giró desconcertado por la pregunta inesperada de la mujer de la calle y comenzó a balbucear.

-Eh.. yo… no lo sé.

-Abre el baúl, yo me fijo.

Lucas dudó, mirándola con sospecha, seguro era una de esas trampas en las que la más linda del grupo lo distraía y luego aparecían 10 vagabundos más y le robaban todo.  

-Oh vamos, no voy a robarte nada- exclamó con impaciencia.

El magnate apretó un botón que abrió el baúl automáticamente sin siquiera detenerse a pensarlo y cuando escuchó el clic sintió miedo, mirando hacia todos lados, esperando que salgan del puente o de los matorrales.

Pero nadie vino. Miró desde el espejo retrovisor como la mujer empapada sacaba del baúl las herramientas y la pesada rueda de auxilio, luego se acercó nuevamente a la ventana, ahora con el rostro rojo del esfuerzo habló:

-Con tu peso dentro del auto va a ser más difícil todavía.

Sofía se corrió los rizos mojados y pegados sobre su rostro y finalmente Lucas pudo apreciar a la mujer.

Tenía una belleza natural e inigualable que sobresalía detrás de ese rostro cansado, el aspecto descuidado y las heridas en su rostro.

¿Cómo es que una mujer que parecía tener un carácter fuerte y ser tan genuina había terminado en esa situación?

-¿Y señorito? ¿Va a salir? Puede ir debajo del puente si no se quiere mojar mientras cambio la rueda.

Lucas salió rápidamente, obedeciendo las órdenes de la vagabunda.

-Déjame ayudarte, no estoy acostumbrado a no tener las cosas bajo control- exclamó hablando de la rueda, aunque por dentro sabía que se refería a Victoria.

-Entonces sabes cambiar una rueda- le pasó las herramientas, que el joven miró con terror…

-En realidad no…- exclamó avergonzado. Sofía sonrió de lado, divertida por la escena. No había esperado sonreír tan rápido luego de todo lo que pasó.

-Déjame a mí.

Le quitó nuevamente las herramientas y se agachó frente al auto, sintiendo un pinchazo en sus partes íntimas que la hizo gemir de dolor.

-¿Estás bien?- preguntó el magnate, preocupado por el mal estado de la mujer.

-Sí, no es nada- Mintió.

Lucas se sintió fatal, la joven vagabunda, que se veía tan frágil y vulnerable estaba haciendo todo el trabajo mientras él estaba ahí parado como un inútil.

Sofía sintió algo en su espalda que la hizo estremecer y alejarse a la defensiva.

-Lo siento, no quise asustarte.

La joven miró su espalda, notando que solamente le había puesto su sobretodo para cubrirla de la lluvia.

-Gracias…- dijo en un hilo de voz. No recordaba la última vez que alguien se había preocupado realmente por ella.

Luego de un rato, en el que Lucas ya estaba completamente empapado, finalmente la joven terminó con su labor.

-Listo- dijo orgullosa de su trabajo.

Lucas miró el trabajo sorprendido.

-Realmente estoy muy agradecido contigo, si hubiese tenido que esperar a la grúa me hubiese quedado aquí durante horas, podrían haberme asaltado y…- Miró incómodo a la mujer- Lo siento, yo…

-No te preocupes, no es una zona muy linda que digamos- Sofía le devolvió las herramientas y el sobretodo al joven- Ten, será mejor que te vayas pronto de este lugar, llamas mucho la atención.

Sofía comenzó a alejarse abrazada a sí misma y el magnate se mordió el labio con impotencia.

Se había dicho a sí mismo no volver a confiar en una mujer, pero esa joven de la calle lo había ayudado, tenía que hacer algo por ella a cambio.

-¡Espera!- gritó y corrió hacia la mujer-¿Hay algo que pueda hacer por ti? No sé… ¿Quieres dinero? ¿Cuánto quieres?

-No lo hice por dinero…- dijo ofendida.

Lucas pareció pensarlo un momento más.

-¿Tienes un lugar donde dormir? Puedes venir conmigo.

Sofía retrocedió asustada, mirando las posibles salidas para su huida.

-Oye… solo te ayudé porque lo necesitabas, no hice esto para acostarme contigo o algo así

-¡No no! No me refería a eso- Suspiró angustiado y sintiéndose un idiota- Escucha… Tengo toda una cadena de hoteles de lujo, ¿Qué te parece si te doy una habitación? Para que te puedas duchar y secar y dormir cómoda. Sin ninguna doble intención ¿De acuerdo?

Sofía pareció pensarlo por un segundo, el confiar en un hombre adinerado de sonrisa cautivante le había costado caro antes, ¿Cómo podía confiar en que este hombre no era igual?

Se abrazó a sí misma, protegiendo su magullado cuerpo.

-Escucha…- susurró con cuidado el joven, caminando lentamente hacía la mujer de la calle como si fuera un animalito herido- Sé que habrás pasado por cosas feas que te hacen desconfiar de mí, pero créeme cuando te digo que no tengo intenciones malas contigo. Que tal si…- Buscó su billetera en su bolsillo- Te doy esto, lo guardas hasta que sepas que estás segura en tu habitación ¿De acuerdo?.

La mujer quiso reír por la estúpida propuesta del hombre, pero rápidamente se acercó y le quitó sus pertenencias, abrazándolas contra su cuerpo.

-¿Y cómo sabes que no voy a robarte esto?

El hombre rió divertido.

-La verdad es que no lo sé- Se rascó la nuca avergonzado- Tan solo espero que no lo hagas.

Sofía se apresuró a entrar a los asientos de atrás y finalmente Lucas suspiró aliviado, no hubiese podido volver tranquilo a su mansión acogedora y caliente sabiendo que esa mujer pasaría la noche temblando de frío.

Su asistente lo llamó de vuelta mientras manejaba.

-¿Y? ¿Has conseguido una solución?

-Ahora no puedo, estoy con algo más importante- gruñó y miró preocupado por el espejo retrovisor a la joven que se abrazaba a sí misma.

Lucas subió la calefacción al máximo para que la muchacha desconocida no pasara frío- Necesito que ya mismo me lleves al hotel central ropa de mujer.

-¿Y de dónde quieres que saque eso ahora? ¿En qué te has metido?

-¡Tan solo agarra una valija de Victoria y mete algo de su ropa ahí!

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