Sofía. Estos días Rosa me ha estado enseñando a bailar he progresado un poco pero mis movimientos siguen siendo rígidos, temo que el día del baile de máscaras haga el ridículo frente a todos y no dejo de pensar en las palabras que me dijo William, si ya se que es un manipulador porque me sigo sintiendo así cuando pienso en él o lo miro supongo que todavía estoy impresionada por que es el primer hombre guapo que se fija en mi. -Sofía llego una caja para ti. La voz de Rosa me saca de mis pensamientos y presto más atención a lo que pasa a mi alrededor recordando que estoy tomando el té en el jardín trasero. -¿ una caja para mi ? Una de las sirvientas deja en la mesa una bella caja de madera. -¿ quien la envío ? -el duque William. Escucho como Rosa se queja de forma nasal y mira la caja con desprecio para tomar un trago de su taza, ahora que habrá enviado ese hombre, abro la caja para ver que me envió y abro los ojos con sorpresa al ver una hermosa máscara tipo antifaz de
William. Estos días han sido poco atareados se han logrado muchos acuerdos pero he estado cargando con todos yo solo y Diego ha sido una gran ayuda pero revisar cada uno y buscar alguna manera de sacar mayor provecho deseo que esto acabe pronto para ir a la campiña un tiempo a relajarme, termino de acomodar mis gemelos, me aseguro que mi atuendo este en orden, acomodo un cabello rebelde detrás de mi oreja y mi vista viaja directamente a la hoja que esta en mi buró, hoy el joyero ha traído un boceto de los anillos que le solicité, el de mujer es delicado y hermoso y el de varon es complementario al de mujer me parecen perfectos pero mi petición ha llegado a oídos de mi hermano que no perdió el tiempo en mandarme llamar e interrogarme sobre los anillos y recordarme que debo de mantenerme soltero para que todos nuestros planes funcionen, las mujeres no se sienten atraídos por un hombre casado o por lo menos las más decentes, cómo desearía que mi hermano buscara otra manera de mantene
Sofía. No sé por qué me molestó escuchar a William mencionar a otras mujeres no debería de importarme pero es algo insultante que me compare con esas mujeres, intento disimular mi molestia lo mejor que puedo, el resto de la cena nos quedamos en silencio uno un poco incomodo, escucho una canción que conozco muy bien se toca en todos los bailes es un clásico, William se levanta de su silla y se acerca a mi, dios espero que no lo valla hacer, William estira la mano hacia mí y me mira con una sonrisa dulce. -señorita Roos me concederia este baile. Pienso un poco en si bailar con él o no, si bailo con él podrían comenzar a correr rumores sobre mi, mi mejor opción es rechazarlo de una manera sutil para no ofenderlo. -ya recuerdo usted no sabe bailar verdad, es mejor que nos quedemos aquí para que nadie se burle de sus pasos de baile. Me molestan las palabras de William y pican en mi orgullo, me levanto de la silla con decisión y lo tomo de la mano para caminar asía la puerta del saló
Sofía. Soy bendecida por la hermosa vista de los arbustos llenos de rosas rojas iluminadas por la luz de la luna, son pasillos y más pasillos perfectamente cuidados no miro ninguna rosa marchita, me tomo la libertad de acariciar una. -son tan bellas. -mande a plantar este laberinto ase mucho tiempo y en mis tiempos libres me dedico a cuidar de él. -debo de admitir que tiene un don con las plantas. -gracias, pocos saben de mi gusto por la jardinería y espero poder contar con su discreción. -duque William me ofende que piense que soy capas revelar sus secreto, ambos estamos metidos en esta mentira que cada ves se ase más grande. -descuide señorita Roos le aseguro que si seguimos mi plan ambos saldremos bien de esta. -¿ tiene un plan ? -claro desde el primer día. -que consuelo. Este hombre me sorprende cada ves que lo veo con su inteligencia y su descaro espero que de su plan salga limpia y principalmente con vida. -¿ puedo saber su plan ? -no. William me res
William. Siento que la cabeza me da vueltas, al abrir los ojos veo que estoy en el salón al lado de mi habitación, que paso y por que me duele el hombro, muevo la mano para querer tocarme y me doy cuenta que estoy sin camisa, los recuerdos de lo que paso me viene a la mente como una ola a las orillas del mar, ese bastardo lo are sufrir un calvario.-asta que despiertas.La voz de mi hermano me llama la atención y lo miro sentado a un lado de mi tomando lo que párese ser whisky, me incorporó con un poco de dolor y le quito el vaso de la mano para tomarme lo de un solo trago.-con calma que a penas despertaste.-dejame en paz, ¿ que hiciste con el enmascarado ?-esta en las mazmorras esperándote con calma pero debo decirte que sigue estando sin ver, su rostro esta muy rojo e hinchado.-lo iré a ver mas tarde.Me recargo en el respaldo del sillón y pienso en lo que paso, me percate que ese atacante iba por Sofía no por mi, me pregunto quien quera hacerle daño a una mujer tan dulce y her
Sofía. Al llegar al palacio mis manos tiemblan, no me había dado cuenta del estado de mi cuerpo asta este momento en el que estoy sola. -Sofía que bueno que llegaste ¿ estas bien ? Rosa me acerca a mi con prisa y me toma de las manos mirándome con preocupación. -si estoy bien solo un poco asustada. -que terrible que estuviste presente durante el ataque, ¿ segura que estas bien ? -si no se preocupe. -de todos modos ya pedí que te prepararán la tina de mi baño con agua tibia y pedire que te preparen una taza de té. Rosa me lleva de la mano asía su baño donde me ayuda a quitarme el vestido y a estar en la tina, me siento un como avergonzada de que ella esté asiendo esto y que me vea sin ropa, mi cuerpo no es el más bello mi piel no tiene un tono tan blanco como el de ella y no es tan suave, el agua caliente relaja mi cuerpo y se siente tan bien cuando Rosa viente agua caliente en mi cabello y comienza a enjabonar me, su tacto es tan suave que se me olvida la vergüenza que siento.
Sofía. Han pasado algunos días desde que recibí las cartas durante la fiesta de té y desde entonces la señorita Ana a permanecido aquí en el palacio a pesar de la insistencia de Rosa de que no necesita de su presencia al parecer Ana se niega a perder un empleo tan bueno y no la culpo en esta sociedad las mujeres son solo usadas como adornos para los hombres y como medios de trueques, estoy en mi oficina anotando algunas cosas en mi cuaderno mientras pienso en como responder a las cartas que me enviaron sin sonar tan descortés pero no soy nada buena para eso a mi gusto sería directa y seca pero eso podría ofender los pero al único que no pienso responderle es a William ese hombre no lo amerita y menos con lo que me entere por parte de las sirvientas, al parecer la nueva amante del emperador no esta nada feliz con su puesto dicen que hizo un escándalo al llegar aquí y exigió hable con William y cuando la atendió lo acuso de enamorarla para después despechar la y entregársela al emper
Sofía.Hoy se supone que saldremos a dar un paseo al pueblo escoltadas por un grupo de guardias solo falta deshacernos de esa mosca castaña, ase media hora en su taza de té verti una generosa cantidad de laxante sin que ella se diera cuenta y me fue fácil ya que estaba más concentrada en Rosa que en mi, Rosa ase su mejor actuación de estarla esperando con desesperación a Ana que todavía no regresa del servicio y no lo hará por lo menos en lo que resta el día, Rosa se acerca al guardia que la escoltara y lo mira con molestia.-se nos hará tarde, ya me quiero ir.-lo siento señorita Lamber pero sin la señorita Ana no podemos salir.Rosa se cruza de brazos y lo mira con más molestia.-me quiero ir ya, si es necesario me llevare a mi medico pero deseo salir, informáselo al emperador o lo hará yo misma.El guardia se nota nervioso y me voltea a ver para acercarse a mi.-disculpe señorita pero podría prepararse para ir con como dama de compañía de la señorita Lamber. Asiento y me apresuró