Y pues gracias a Rocoso aquí las habilidades están apagadas, por lo que los guardias no nos pueden oír desde afuera, no hay guardias adentro, solo afuera, y los que están adentro, están vigilando el calabozo de Rocoso, tienen órdenes específicas de no moverse de ahí.

Por un momento creí que alguien intentaba sacar a Rocoso, pero el ruido no venía por ese camino, si no cerca de la oficina de Rocoso, caminamos por el largo pasillo de varias puertas, entre ellas, la oficina de Rocoso.

En lo que nos aproximábamos los ruidos ya se podían oír con más claridad, eran botellas quebrándose.

Llegamos a la puerta que tenía mayor volumen de los ruidos, Calim me hace una seña de que él entrará primero y que luego yo.

Él abre la puerta y entra, luego entro después de él sin esperar algún aviso, encontramos a un chico de espaldas destrozando el bar de Rocoso.

No era tarde para beber, pero en tal caso de que estuviera por la bebida, ¿Por qué rompería las botellas? Tal vez el despecho es tan gran