72. Escapar
El descaro de ese maldito italiano era demasiado peligroso. Doy vueltas por mi habitación completamente inquieta ya no podía remediarlo, debía marcharme.
Había sido un error y estaba poniendo en peligro mi misión.
Ahora solo se que necesitaba salir de su mansión lo antes posible.
Cuanto más tiempo pase aquí, más tiempo le doy a Hugo para descubrir quién y qué era yo en realidad.
Al mencionar el proyecto de su padre, supe que estaba cerca de averiguarlo todo.
No iba a estar cerca cuando lo hiciera.
Me iba esta noche.
No tenía mucho conmigo para ayudarme a escabullirme, pero era astuta.
Caminando hacia la ventana, retiré la cortina y observó a los guardias de abajo.
La noche había caído y era mi hora de escapar.
Había estado observando a los guardias todo el día, aprendiendo sus turnos.
Tuve que reconocérselo, Hugo era inteligente.
Los tiempos nunca fueron los mismos.
A veces se tomaban un descanso de una hora, luego de quince minutos, luego de media hora… De vuelta a las q