Buenovel
Descargar el libro en la aplicación
Cuando despertó ya era de día.
Se encontraba sólo en la cama del hombre como de costumbre.
Incorporándose vio ropa en la silla que había junto a la puerta.
Saliéndose de entre las sábanas, se acercó a ésta.
Adivinó que era para él.
Comenzó a vestirse y una vez terminó se dispuso a hacer la cama.
Empezaba a sentirse seguro con el hombre.
Su miedo aún estaba pero no tanto como cuando llegó a su casa.
Ahora se mostraba más cómodo aunque todavía le daba apuro darle algunas contestaciones.
Saliendo del dormitorio, se dispuso a hacer las tareas cuando al cruzar ante la puerta misteriosa, le pareció diferente.
Acercándose a ésta, alargó la mano y agarró el pomo.
Lo giró y…
Éste cedió.
Ignorante de ello, no se hab&i